Santiago Sierra

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Acciones remuneradas

Como su denominación indica, las acciones remuneradas consisten en pagar a personas por realizar ciertos servicios, que formarán la obra. Algunos ejemplos son: contratar a un grupo de prostitutas para que se tatúen una línea recta en la espalda, en otro caso los contratados son inmigrantes subsaharianos, para cavar sus propias fosas mortuorias en una dehesa de Cádiz. Estas acciones son documentadas en vídeos y fotografías en blanco y negro y son acompañadas por textos explicativos.


Los mendigos, prostitutas inmigrantes ilegales contratados para realizar las acciones son siempre personas del lugar donde se van a llevar a cabo estas. La zona geopolítica donde se desarrollará la acción es estudiada e investigada minuciosamente por el artista. Sierra ha escogido para este tipo de acciones lugares tan dispares entre sí como la Ciudad de México, Guatemala, Nueva York, Barcelona, Londres, Berlín etc. La forma de remuneración a las personas contratadas está estrictamente ligada a los baremos locales, teniendo en cuenta razones de género y raza así como las jerarquías sociales de los habitantes.


465 TRABAJADORES


Esta acción se desarrolló en el Museo Rufino Tamayo, en México D.F. 465 hombres jóvenes de raza mestiza indoeuropea de 30 a 40 años y entre 1.60 y 1.70 cm. de altura, en su mayoría de modesta condición económica, fueron contratados por Santiago Sierra para formar parte de esta instalación. Todos ellos debían estar de pie, ocupando toda la superficie de la sala y mirando hacia la pared de espaldas al público, durante un período de tres horas.


LÍNEA DE 160 cm TATUADA SOBRE CUATRO PERSONAS


El cuerpo surge como tema principal de esta acción, temas fundamentales en la obra de Sierra están presentes: el tatuaje, la remuneración del trabajo y las trabajadoras sexuales. Anteriormente, el tema del tatuaje ya había aparecido en otras obras, la primera vez fue un hombre mestizo mexicano al que se le tatuó una línea de 30 cm. a cambio de dinero, más tarde fueron tatuados seis hombres en la Habana. En Salamanca las escogidas fueron seis prostitutas drogodependientes, en este caso los servicios fueron pagados con una dosis de heroína.


     Línea de 160 cm. tatuada sobre cuatro personas. El Gallo de Arte contemporáneo, Salamanca , Diciembre de 2000.

10 PERSONAS REMUNERADAS PARA MASTURBARSE


La Habana fue el lugar escogido para desarrollar la acción. 10 Hombres, negros, jóvenes fueron contratados para masturbarse. Las características de las personas escogidas está en relación con el turismo sexual de la isla. El interés del artista radica no en el poder ejercido sobre los contratados, sino y por el contrario, en la reacción del público, que generalmente no comprende la radicalidad de sus acciones y el fin de las mismas.


10 personas remuneradas para masturbarse, 2000.

20 TRABAJADORES EN LA BODEGA DE UN BARCO


Acción realizada el 20 de julio de 2001 por Santiago Sierra. 20 trabajadores fueron remunerados con 20 euros cada uno por permanecer ocultos en la bodega de un barco a altas temperaturas y hacer una ruta de tres horas de ida y vuelta. Las personas contratadas como en casi todas sus acciones son marginados sociales: inmigrantes, drogadictos, …etc.


20 trabajadores en la bodega de un barco, 2001.

200 INMIGRANTES TEÑIDOS DE RUBIO


200 inmigrantes contactados en la calle, fundamentalmente vendedores ambulantes: senegaleses, bangladesíes, chinos e italianos del sur, fueron contratados para que se les tiñera el pelo de color rubio. Se pagaron 120.000 liras por persona.


En la muestra se expuso un vídeo con secuencias del proceso de tintura. La mayoría de estas personas son vendedores de carteras de cuero falsificadas, otros trabajan haciendo tatuajes, u otro tipo de ventas ambulantes en los alrededores de la Plaza de San Marcos.


2000 inmigrantes teñidos de rubio.


 


INSTALACIÓN EN LA 50ª BIENAL DE VENECIA


Esta acción se desarrolló en el Museo Rufino Tamayo, en México D.F. 465 hombres jóvenes de raza mestiza indoeuropea de 30 a 40 años y entre 1.60 y 1.70 cm. de altura, en su mayoría de modesta condición económica, fueron contratados por Santiago Sierra para formar parte de esta instalación. Todos ellos debían estar de pie, ocupando toda la superficie de la sala y mirando hacia la pared de espaldas al público, durante un período de tres horas.


Esta obra fue realizada por el artista para el pabellón de España en la 50 Bienal de Venecia. Un requisito imprescindible para acceder a la instalación era tener el pasaporte del estado Español. Crítica hacia el control de flujos migratorios y mención a los falsos mitos y esperanzas de los inmigrantes que les viajan a otros países en busca de una vida mejor.


Bienal de Venecia, 2004.