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Picasso poeta

La relación de Pablo Picasso con la literatura, especialmente con la poesía,  fue siempre muy estrecha e intensa. Desde su infancia fue un lector voraz  de poesía. Sus pinitos como escritor llegan en los años de estancia familiar en La Coruña donde reside desde 1891. En la capital gallega edita la revista Azul y Blanco, la cual hace íntegramente ya que escribe los textos y los ilustra. Su posterior traslado a Barcelona en 1895, ya en su juventud, le puso en contacto con los círculos intelectuales y por supuesto literarios del momento, en la conocida cervecería  Els Cuatre Gats. En estos años de cambio de siglo, toda la cultura estaba profundamente marcada por la poesía. Los movimientos literarios, a través del Simbolismo en un primer momento, determinaron muchos de los caminos que el arte iba a tomar en las primeras décadas del siglo XX.

Teniendo en cuenta que Picasso comienza su actividad artística pública en estas circunstancias es fácilmente entendible que su arte se desarrolle a lo largo de las décadas en términos casi literarios. Lo más determinante para la obra que nos atañe, Guernica (1937), es precisamente la coincidencia temporal de la realización de la pintura con el comienzo de su actividad como poeta oficial. Desde hace unos años se viene defendiendo la idea de que la verdadera clave para entender el arte de Picasso es conocer la poesía de su tiempo, de sus amistades y de él mismo. Fue en 1989 cuando se descubrió en el Museo Picasso de París un conjunto considerablemente extenso de poesía del artista, concretamente un poemario que abarca de 1935 a 1954, con algún que otro parón en el tiempo. Lo cual no significa que no se conociera la faceta de Picasso escritor, simplemente no se le había dedicado la misma atención que a otras de sus producciones artísticas, llevándose los máximos esfuerzos el estudio de su pintura.

Picasso también dedicó parte de su creatividad literaria al teatro, estrenando en 1941 la obra El deseo atrapado por la cola, en la que involucró a la crème de la intelectualidad francesa. El elenco más destacado de actores y actrices protagonistas estaba formado por filósofos, poetas, críticos, fotógrafos… como Jacques Lacan, Cécile Eluard, Pierre Reverdy, Louise Leiris, Valentine Hugo, Zanie Campan, Simone de Beauvoir, Brassaï, Jean-Paul Sartre, Albert Camus, Michel Leiris y Jean Aubier, entre otros.

 

 

Para Pablo Picasso cualquier manifestación artística era un posible camino para la exploración. En los años previos a la realización del Guernica (1937), Picasso se encuentra en un periodo especialmente experimental, aunque no precisamente en lo pictórico. Los problemas personales por los que atraviesa el artista, debido a su separación y a la doble relación que comparte con dos amantes, han sido expuestos como posibles motivos de su mermada actividad pictórica en los meses previos a la realización del Guernica. En cualquier caso es muy importante tener en cuenta que Picasso deja de pintar solo durante unos meses, algo muy habitual en otros pintores; al tratarse del malagueño llama especialmente la atención porque su elevada actividad pictórica fue siempre abrumadora. El paulatino alejamiento de las formas cubistas llevado a cabo en las décadas anteriores, y la recuperación de cierto clasicismo, había ido paralelo a la experiencia burguesa vivida desde 1918 con Olga Khokhlova, su esposa. En 1935, con su matrimonio roto y experimentando en lo personal una actividad frenética, Picasso se encuentra en un momento de redefinición artística, lanzándose entonces a la escritura; así nacen sus primeros poemas. Algunos de estos primeros versos, traducidos al francés por André Breton, aparecieron publicados en enero de 1936 en la prestigiosa revista Cahiers d´Art, la cual dirigía Christian Zervos, buen amigo del artista español. Poco antes de tal publicación Picasso comentaba con cierto pudor: «Soy un pintor viejo y un poeta recién nacido».

