Cine documental o el tratamiento creativo de la realidad
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Los años 20: Flaherty - Dziga Vertov - Jean Vigo
Una de las figuras claves de los años 20 fue Robert J. Flaherty, considerado como "el padre del cine documental" gracias al rodaje de Nanuk, el esquimal (1922) (+ info DOSSIER ARTIUM). Flaherty era hijo de un ingeniero de minas de Canadá y a menudo le acompañaba en sus expediciones en busca de yacimientos. Pronto su fama de explorador se extendió y en uno de sus viajes le propusieron que llevara una cámara para filmar. En sus siguientes expediciones se dedicó a filmar la vida de los esquimales. Lo que en un principio fue algo anecdótico, pronto la filmación se convertió en una verdadera "obsesión", eclipsando su actividad de explorador. Llegó a rodar muchas horas de película, pero a su regreso en 1916, un accidente provocó que todo el material se perdiera. Sin dudarlo, Flaherty decide regresar y comenzar de nuevo el rodaje, centrando esta vez la grabación en la vida de un esquimal y su familia. Sin embargo, la guerra, el nacimiento de sus hijas y la falta de recursos hicieron que el viaje se retrasara hasta principios de 1920.
En 1922, después de un duro rodaje, el documental Nanook, el esquimal, estaba preparado para ser distribuido. La tarea no fue fácil, lo presentó a la Paramount y a otras cuatro compañías importantes y no recibió la acogida que él esperaba. Finalmente, la organización de origen francés Pathé, aceptó distribuir la película. Nanook, el esquimal fue estrenada el 11 de junio de 1922 en la Sala Capitol de Nueva York. La cinta obtuvo casi de inmediato un éxito de crítica y de taquilla, y no solo en Estados Unidos, también en numerosas partes del mundo donde fue presentada.
En 1923, Flaherty fue contratado por la misma compañía que había rechazado Nanook, la Paramount, para realizar una expedición a Samoa. El resultado fue el documental Moana (1926) que aunque tuvo buenas críticas, no tuvo la misma repercusión entre el público como con Nanook. Este fracaso supuso la ruptura con la Paramount, sin embargo la fama de Flaherty con Nanook hizo que siguiera recibiendo ofertas de todas las partes del mundo.
La productora MGM confía en Flaherty y le encomienda el rodaje de White shadows in the south seas (Sombras blancas, 1928), un film de ficción pero con un marcado tono documental. El fime denunciaba la agresión que los colonizadores europeos hicieron en el Pacífico Sur. Finalmente y por diferencias con la productora, abandonó el proyecto que fue terminado por su asistente W.S. Van Dyke.
En 1934 Flaherty viajó a Inglaterra donde fue contratado por Gaumont que le ofrecía una total libertad de rodaje. El resultado fue Hombres de Aran, un documental sobre la lucha por la supervivencia en las desoladas islas de Aran, cerca de Irlanda. El documental tuvo un enorme éxito y fue premiado en el Festival de Venecia. Los críticos consideradon Hombres de Aran como uno de los mejores trabajos de Flaherty.
El éxito de Nanook abrió el camino a una amplia serie de documentales de exploración ambientados en paraje lejanos y éxoticos, como Grass (1925), un documental realizado por Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack. La cinta mostraba la migración de miles de personas en busca de rebaños a través de las montañas Zardeh Kuh de Turquía y Persia.
Otra cinta que seguía la estela de la exploración abierta por Flaherty fue Jornadas negras (La Croisière Noire, 1926) de León Poirier. La cinta fue patrocinada por la marca de coches Citröen y mostraba el viaje en automóvil desde el extremo septentrional al extremo más meridional de África.
En años posteriores surgieron nuevos documentales de caracter etnográfico o de exploración como Finis Terra (1929) de Jean Epstein, que documentaba la recogida de algas en la isla de Bannec o Simba (1928) de Martin y Osa Johnson, donde se mostraba la vida en varias tribus de Kenia y Tanzania.
A finales de los años 20, el género documental de exploración dio paso a otro tipo de filmaciones de caracter social con dos claras vertientes: el documental revolucionario representado por Dziga Vertov y el documental reformista cuyo máximo exponente fue Jean Vigo.
Dziga Vertov, de origen polaco, tuvo que refugiarse en Rusia al comienzo de la Primera Guerra Mundial. Estudió medicina y psicología y era un gran amante de los poetas "futuristas" rusos.
Vertov entró a formar parte del Comité de Cine de Moscú y en 1918 se convirtió en editor del noticiario Seminario Fílmico (Kino-Nedelia). La tarea de Vertov era la de reunir, seleccionar y ordenar el material que le llegaba del frente. Después era de nuevo enviado a las tropas en trenes especiales para que se vieran en la pantalla. Vertov recopiló varios largos documentales como Aniversario de la revolución (1919) o Historia de la Guerra Civil (1921).
