
ARTIUM (2002-2012): Memoria gráfica y documental
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Agitar antes de usar
06/03/2008 > 08/06/2008 (Sala Este Baja)
Comisario: Enrique Martínez Goikoetxea
Artistas: Chris Drury, Hamra Abbas, Robert Waters, Jorge Macchi, Jean Michel Alberola, Maider López, Catherine Bertola, Katharina Grosse, Mrzyc & Moriceau
Actividades relacionadas con la exposición: cine
Agitar antes de usar es una exposición de intervenciones en el propio espacio de la sala, de obras realizadas in situ por nueve artistas de diferentes latitudes, que tiene un carácter marcadamente efímero y una clara fecha de caducidad. Tras finalizar los tres meses que dure la exposición, las diferentes obras realizadas in situ serán destruidas y una nueva capa de pintura cubrirá el esfuerzo de los artistas. Un proyecto artístico de usar y tirar, que choca contra el obsesivo deseo de permanencia que se le atribuye a una obra de arte...
Como el espectador comprobará Agitar antes de usar es una exposición atípica, que más que exhibir objetos, difunde mensajes y sobre todo pone de manifiesto actitudes marcadas por el compromiso con una idea o una práctica artística. Los artistas incluidos presentan propuestas en las que el arte se funde con su entorno, se interroga sobre su propia función, o analiza su dimensión social. Son obras que no se convertirán nunca en mercancía, tan sólo en experiencia, y sin embargo, subyace en ellas una especial capacidad de hacer partícipe a todo el que se acerca y transita el lugar donde han sido creadas. El objetivo de estos artistas es que sea un arte directo que incida más en agitar los sentidos y la materia gris que en crear un objeto bello y perdurable.
Utilizando el dibujo, la pintura mural o interviniendo en la arquitectura, desde la huella a la pura expresividad del color, la exposición va poco a poco excitando nuestros sentidos e inquietudes cotidianas. El sexo, la política, la religión o aquella parte del inconsciente que nos visita son tratados siempre desde el compromiso con inteligencia y sensibilidad a lo largo de la exposición. El espacio se abre con el trabajo del inglés Chris Drury. El uso de tierras y huellas dactilares recogidas de nuestro entorno define la obra en la que refleja la energía que conecta la naturaleza con el ser humano. La artista Hamra Abbas, en su obra Please Do Not Step II alude al encuentro entre culturas y religiones diferentes en nuestro contexto, ser «distinto» en Occidente, en un momento en el que sufrimos la «talibanización» de la política mundial. A su vez Jean Michel Alberola, propone un espacio cargado de intensidad. La mezcla de imágenes y frases de significado abierto apela a nuestra experiencia en una sutil forma de hacer política de base.
Enfrente de este espacio, en un mural de más de diez metros, se recorta la silueta de un torso masculino iluminado por la pantalla de un ordenador. La obra firmada por Robert Waters retrata un momento íntimo de una relación cada vez más común entre hombre y máquina y aquello que cada uno proyectamos en ella. De una manera más emocional, en un lenguaje más poético, la obra de Jorge Macchi se sirve de un simple papel sujeto por varios cables para realizar lo que él define como una canción, breve y extensa. Esta pieza se encuentra en el espacio con la intervención de la pareja Mrzyk & Moriceau, con imágenes surreales, que rozan el absurdo, pero con esa capacidad de evocar aquellas que habitan mundos similares en nuestro interior.
En este punto, si tu altura o los tacones te elevan más allá de 1,70, atención: una viga, característica estructural de las salas en ARTIUM, ha sido puesta en valor y colocada a una altura en la que nos vemos obligados a tenerla en cuenta. Maider López, de nuevo, nos coloca en una nueva relación con los objetos para hacernos apreciar ese espacio que habitualmente pasa desapercibido.
La exposición toma igualmente conciencia del edificio el que se ubica en el trabajo de Catherine Bertola. Su obra nos habla de la memoria y el tiempo, y evocar imágenes del lugar donde nos encontramos. Con el polvo recogido en el propio edificio construye una imagen de la antigua estación que ocupaba el solar del museo. El espacio de la sala se completa con una experiencia física directa con el color. En la obra de Kahtarina Grosse una espectacular torre cromática surge del suelo consiguiendo sobrecoger y arrancar de nosotros una nueva experiencia, sensual, de la pintura.
Agitar antes de usar es un punto de encuentro de ideas, de actitudes y, sobre todo, de lugares, en el que las intervenciones de los artistas cobran sentido a partir de las interrelaciones que creemos entre ellas.
Documentación asociada a la exposición