Que Picasso se había rodeado de escritores desde su instalación definitiva en París en 1904 era una realidad rotunda: Guillaume Apollinaire, Max Jacob, Paul Éluard, Tristan Tzara, Pierre Reverdy, Georges Bataille, Jean Cocteau… eran algunos de los escritores y amigos, para los que incluso había ilustrado sus textos más notables. Ante este elenco de poetas vinculados al Surrealismo se refuerza la constante afirmación de un Picasso vinculado conceptualmente, aunque nunca dogmático, a este movimiento de vanguardia tan rico, complejo y bifurcado.

El pintor malagueño también fue motivo de inspiración para muchos de sus amigos poetas, especialmente llamativa por la confluencia entre palabra y artes plásticas fue la Oda a Picasso que Jean Cocteau le dedicó en 1917. En 1938, su amiga estadounidense Gertrude Stein, escribía Picasso, texto en el que se presenta una breve y subjetiva biografía del malagueño y del que se destaca su empleo de la pintura a modo de escritura, además de darle el título del más genial y completo artista de todos los tiempos.

Su padre era profesor de pintura en España y Picasso escribía pintura así como otros niños escriben el abecedario (...) En París tenía más amigos escritores que pintores: para qué tener amigos pintores pintando como pintaba. Salta a la vista que no necesitaba pintores en su vida cotidiana, algo aplicable a toda su vida (...) De modo que, en un principio, se hizo amigo íntimo de Max Jacob e inmediatamente después de Guillaume Apollinaire y de André Salmon; más tarde me conoció a mí, mucho después a Jean Cocteau y finalmente a los surrealistas (...) Entre los pintores que llegaron a ser íntimos amigos suyos,  y esto ocurrió mucho después (...), aparecieron Braque y Derain, ambos con una vertiente literaria, razón de su amistad con Picasso. [1]

Muchos años después, en 1966, Rafael Alberti escribió Los ojos de Picasso. La lista de textos dedicados al artista es considerablemente larga, estos son solo tres ejemplos que reflejan la fascinación de tres culturas por su trabajo: la francesa, la norteamericana y la española, determinantes en la trayectoria de Picasso y del propio Guernica.

 

 

En torno a 1935 el artista malagueño, debido a la crisis personal por la que atravesaba y al poco apoyo que algunos de sus allegados profesaban hacia su poesía, [2] le confesaba a su secretario personal Jaime Sabartés, que estaba pensando en «dejarlo todo, la pintura, la escultura, el grabado y la poesía, para dedicarse exclusivamente al canto». [3] A pesar de este extraordinario comentario, Picasso escribió prácticamente a diario durante 1935 y 1936, y en realidad no lo dejo de hacer con notable asiduidad hasta los años 50. Picasso como en todas sus manifestaciones artísticas y vitales, no se impuso límites ni tampoco adoptó normas. Como el propio Picasso expresó en una carta a Sabartés: «Si me pusiera a corregir los errores que me señalas según reglas que no guardan relación conmigo, lo que constituye mi propia tonalidad se perdería en una gramática que nunca alcancé a asimilar. Prefiero guiarme por una que responda a mi capricho, antes que someter mis palabras a unas reglas que no reconozco como propias». [4]

Picasso escribía en español y francés, a veces combinando ambos idiomas, pudiendo decirse que existen ciertas tipologías creadas por él mismo, en cuanto a poesía se refiere. Cada uno de los idiomas empleados le proporciona distintas posibilidades. Los poemas largos en los que las palabras desfilan a toda velocidad, como un fuerte caudal de palabras que fluyen a borbotones y sin freno, son los conocidos como poemas río. Estos los hacía en español mientras que con el francés juega con otra experimentación formal. También son relevantes sus reflexiones sobre la traducción, considerando que al hacer el paso de una lengua a otra se da un completo trabajo de reescritura, convirtiendo el poema en uno enteramente nuevo: «Si pienso en una lengua y escribo el perro persigue a una liebre por el bosque y quiero traducirlo a otra lengua tendré que decir la mesa de madera blanca hunde sus patas en la arena y muere casi del susto al reconocerse tan [idiota]». (Pablo Picasso: Poema del 28 octubre 1935).

