Pablo Picasso
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Cerámica
La llegada de Picasso al mundo de la cerámica fue totalmente casual, sin embargo, una vez que estuvo en contacto con ella, se convertiría en una obsesión llegando a trabajar en sus creaciones innumerables horas. En poco tiempo llegó a realizar más de seiscientas piezas.
El comienzo de la relación entre Picasso y la cerámica data de 1944 cuando el artista viaja hasta Vallauris para realizar unos trabajos de correcciones de planchas. Un amigo suyo pintor le invita a la Casa-taller de Cerámica Madoura de Suzanne y George Ramié. El matrimonio le invita a que haga una prueba, Picasso quedó encantado con la experiencia.
Poco tiempo después volverá para realizar algunos proyectos. El matrimonio Ramié ejerce de mentor enseñándole desde lo más elemental a la técnica más compleja. Aunque Picasso sigue la tradición cerámica, no se puede decir lo mismo de la decoración de las mismas, ya que se aparta de los temas tradicionales, introduciendo los temas que tanto le gustaban a él, como la tauromaquia, la figura de la paloma o elementos mitológicos.
En un principio compartió taller con el matrimonio Remié, para posteriormente instalarse en los locales de una vieja fábrica abandonada. Posteriormente decidió quedarse a vivir en Vallauris. La presencia de Picasso en Vallauris hizo que la producción alfarera de la zona volviera a resurgir. En un principio realizó trabajos clásicos de cerámica, vasos, jarras y jarrones, para tiempo después componer sus propias formas, piezas dobladas o figurillas. En su nuevo taller, Picasso también realizó azulejos.
Jarras y jarrones
Vasijas y botijos
Platos
Azulejos