Cine documental o el tratamiento creativo de la realidad
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Cine documental de postguerra
Al teminar la guerra surgen varias tendencias en el cine documental. Por un lado, las películas de ficción con apariencia de documental, sobre todo aprovechando los escenarios en ruinas que la guerra había producido. Algunos ejemplos de esta tendencia fueron: Roma, ciudad abierta (1945) de Roberto Rossellini, que supuso en inicio del denominado "neorrealismo italiano" o Limpiabotas (1946) de Vittorio de Sica. Esta tendencia no sólo se desarrolló en Italia, también en Francia con La batalla del riel (1945) de René Clément y en Alemania con Los asesinos están entre nosotros (1946) de Wolfgang Staudte.
En este periodo de postguerra también surgió entre los documentalista una tendencia hacia el "documental poético". En Francia podemos destacar la figura de Georges Rouquier, influido por la obra de Flaherty. Su primer trabajo en el cine fue Venganzas (1929), posteriormente y con la ocupación nazi optó por regresar a la granja de su familia llamada Farrebique, retomando allí los experimentos cinematográficos que dieron por resultado Ferrabique (1946), donde el director nos muestra la vida en la granja a través de las estaciones.
En la postguerra, muchos cineastas jóvenes cansados de las producciones en serie que se hicieron durante la guerra decidieron mostrar en sus trabajos una realidad más cercana a la gente.
Uno de esos directore fue el holandés Bert Haanstra. Entre sus cortos destacaron Espejo de Holanda (1950), Panta Rhei (1951) o Vidrio (1958) por el que obtendría un premio Oscar. Una parte muy importante en los documentalistas de este periodo fue la utilización de bandas sonoras. En el caso de Vidrio (1958), el director Bert Haanstra sincronizó la música con la acción del documental.
La tendencia del "poema cinematográfico" se extendió a otros países como Polonia con Un paseo por la ciudad vieja (1958) de Andrzej Munk, Músicos (1960) de Kazimierz Karabasz y Jan Lomnicki con Ha nacido una nave (1961); y a Yugoslavia, donde surgieron jóvenes poetas cinematográficos como Mica Milosevic en Actuación gimnástica (1962) y Vladimir Basara con Manos e hilos (1964).
En estos años surge con fuerza la figura del historiador documentalista que con el acceso a los archivos de noticiarios acumulados durante medio siglo, dará lugar a películas de compilación histórica que llegaron a alcanzar una gran popularidad. Algunos de estos trabajos de compilación fueron: Paris 1900 (1947) de Nicole Védrès, Cabalgata de medio siglo (1951) y Los años inolvidables (1957) de Illya Kopalin, Mein Kampf (1960) de Erwin Leiser, La vida de Adolf Hitler (1961) de Paul Rotha, Morir en Madrid (1962) de Frédéric Rossif o El fascismo al desnudo (1965) de Mijail Romm.
En la segunda mitad de los años cincuenta y primera de los sesenta se surgen algunos de los movimientos más importante e influyentes de la historia del cine, como la Nouvelle Vague francesa y su variante el Cinema Verité, y el Free Cinema británico, el Candid Eye canadiense, y el Direct Cinema norteamericano.
Free Cinema (Cinema libre)
En 1956 surgió en Londres un nuevo movimiento cinematográfico "Cinema libre" (Free Cinema), que se prolongaría hasta la década de 1960. El Free Cinema Introdujo una estética realista en el cine británico, a través de historias que enfocaban la vida cotidiana de la clase trabajadora británica, que había sido ignorada por la industria cinematográfica británica. Entre sus fundadores estuvieron Lindsay Anderson, Karel Reisz, Tony Richardson y Lorenza Mazzetti.
El movimiento programó con gran éxito algunos cortos en el National Film Theatre en Londres el 5 de febrero de 1956. Serían necesarios cinco programas más hasta que en 1959 sus fundadores decidieran denominarse Free cinema. Las películas del Free cinema fueron realizadas fuera de los canales habituales de la industria cinematográfica, con presupuestos limitados, a menudo becas del British Film Institute´s Experimental Film Fund. Eran películas en blanco y negro, en película de 16 mm, rodadas con cámara ligeras de mano y con una pista de audio no sincronizada y agregada separadamente.
Los primeros títulos del Free cinema fueron: Together (1956) de Lorenza Mazetti, un documental sobre la vida en el East End de Londres visto a través de la experiencia de dos jóvenes sordomudos, O Dreamland (1956) de Lindsay Anderson, documental un parque de atracciones, y Momma don´t allow (1955) de Karel Reisz y Tony Richardson, narra la velada de un grupo de jóvenes en un club de jazz.