En los poemas río no es posible parar, no hay puntuación, el ritmo lo marca la necesaria respiración. Paralelamente, juega con la fonética y la melodía del lenguaje, mostrando un entendimiento clásico de la poesía. Igual que en el resto de sus trabajos artísticos conjuga la vanguardia y la experimentación con una tradición profundamente clásica, generando resultados insólitos.  Dentro de esta tipología y especialmente interesante para la lectura que proponemos, basada en una relación con su obra pictórica y más concretamente con Guernica, es destacable el poema que realiza el 15 de junio de 1937 para completar los grabados Sueño y Mentira de Franco (1937). Esta obra, formada por dos placas que dan lugar a 18 viñetas a modo de cómic en las que el artista se mofa abiertamente de Franco y del bando nacional-católico, iba acompañada de un poema río de complejo significado pero de muy elocuentes evocaciones. Aunque se han apuntado claras diferencias artísticas y conceptuales entre estas placas emparejadas con el Guernica, y el poema, [5] el polifacético artista escribe el verso continuo para venderlo conjuntamente con los grabados en el Pabellón Español de la Exposición de París y así sacar dinero para la causa republicana.

Fandango de lechuzas escabeche de espadas
de pulpos de mal agüero estropajo de pelos de coronillas
de pie en medio de la sartén en pelotas -puesto sobre el cucurucho
del sorbete de bacalao frito en la sarna de su corazón
de cabestro- la boca llena de la jalea de chinches de sus palabras
-cascabeles del plato de caracoles trenzando tripas -
meñique en erección ni uva ni breva- comedia del arte de
mal tejer y teñir nubes -productos de belleza del carro de la
basura- rapto de las meninas en lágrimas y en lagrimones -
al hombro el ataúd relleno de chorizos y de bocas- la rabia
retorciendo el dibujo de la sombra que le azota los dientes
clavados en la arena y el caballo abierto de par en par al sol
que lo lee a las moscas que hilvanan a los nudos de la red
llena de boquerones el cohete de azucenas- farol de piojos
donde está el perro nudo de ratas y escondrijo del palacio de

trapos viejos las banderas que fríen en la sartén se retuercen
en el negro de la salsa de la tinta derramada en las gotas de
sangre que lo fusilan -la calle sube a las nubes atada por los
pies al mar de cera que pudre sus entrañas y el velo que la
cubre canta y baila loco de pena -el vuelo de cañas de pescar
y alhiguí del entierro de primera del carro de mudanza -las
alas rotas rodando sobre la tela de araña del pan seco y
agua clara de la paella de azúcar y terciopelo que pinta el
latigazo en sus mejillas -la luz se tapa los ojos delante del
espejo que hace el mono y el trozo de turrón de las llamas se
muerde los labios de la herida -gritos de niños gritos de mujeres
gritos de pájaros gritos de flores gritos de ladrillos gritos
de muebles de camas de sillas de cortinas de cazuelas de
gatos y de papeles gritos de olores que se arañan gritos de
humo picando en el morrillo de los gritos que cuecen en el
caldero y de la lluvia de pájaros que inunda el mar que roe
el hueso y se rompe los dientes mordiendo el algodón que el
sol rebaña en el plato que el bolsín y la bolsa esconden en la
huella que el pie deja en la roca.

Sueño y Mentira de Franco, 1937.

No solo a través de este poema acompañante vemos el emparejamiento del arte plástico con la poesía tan presente en su trabajo durante estos años, el título también nos habla de los juegos de palabras que tanto gustaban a Picasso como al resto de surrealistas. Apunta Juan Antonio Ramírez en uno de sus textos dedicado al Guernica, que probablemente Picasso escogió tal título para esta pieza porque en su traducción al francés se hacía especialmente atractiva en lo fonético: Songe et mensonge de Franco. Generando esta sonoridad burlona, Picasso muestra desde la ironía de un humor muy negro, lo absurdo e injustificado de la sublevación militar. Del mismo modo el título recuerda a los de dos grabados de Goya de la serie Los Caprichos: El sueño de la razón produce monstruos y El sueño de la mentira y la inconstancia. Sueños y mentiras que Picasso asocia a los sublevados contra el legítimo gobierno, los cuales estaban creando una pesadilla de monstruos patéticos y ridículos de injustificadas e injustificables acciones. [6] Del mismo modo la idea de sueño y falacia está muy ligada a la tradición literaria en castellano, siendo especialmente reconocible en los escritores barrocos del Siglo de Oro.

