ARTIUM (2002-2012): Memoria gráfica y documental

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Ignacio Sáez. De frente

18/01/2011 > 13/03/2010 (Sala Norte)

 

Artista:  Ignacio Sáez

El flamenco tiene la capacidad de arrastrarte a un espacio de sensaciones animal, primario. Arranca el alma de su letargo, llevándonos a nuestras cunetas personales, a aquel espacio donde termina el asfalto cultural y se junta la naturaleza con los restos de nuestros pactos, las pasiones y ascos personales.

Esto viene al caso en relación a la pérdida hace unos días de Enrique Morente. Un día después de su muerte tenía prevista su actuación en Gasteiz y algunos nos quedamos sin el que iba a ser el primer directo con el maestro que unía esa pasión con el juego y la exploración de nuevos espacios, entre ellos el arte. La sinceridad con que se enfrentaba a su arte conecta con la de Mikel Laboa, que también murió en estas fechas, ahora hace dos años. Ambos compartían la investigación en las raíces culturales, la tradición oral, la poesía y una continua experimentación en la apuesta por expandir los límites formales de su trabajo.

Sin una vinculación aparente, esta obra de Ignacio Sáez que presentamos por primera vez en ARTIUM comparte la sinceridad visceral de los dos autores. Un políptico que trae del inconsciente dolor y pasión por el color, espiritual y carnal a un tiempo, que no se aleja de aquella manera de hacer que invitaba Morente: “sé salvaje, libre, canta lo que te salga”.

Ignacio Sáez (Bilbao 1971)

Se licencia en Bellas Artes por la EHU/UPV en 1994. Artista polifacético, se considera pintor aunque su trabajo sobrepasa este medio desde técnicas como la fotografía, el vídeo o la instalación. Conecta arte con todos los aspectos de su vida, desde los ligados a una práctica más habitual del taller y la exposición de esos trabajos como a intervenciones en otros campos: la música, la participación en murales urbanos y colaboraciones en escenografías o en piezas de otros artistas plásticos como Txomin Badiola, Sergio Prego o Alberto Lomas, por citar a algunos. De igual manera participa activamente en asociaciones de artistas vinculadas a la autogestión como fueron en canal o el actual Espacio Abisal.

La obra de I. Sáez, y más concretamente su pintura, resulta una de las más personales y perturbadoras de los autores contemporáneos del estado. Une al conocimiento del medio y la historia del arte su vinculación violenta al medio. En composiciones tenebrosas y ambientes barrocos, da espacio a la figura humana que se funde con signos propios que hablan de la relación casi siempre trágica y dramática del autor con su trabajo. Esta pintura, un políptico en cuatro partes, compone un mural horizontal que incluye elementos simbólicos recurrentes en la obra del artista. Colores fuertemente contrastados consiguen un ambiente denso e irreal en el que una figura, que probablemente alude al propio artista, trascurre en distintos espacios vitales interconectados.

 

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