
Miquel Barceló
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Cerámica
Los inicios de la actividad artística de Barceló con la cerámica comienzan a mediados de los años 90 durante una de sus estancias africanas en Mali. Las cerámicas de este artista son originales, modestas desde el punto de vista material y de la técnica, pero de gran valor artístico. Con austeridad técnica este artista es capaz de obtener una extraordinaria expresividad.
A partir de 1996 realiza un gran número de cerámicas, similares en su concepto a las pinturas, aunque de formas tridimensionales. A finales de ese año el artista experimenta en Mallorca en el taller del alfarero Jeroni Ginard, Murtò, con terracota, moldeando en barro con técnicas tradicionales. Trabaja empujando con los dedos desde dentro de la pieza, danto forma a la misma. Esta actividad continúa hasta 1998, cuando empieza a trabajar en una iglesia abandonada de Palermo. En 1999 retoma su actividad de ceramista, trabajando en el estudio de Armelle y Hugo Jakubec, en Durtal (Francia), donde trabaja creando grandes piezas cerámicas con intención de exponerlas en el Musée des Arts Décoratifs de París.
A principios de la presente década continúa su producción ceramista, y algunas de estas cerámicas se exponen en la Jablonka Galerie, Colonia, en 2006.

La evolución que ha llevado la obra pictórica de Miquel Barceló durante años, con sus volúmenes, agujeros, bultos y relieves, ha conducido al artista de forma natural a la tridimensionalidad, tanto en forma de escultura como de cerámica. Es un recurso más del artista para hacer llegar su discurso, un vehículo tan importante como otros para desarrollar su creatividad.