 

El día 19 de enero de 1937, poco después de haber realizado la primera plancha de Sueño y Mentira de Franco, Picasso lleva a cabo un pequeño lienzo, también abiertamente comprometido con la causa republicana. En esta tela, protagonizada por una grotesca figura femenina, el color permite colocar la bandera española franquista en las manos de tan desagradable dama. Acompañando a la imagen, va un texto a modo de verso que dice: «Retrato de la marquesa de culo cristiano echándole un duro a los soldados moros defensores de la virgen». El pintor pretende evidenciar la incongruencia del discurso del bando nacional-católico, haciendo un paralelismo visual con el propio sombrero de la marquesa el cual porta una media luna (símbolo islámico) y gran cantidad de cruces (símbolo cristiano). Es especialmente elocuente la presencia del texto, en las dos únicas obras que se consideran de propaganda política, ya que Guernica superó con mucho tal dimensión. Lo cual no excluye la posible lectura de algunos de los poemas escritos en mayo o junio de 1937, como perfecto complemento del gran lienzo. Una de las preguntas que surge de este planteamiento es la siguiente: ¿Es Picasso un escritor comprometido, emplea también su poesía en su potencia o dimensión política?

en las entrañas del corazón están solando las calles del pueblo y la arena que cae en los relojes de arena heridos en la frente al caerse por la ventana sirve para secar la sangre que brota de los asombrados que miran por el ojo de la cerradura por ver si el aire asfixiado por el hedor que se escapa por los orificios nasales de los papeles grasientos tirados al suelo o la música escondida debajo de las hojas de la vid no impide que la danza macabra borre de un plumazo la huella de las voces aferradas con las puntas de los dedos a los pedazos de pan remojados en orina
 
un interior brillantemente iluminado recién solado chorreando sangre descansando sobre relojes de arena llenos de ojos visto por el ojo de la cerradura los caracteres de imprenta dispuestos sobre una hoja de vid borrando con sus plumas el olor a pan remojado en orina
 
la luz suela con su sangre los relojes de arena del ojo de la cerradura con sus ojos borra de sus plumas el olor a pan remojado en orina
 
la mezcla de colores solando los ojos de las plumas arrancadas del pan remojado en orina.
 
Pablo Picasso. Poema de junio de 1937.

Otra de las tipologías, que el estudioso Androula Michaël propone para la posible clasificación de la poesía de Picasso en los años 30, son los poemas variaciones que se caracterizan por juegos lingüísticos, donde se combinan frases y palabras repitiéndose en diferentes lugares del poema. En el trabajo de Pablo Picasso los cambios o variaciones son una constante, es por ello que sus poemas recuerdan al ensamblaje de sus obras plásticas a modo de collage o a sus esculturas, en las que superpone elementos, mezclando materiales a priori disonantes. Esta técnica adquiere una dimensión visual poética muy potente en su escritura. Si acercamos esta idea o práctica a su obra Guernica y al complejo proceso de desarrollo de la misma, en la que se da un deslizamiento de las formas representadas en otras a modo de gran metáfora visual, entendemos que son unos años donde la poética surrealista de evocación está muy presente en todo su trabajo artístico.

Otro de los rasgos más característicos de la poesía de Pablo Picasso es la acumulación. Llegó a reescribir hasta casi veinte veces el mismo poema, de tal manera que emborronaba los textos, añadía gran cantidad de cambios a modo de una gran metamorfosis y daba lugar a un nuevo poema. «El resultado es una poesía rizomática, plagada de senderos que se bifurcan», [7] frase que podríamos aplicar a su Guernica, algo que vemos de manera muy clara en las fotografías de Dora Maar [+info] sobre la realización de la pintura.

Otros de sus poemas están planteados a modo de jeroglífico o rehús. También sus poemas se plasman visualmente, con una repetición de palabras que designan colores. Tal y como indica Androula Michaël, Picasso maneja el lenguaje con gran libertad pero está muy lejos de la escritura automática. Del mismo modo que en su pintura, existe una libertad total pero dentro de una trabajo intelectual fortísimo y de raíces culturales muy profundas e interiorizadas. El propio Picasso comenta algo a este respecto, colocando a la misma altura su práctica como pintor y su capacidad como poeta:  «Soy más que eso, lo que pasa es que nadie me toma en serio. La gente solo me toma en serio en mi faceta como pintor. Peor para ellos». [8]

El pintor o artista plástico se destila por doquier en su poesía, lo vemos incluso en los materiales empleados como soporte de sus versos: suele transcribir sus poemas en tinta china sobre papel de Arches, el mismo que emplea para sus dibujos. Aunque no es habitual, a veces entrelaza dibujo y texto, algunos de estos ejemplos están concebidos para ser apreciados gráficamente. Lo que sí es una constante en su trabajo es la sensibilidad a la hora de recrear una dimensión espacial de la escritura, componiendo arquitectónicamente sus poemas. Algo que también está muy presente en su trabajo pictórico según las apreciaciones del profesor Timothy J. Clark, que reafirma la idea omnipresente en Picasso del mundo como estancia, de ahí la necesidad de una construcción visual espacial cerrada. 

Respecto a los temas que Picasso aborda en su poesía coetánea al Guernica, vemos todo aquello que tiene que ver con la pintura, los grabados,… las artes plásticas, teniendo un lugar destacado las formas geométricas vinculadas con lo artístico. Dentro de los adjetivos o cualidades aplicadas a los objetos que Picasso menciona en sus versos de los años 30, son una constante los elementos viscosos, líquidos, cremosos... Términos que se emparentan a la perfección con el vocabulario surrealista de lo pútrido y metamorfoseado, aquello que gotea, es pegajoso, se deshace… Lo que cambia de estado es algo que obnubila a muchos artistas de la época. En esta línea se podrían destacar algunas de sus expresiones poéticas como la crema de la noche o el  jugo de estrellas. Esta última frase recuerda notablemente a la expresión de salivilla de estrellas que emplea Federico García Lorca en el Romance de la Guardia Civil del Romancero Gitano, haciendo alusión a la saliva curativa de la Virgen María. [9] En este lenguaje de vanguardia poética pero de fuertes raíces culturales y suma de lo popular, que refleja y representa el trabajo lorquiano de sus romanceros, podríamos situar la pintura, que no la poesía, de Pablo Picasso, siendo su obra Guernica máximo exponente de esta rica combinación de elementos.

La presencia del peso de la tradición cultural de España en la obra poética del Picasso de estos años se evidencia a través de los toros, las danzas y las canciones populares, los hábitos gastronómicos e indiscutiblemente el trágico final la guerra civil. La dictadura franquista también estará presente en su trabajo a modo de recetas incomestibles como sopa de clavos o legumbres de acero hechas en su salsa. Todo en una mixtura con recuerdos de infancia, sensaciones vividas, objetos reales e imaginados,… pero todos ellos sacados de su universo pictórico o llevados a él.

introduce el cuchillo entero desde la punta hasta el puño el caramelo de los labios de la ventana abierta a los pliegues del cielo pintado en imitación de madera larga cola de silencios.

Pablo Picasso. Poema del 20 enero de 1940.

