Rafael Agredano
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Obra
“Ya no hay nada que inventar, pero todo está ahí, felizmente para nosotros, para que lo utilicemos como nos dé la gana, cogiendo de donde queramos” (Rafael Agredano, 2005).
La obra de Rafael Agredano no deja indiferente a quien la contempla, y este hecho forma parte de su esencia. Originalidad en la visión y en el tratamiento de los temas más cotidianos, su ácida ironía para tratar lo banal y trivial, persigue sacudir las conciencias del espectador. El discurso estético y ético de Agredano se construye entorno a un diálogo dual entre la realidad interna y externa del artista, entre el concepto y la percepción, entre la emoción y la jocosidad de la crónica plástica.
El artista incorpora a su corpus estético un afán rompedor, trasgresor, crítico, irónico e eliminador de trascendencias. Arremete en su obra contra las categorías estéticas establecidas por el academicismo, reconstruyendoe ironizando sobre el compromiso del artista con la sociedad y con su obra.
Rafael Agredano se mueve entre varios terrenos artísticos: experimenta desde el action painting hasta la abstracción geométrica, para llegar hasta un posicionamiento un tanto kitsch, es decir, hace gala de cierta ornamentación pop art y op art en muchas de sus obras, sobre todo aquellas ligadas a la temática religiosa.
El artista cordobés realiza series de muy variada forma y contenido; esta variedad se debe a que siempre ha renegado de los encasillamientos en un solo y único estilo y temática, concediendo una oportunidad a la experiencia y la investigación en diversos campos como práctica personal y artística.
Op art o arte óptico es un movimiento internacional que surge a finales de los años cincuenta. El arte óptico pretende producir efectos de relieve, profundidad o movimientos de formas geométricas sin recurrir al relieve ni a la animación real de las superficies. Los artistas de esta tendencia centran su trabajo en el estudio de las relaciones entre color y espacio con el fin de provocar vibraciones retinianas, para conseguir finalmente una experiencia física en el espectador. Esto se consigue a través de la seriación o la repetición ilimitada de un módulo formal.
Agredano ha ironizado a cuenta de la tradición pictórica española, versionando a artistas clásicos como Pablo Picasso, reelaborando muchas de las escenas del pintor malagueño bajo sus propios presupuestos e ideario estético.
Existen dos constantes en su obra, mantenidas desde sus orígenes: por un lado, la iconografía y las alusiones religiosas; y por otro, la frivolidad como máscara de la ironía y la diferenciación.
En su obra revisa el concepto de moralidad, tanto en la vida como en el arte. Y para ello, utiliza la provocación como piedra de toque. Maneja elementos de la iconografía religiosa (santos, curas, coronas de espinas, crucifijos, etc.) y les impregna un matiz de frivolidad y banalidad característico: curas con alzacuellos leyendo la Revista Vogue o fumando, son algunas de las imágenes más rompedoras y representativas de la imaginería de Agredano.
En muchas de las obras “sacras” inserta inscripciones en latín, con frases relacionadas directa o indirectamente con el arte, y cuyo enunciado traza el entramado conceptual del artista.
La obra de Agredano es muy plural en cuanto al formato utilizado. Podemos encontrar obras al óleo, acrílicos sobre madera y lienzo, dibujos, materiales mixtos, fotografía e infografía, y la experimentación con todas aquellas posibilidades que le puedan brindar las nuevas tecnologías. Agredano utiliza el ordenador que le permite crear imágenes-pinturas prescindiendo del pincel tradicional y que le brinda la posibilidad de trasladar sus representaciones trabajadas en la pantalla a tamaño real al papel fotográfico, para conseguir un resultado perfecto en nitidez y detalles, que sin alejarse de la pintura, le permite crear un gran número de campos de color y niveles de lectura dentro de un mismo cuadro.