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Obra seleccionada
Aeropuerto Internacional de Kansai, en una isla artificial en la bahía de Osaka, Japón, 1987-1994.
El Aeropuerto internacional de Kansai diseñado por Renzo Piano fue inaugurado el 4 de septiembre de 1994. Está situado en una isla artificial en la bahía de Osaka, Japón y gestiona una de las rutas con más tráfico aéreo de la región.
El proyecto surgió ante la necesidad de crear un aeropuerto en una zona densamente poblada, rodeada de montañas y sin un espacio libre para utilizar. En 1987 se convocó un concurso internacional para la construcción del aeropuerto y de la isla artificial. Al concurso se presentaron importantes arquitectos de fama internacional como Oswald Matthias Ungers, Henry Cobb, Bernard Tschumi, César Pelli, Jean Nouvel y Norman Foster. El proyecto ganador fue el presentado por Renzo Piano Building Workshop.
Se empezó a construir en 1987 y a finales de 1989 se terminó la muralla protectora. Fueron utilizados 21 millones de metros cúbicos de bloques de hormigón, unos 10.000 trabajadores y más de 10 millones de horas de trabajo a lo largo de 3 años. Se necesitaron cerca de 80 barcos para completar la capa de 30 metros de grosor ubicada en la plataforma submarina.
El aeropuerto fue construido siguiendo unas estrictas normas en cuanto a prevención de terremotos y maremotos. La isla artificial mide 4 kilómetros de largo por 1 de ancho. Renzo Piano fue el encargado de diseñar la terminal del aeropuerto, un edificio de cuatro pisos y 1,7 kilómetros de longitud, una de las más largas del mundo. La terminal cuenta con un sofisticado sistema de transporte de viajeros que se encarga de trasladarlos de un extremo al otro de la terminal.
Piano diseñó la terminal con la forma del perfil de un ala de avión. Esta estructura es aprovechada por su sistema de ventilación, así el aire es impulsado desde un lado de la terminal, y la curvatura del techo conduce el aire al otro lado, en el que es recogido.
La terminal diseñada por Renzo Piano tiene una gran cubierta ondulada de color plateado que se dobla hacia abajo para dar paso a la zona acristalada desde donde se tiene acceso visual a las pistas del aeropuerto. El interior está formado por grandes arcos triangulados, los soportes inclinados y los tirantes cruzados que componen la estructura metálica.
En 1990 se terminó el puente de tres kilómetros de largo, que conectó la isla artificial con la Prefectura de Osaka, con un coste de 1.000 millones de dólares. La construcción de la isla tuvo ciertas dificultades como el hundimiento de 8 metros sufrido poco antes de finalizar el proyecto. Finalmente tuvieron que invertirse miles de millones de dólares para subsanar todos los contratiempos, convirtiéndose en el trabajo de ingeniería civil más caro de la historia moderna.
En 1995 soportó el Terremoto de Kobe, y tres años después afrontó sin problemas la llegada de un tifón con vientos de hasta 200 km/h.
En el 2001, el aeropuerto fue premiado como uno de los diez Monumentos de la ingeniería civil del milenio por la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles.