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ARTIUM (2002-2012): Memoria gráfica y documental
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Praxis. Wilfredo Prieto
22/03/2011 > 29/05/2011 (Sala Norte)
Comisaria: Blanca de la Torre
Artista: Wilfredo Prieto
Wilfredo Prieto vuelve a la conceptualización del paisaje, en esta ocasión a partir de materiales propios de la construcción: cemento, ladrillos, vallas, elementos de prohibición…, que sirven al artista para establecer así una cierta continuidad con el género paisajístico en la historia del arte, y al mismo tiempo para proponer nuevos cuestionamientos acerca del mismo.
Como en todos sus trabajos, detrás de este componente de juego –conceptual y formal–subyace una profunda investigación de la naturaleza de la idea a partir de un minimalismo perfectamente calculado, un particular ready made, así como el poder de la metáfora y la poesía para gestar una nueva gramática expresiva.
En este entorno paisajístico, el público tiene un papel activo bastante peculiar: la contemplación, una observación que se le facilita a partir de la recreación de lo que podría ser el espacio de su salón de casa: lo aséptico de un sofá blanco con una mesa para poner los pies, y la posibilidad de abrir la nevera situada a un lado para disfrutar de una cerveza durante tal acto de contemplación.
Prieto nos pone así en contacto con un paisaje «familiar», tanto por las escenas de construcción en el entorno urbano como por la manera de contemplarlas: desde el sofá de casa, con los pies sobre la mesa y tomando una cerveza. El proyecto reabre así el debate sobre el concepto de «habitar», referido en este caso a un espacio expositivo y a un paisaje.
Este habitar puede conectarse con Heidegger y su famosa conferencia de 1951 Construir, habitar, pensar en la que reflexiona sobre el sentido del construir, que él identificaba con el habitar, como forma que el hombre tiene de estar en el mundo y de cuidar la tierra, refiriéndose no solo a una reconstrucción material y espacial –aplicada a la Alemania del momento–, sino también a su sentido moral y espiritual. Nos situamos así ante una identificación del «construir» con el «habitar», que adquiere así una dimensión superior y trascendente.
Ese uso de lo cotidiano de Heidegger tiene también un hilo de conexión con Prieto, en ese trato de las cosas admitidas en nuestra confianza, que es lo que el filósofo alemán entenderá como el «ser de lo útil»: "No habitamos porque hemos construido, sino que construimos y hemos construido en la medida que habitamos, es decir, en cuanto que somos los que habitan […]. La esencia del construir es el dejar habitar".
Este «habitar» los espacios de Wilfredo también enlaza con la concepción poética de habitar heideggeriana, cuando tres años más tarde de la mencionada ponencia el autor apunta en Poéticamente habita el hombre (1954), que "el poetizar construye la esencia del habitar, […] es la capacidad fundamental del habitar humano".
En la sala del museo, este paisaje es invadido por la acción del espectador. Este choque provocado por la irrupción en la que el público decide si intervenir –a partir del propio acto de sentarse y tomar su cerveza–, o asumir el papel de espectador pasivo tradicional saca a la luz un cuestionamiento de los roles del espectador, de la manera de enfrentarse a una obra de arte y de las posibilidades dentro de la observación.
Estas posibilidades darán lugar a un permanente estado de reflexión y generarán cambios en el punto de vista de este paisaje unidireccional, a partir de la modificación del paisaje creado por el propio artista a lo largo del proyecto.
Wilfredo Prieto
La práctica artística de Wilfredo Prieto se mueve en esta sutil línea entre dos realidades, entre una dimensión real y una metafórica, para lo cual en numerosas ocasiones se basa en juegos de palabras, refranes o expresiones cotidianas, que al otorgarles una fisicidad rompen el significado o desactivan o reactivan las diferentes capas de significados posibles. Una piel de banana que descansa sobre un jabón en un eje de grasa amarilla (Grasa, Jabón y Plátano, 2006) , una pista de baile sin música, un chícharo a modo de bola del mundo o el suelo del stand de su galería en ARCO (Nogueras Blanchard) cubierto de chicles. Uno de sus más conocidos trabajos es Apolítico, realizado en 2001 a partir de treinta banderas nacionales en gama de grises, desactivando, o reactivando el contenido político de las mismas. Otro de sus hits es La biblioteca blanca, una obra de 2004 que formó parte de las Bienales de Singapur y Venecia que consistía en 6.000 ejemplares de libros totalmente blancos que reposaban en sus respectivas estanterías, y nos permitían sugerir su tipología a partir de forma e identificar enciclopedias, novelas, e incluso periódicos y revistas, todos ellos de un blanco impoluto y sin rastro de tinta.
Un tipo de trabajos que propician un deleite agridulce situado entre la contemplación estética y la satisfacción de haber resuelto un jeroglífico de prensa.
Wilfredo Prieto ha participado en numerosas exposiciones colectivas de la talla de la 29 Bienal de Sao Paulo, Brasil, 2010; 2010; I'm Not Here. An Exhibition Without Francis Alÿs, De Appel Boys’ School, Amsterdam, 2010; Antes de todo, CA2M, Centro de Arte Dos de Mayo, Móstoles, 2010, Exhibition, Castello di Rivoli, Cosas que sólo un artista puede hacer, MARCO, Vigo, 2010 Bienal de Thessaloniki, Grecia, 2009; Stowaways, CCA Wattis Institute for Contemporary Arts, San Francisco, 2009; Hypocrisy: The Sitespecificity of Morality, National Museum of Art, Architecture and Design, Oslo, Noruega, 2009; Objects of Value, Miami Art Museum, Miami, 2008); That Was Then…This is Now, PS1 MoMA, Nueva York, 2008; Territorios, 52 Bienal de Venecia, Pabellón Italo-Latinoamericano, Venecia, 2007.
Documentación asociada a la exposición