En 1919, Vértov y otros jóvenes cineastas, crearon el grupo Kinoki (Cine-Ojo), llegando a publicar varios manifiestos y desarrollando la teoría del Cine-Ojo, donde se rechazaba el cine convencional, la escritura previa de un guión, o la utilización de actores profesionales.
La mala situación en la que se encontraba el país, con hambre, epidemias y una economía debilitada motivaron a Vertov a pasar de ser un simple compilador a producir sus propios documentales, además de teorizar y redactar polémicos manifiestos. Según Vertov: "el cine tradicional es el opio de los pueblos... el artista deber ser, por tanto, un periodista artístico: en lugar de historia debe realizar estudios documentados, exposiciones poéticas y didácticas, una interpretación creadora de la realidad".
En 1922 Vértov realizó la serie de noticiarios denominada Kino-Pravda (Cine-Verdad). Vértov se dedicó a filmar en lugares públicos, en ocasiones con cámara oculta y sin pedir permiso. Vertov convierte la lente de la cámara en ojo humano, captando todo a gran velocidad tal y como lo hace el ojo. Uno de ellos fue Léninskaya Kino-Pravda, que mostraba la reacción a la muerte de Lenin en 1924. El noticiero tenía un caracter mensual y continuó produciéndose hasta 1925. Las teorías del cine-verdad fueron aplicadas en varios documentales como Cine-ojo (1924), Una sexta parte del mundo (1926) y El undécimo año (1928).
En 1929 rodó El hombre de la cámara, un film sobre un camarógrafo documentalista y sobre su papel en la sociedad. El film supuso su reconocimiento a nivel mundial. Vertov influyó en trabajos posteriores de finales de los 20 como Turksiv (1929) de Victor Turin; Documento de Shanghai (1928) de Yakov Blyokh; Sal para Svanetia (1930) o Moscú (1927) de Mijail Kaufman. Durante los años posteriores se dedicó a visitar varios países de Europa Occidental y se puso en contacto con otros cineastas del momento. Vertov continuó trabajando y produciendo, pero finalmente se instaló en una oficina de montaje de noticiarios de forma casi anónima.
Dentro del documental clásico de los años 20 y 30 existe un subgénero denominado City symphony (Sinfonías urbanas=. En la década de los 20 fueron numerosos los pintores que se iniciaron en el mundo del cinematógrafo. En 1921, el sueco Viking Eggeling y el alemán Hans Richter, dos artistas miembros de un movimiento vanguardiasta de Zurich, comenzaron a experimentar con el filme abstracto. En 1925, el pintor francés Fernand Léger, junto con el norteamericano Dudley Murphy, crearon el documental Ballet mécanique. Dos años después, el pintor alemán Walther Ruttman experimentó con el cinematógrafo dando como resultado Berlín: sinfonía de una ciudad. Esta cinta inició una serie de películas documentales denominadas Sinfonías urbanas. Este tipo de documentales se desarrollaban en un espacio de tiempo limitado y analizaban los diversos aspectos de la vida cotidiana de la gente de la ciudad pero analizado desde un punto de vista social, fijándose en detalles como la calle, el transporte, la vida nocturna, los restaurantes etc. Otros ejemplos de sinfonías urbanas: Rien que les heures (Sólo las horas) de Alberto Cavalcanti (Francia, 1926); Moskva (Moscú) de Mikhail Kaufman e Ilya Kopalin (URSS, 1926-27); Menschen am Sonntag (Gente en domingo) de Robert Siodmak, Edgar G. Ulmer (Alemania, 1930).
Otro de los máximas figuras representativas del nuevo documental social pero en su vertiente reformista fue el director francés Jean Vigo (1905-1934). Jean Vigo nació en París pero por una enfermedad se tuvo que trasladar a Niza. Allí trabajó como ayudante en un estudio de fotografía. Muy interesado en el mundo del cine, colaboró activamente en el cineclub de Niza. Tuvo contacto con numerosos directores de cine y finalmente se decidió a realizar sus propias películas.
En 1929 invitó al director de fotografía de origen ruso Boris Kaufman, a colaborar en el documental A propósito de Niza. El filme criticaba con gran dureza las desigualdades sociales de la Niza de los años 20. Posteriormente dirigió Cero en conducta (1933) y L'Atalante (1934) que tuvieron una gran influencia en el cine francés. Jean Vigo murió a la temprana edad de 29 años.
"El documental social se diferencia del documental sin más y de los noticiarios semanales de actualidad por el punto de vista defendido inequívocamente por el autor"
Jean Vigo