Pablo Picasso
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Grabado
Además del maravilloso trabajo pictórico, la obra gráfica de Picasso tiene por sí sola un gran valor artístico. El artista mañagueño se inició en el mundo del grabado de manos de renombrados maestros. El primer acercamiento a esta nueva técnica, tiene lugar en 1899 con la obra titulada
El zurdo, donde aparece un picador que sostiene la pica en la mano izquierda. Posteriormente seguirá ejercitándose en el arte del grabado adquiriendo experiencia y llegando a ser uno de los grandes grabadores del arte español, realizando más de 2.200 grabados con las técnicas de xilografía, calcograbado, litografía, aguafuerte, aguatinta, punta seca o relieve.
A este primer intento de grabado le siguen otros más elaborados y perfectos como el titulado Comida frugal, aguafuerte realizado en 1904 y en el que se aprecia un mejor dominio de la técnica del grabado. Lo mismo que ocurre en sus trabajos pictóricos, en sus obras gráficas también se aprecian las diferentes etapas que se apreciaban en la pintura. En concreto esta obra Comida frugal pertenece a la etapa azul de Picasso.
En estos primeros trabajos se centra sobre todo en el aguafuerte y la punta seca. De la época cubista destacan algunos aguafuertes como el realizado para ilustrar un texto del poeta Max Jacob Saint Matorel, o el editado por su marchante D.H. Kahnweiler.
Entre 1910 y 1920 se introduce en la técnica de la xilografía, para posteriormente en la década de los años veinte y treinta realizar las maravillosas estampas de La obra maestra desconocida de Balzac.
También realizó con el impresor Louis Fort Les métamorphoses, la serie que edita su marchante Ambroise Vollard y conocida como Suite Vollard y la Minotauromaquia, considerado como uno de los mejores trabajos de Picasso y obra cumbre de su serie grabada.
La temática que de estos años gira alrededor de maternidades, retratos, naturalezas muertas y cabezas.
En 1937 graba dos aguafuertes titulados Sueño y Mentira a Franco para recaudar fondos para la República.
A este trabajo le sigue otra serie en la que aparecen mujeres llorando y representan las penas y horrores de las guerras.
Terminada la Segunda Guerra Mundial Picasso se inclina por la litografía en el Taller de Mourlot, apareciendo el color por primera vez. La temática se vuelve más amplia, no sólo temas sobre los horrores de la guerra, o sobre mujeres llorando, ahora y coincidiendo con el periodo de paz utilizará la figura de la paloma blanca como símbolo de paz.
En esta década de los cuarenta Picasso se interesa por la ilustración de libros, obras como Vingt poèmes o Deux contes, son algunos claros ejemplos de su trabajo como ilustrador de libros.
Entre 1954 y 1964 el linograbado se convierte en la técnica favorita de Picasso. Durante su estancia en Vallauris se pone en contacto como el impresor Arnéra llegando a realizar unos 200 linograbados.
A finales de los años cincuenta realiza una serie de aguatintas sobre la temática del toreo, ilustrando el libro La tauromaquia o arte de torear de José Delgado.
En los últimos años Picasso realiza dos grandes series de grabados, la primera entorno a 1968, La Suite 347 y la segunda, La Suite 156 en 1971.