Obra

En los 90, cuando comienza a trabajar Santiago Sierra, el arte de la provocación prácticamente se había extinguido, atrás quedaban otras épocas y tendencias artísticas marcadas por este propósito; Fluxus o el accionismo vienés. Pese a ir contra corriente, en las obras y acciones de Sierra encontramos desde sus inicios como hilo conductor esta cuestión; la provocación, el irritar y poner en tela de juicio lo establecido.

Cuando comienza a trabajar en Madrid, la escultura es la primera disciplina que escoge, dentro de una estética minimalista, con materiales y procesos de construcción industriales. Las acciones que comienza a realizar en esta etapa tienen mucho que ver con las primeras esculturas, con un tinte vandálico. Obras como 20 trozos de calle arrancada; trozos que fueron literalmente extraídos y llevados a la Galería Romero de Madrid en 1992, crítica del artista hacia el sistema económico español de principios de los 90. Otras obras similares a esta son: 50 Litros de gasolina en un descampado, celebrada en Los focos, Madrid en 1994 o Suelo impregnado con 50 Kg. de asfalto en el Hospital Country Club en México en 1996 de la misma época.

Se traslada a México en 1995, es entonces cuando el artista se decanta por las acciones remuneradas.