Es sabido que Picasso quiso facilitar a los historiadores del arte su labor a la hora de encajar en el tiempo sus piezas, y así poder crear relaciones y sinergias entre ellas, la cultura, la sociedad, la humanidad. En una conversación con G. H. Brassaï, Picasso le comentaba:

¿Por qué cree usted que fecho todo lo que hago? Es que no basta con conocer las obras de un artista. También hay que saber cuándo las hizo, por qué, cómo, en qué circunstancias. Sin duda, existirá un día una ciencia, que quizá se llame la ciencia del hombre, que aspirará a ahondar en el hombre a través del hombre creador…Yo pienso a menudo en esa ciencia, y quiero dejar a la posteridad una documentación los más completa posible. Por eso fecho todo lo que hago. [10]

Es imprescindible tener en cuenta su obsesión por fecharlo todo, llegando incluso a indicar la hora. En el caso concreto de la poesía es especialmente acusado, aunque lo repite en dibujos, grabados,... Si recordamos los bocetos preparatorios para el Guernica, algunos incluso tienen indicada la hora o el estadio del día en el que fueron realizados, mañana-tarde-noche. Picasso entiende las obras como entes que se van desarrollando debido a un interés del propio artista por la exploración. «Todas mis pinturas son exploraciones (…) Es una experiencia en el tiempo. Los numero y les pongo fecha». [11]

Comentario que bien valdría para la información que añade a sus poemas, por lo que los consideraba a la altura artística de su pintura, grabados, escultura o cerámica. Ese interés constante de Pablo Picasso por abarcarlo casi todo, por dilatar el tiempo y ensanchar la vida, como decían los surrealistas, se expresa fácilmente en la presencia del tiempo en todo su trabajo. El factor tiempo también está en su poesía, un tiempo que es siempre presente. Como comenta Androula Michaël: «El instante abarca todas las dimensiones temporales aboliendo el tiempo del calendario y aspirando a la eternidad». [12]

La poesía en Picasso hay que entenderla como una parte integradora más de su ingente trabajo artístico, creando esas relaciones que nos puso en bandeja fechando exhaustivamente todas sus obras. Picasso pretendía que su faceta de pintor de poemas tuviera la misma importancia que su producción plástica y aseguraba con rotundidad: «Creo que mi obra como escritor es tan extensa como la del pintor. Materialmente dediqué el mismo tiempo a ambas actividades. Quizá algún día, cuando yo desaparezca, apareceré descrito en los diccionarios de esta manera: Pablo Ruiz Picasso: poeta y autor dramático español. Se conservan de él algunas pinturas». [13]

 

 

 

 

[1] Stein, Gertrude. Picasso. Madrid: La Esfera, 2002; p. 13, 16. (Texto original de 1938. Traducción de Flora Casas).

[2] Precisamente a la escritora norteamericana Gertrude Stein no le agradó la incursión de Picasso en la poesía, parece ser que nunca le apoyó y que abiertamente rechazó la calidad de sus poemas además de tratar de acusarle de plagio de su propio trabajo.

[3] Sabartes, Jaime. Picasso. Retratos y recuerdos. Madrid: Afrodisio Aguado, 1953; p. 141.

[4] Sabartes, Jaime. Picasso. Retratos y recuerdos. Madrid: Afrodisio Aguado, 1953; p. 133.

[5] Juarranz de la Fuente, José María. "Picasso. Una nueva visión sobre Sueño y Mentira y Franco". Grabado y Edición?

[6] Ramírez, Juan Antonio. Guernica. La historia y el mito en proceso. Madrid: Electa, 1999; p. 29.

[7, 8] Picasso, Pablo. Poemas en prosa. Barcelona: Plataforma, 2008; p. 16.

[9] Precisamente este trabajo de Lorca, Romance de la Guardia Civil española, estará expuesto en la vitrina dedicada al poeta granadino en el Pabellón Español de la Exposición Internacional de París de  1937, justo enfrente del Guernica de Pablo Picasso.

[10] Ginzburg, Carlo. "La espada y la bombilla. Una nueva lectura del Guernica". Historias inmortales. Fuentes y relatos de los cuadros de historia en el Museo del Prado. Madrid: Museo del Prado, 2002.

[11, 12] Picasso, Pablo. Poemas en prosa. Barcelona: Plataforma, 2008; p. 21.

[13] Picasso, Pablo. El Deseo atrapado por la cola. Madrid: Circulo de Bellas Artes, 2009.