Otros títulos significativos del Free cinema fueron: If.... (1969) de Lindsay Anderson, Un lugar en la cumbre (1958) de Jack Clayton, Un sabor a miel (1961) de Tony Richardson, Sábado noche, domingo mañana (1960) de Karel Reisz, La soledad del corredor de fondo (1962) de Tony Richardson y El ingenuo salvaje (1963) de Lindsay Anderson.
Cinema verité
El término cinéma verité fue utilizado por primera vez por el sociólogo Edgar Morin en un artículo titulado "Pour un nouveau cinéma vérite". El sociólogo defendía la necesidad de renovar con la palabra la idea de "cinema-verité de Vetov". Posteriormete fue empleado sobre todo en los trabajos de los cineastas Jean Rouch y Jean-Luc Godard.
Jean Rouch, cineasta y antropólogo francés fue uno de los creadores del Cinema Verité, herederos la visión cinematográfica y documental de Robert Flaherty y Dziga Vertov. En 1961, Jean Rouch junto con el filósofo y sociólogo Edgar Morin realizaron el documental Chronique d'un éte (Crónica de un verano), un estudio etnográfico sobre los habitantes de París. Otros trabajos de Rouch fueron: Jaguar (1967) donde narra la migración de campesinos africanos, Le maître du Desordre (El maestro del desorden, 1955), Les maîtres fous (Los maestros locos, 1956).
Al igual que el Free cinema británico, el Cinema Verité se benefició de los avances técnicos, con utilización de cámaras ligeras y equipos de sonido sincronizados, que captaban el sonido de forma directa. El uso de cámaras ligeras y discretas facilitaba a las personas olvidarse de su presencia, dando un resultado mucho más natural y real. El objetivo del nuevo cine era captar la realidad sin artificios, mostrar la vida cotidiana de la gente, a diferencia del cine de ficción que se hacía en Hollywood.
Direct cinema norteamericano
El Direct Cinema surgió en los Estados Unidos a finales de los años 50, abarcando también los años 60, en un ambiente convulso (Guerra de Vietnam, Guerra fría). Su principal objetivo era la observación sin interferir, para lograr así lograr captar la realidad sin artificios, una filmación directa y espontánea de la realidad. Los cineastas trataban de registrar la realidad no dirigirla.
Uno de los documentales que representa al Direct Cinema fue Primary (1960) del director Richard Leacock. Este trabajo fue un encargo de la revista Life y narraba los intentos de J.F. Kennedy y Hubert Humphrey para conseguir ser nominados en la campaña electoral del Partido Demócrata. La película mostraba escenas nada habituales en el cine, como la de J.F. Kennedy en la habitación de su hotel planeando estrategias de campaña. En 1966 el director D.A. Pennebaker realiza el documental Don't look back, ambientado en la gira que el cantante Bob Dylan realizó por Inglaterra en la primavera de 1965.
Otros títulos relevantes del Direct Cinema nortemericano fueron: Salesman (Vendedores de biblias, 1969) de Charlotte Zwerin, David y Albert Maysles, Titicut Follies (1967) de Frederick Wiseman, Woodstock (1970) de Michael Wadleigh o Harlan County U.S.A. (1977) de Barbara Kopple.
El candid eye canadiense
El término Candid eye proviene de una expresión utilizada en un popular programa de televisión que rodaba situaciones divertidas con una cámara a modo de observador. Los documentalistas canadienses vieron en este método una manera perfecta de captar realidades. Utilizaron para ello cámaras de mano con teleobjetivos potentes que filmaran a distancia las diferentes escenas.
Una de las principales figuras del género fue Michel Brault, colaborador junto con Jean Rouch del documental Chronique d'un éte (1960). Algunos de los títulos más representativos destacan: Les raquetteurs (1958), de Gilles Groulx y Michel Brault, Pour la suite du monde (1963) de Pierre Perrault y Michel Brault y Les ordres ( 1974) de Michel Brault.
Películas mondo o Shockumentary
Las películas mondo son filmes documentales, que tratan temas y escenas mayoritari. En inglés son también conocidos como Shockumentary. Una de las películas más representativas y que dio nombre a este género fue Este perro mundo (Mondo cane, 1962) de los directores Gualtiero Jacopetti, Paolo Cavara y Franco Prosperi.
Las películas mondo tienden a incluir imágenes de gran impacto que atraigan al espectador, desde accidentes, rituales, ceremonías o cruedad animal.
Algunas películas representativas del género son: La Donna nel mondo (Mujeres del mundo, 1962) de Gualtiero Jacopetti, Africa, addio (1980) de Franco Prosperi y Gualtiero Jacopetti, Mondo di Notte (1963) de Gianni Proia, Mondo Balordo (1964) de Roberto Montero, y Mondo Ford (1984) de Ricardo Fratelli.