Eduardo Chillida

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Años 60

La década de los 60 será la década de su reconocimiento a nivel internacional. Esto ocurrirá a partir de su primera exposición en París en 1961.

Es también una década de cambios, pues Chillida se interesa por materiales nuevos: la madera, el acero, el alabastro,… El artista pretende plasmar el espacio, el vacío y el límite a través de diferentes materiales con los que trabajará durante distintas etapas de su trayectoria artística.

Otro de los acontecimientos importantes de este decenio serán los viajes que realizará a Grecia e Italia y que influirán también en ese interés por los materiales. En 1963 emprenderá rumbo a Grecia junto a Louis G. Clayeux, Christine y Jacques Dupoin y Pili. En este país, en su luz, encontrará la inspiración de sus obras en alabastro. Será tal su fascinación que, tan sólo tres años antes de su muerte, en 1999, volverá a este país junto a su familia. Después de Grecia, ese mismo año 1963, visitará Italia, donde verá la obra de Medardo Rosso en Roma y la de Piero della Francesca en la Umbría y la Toscana.

 

La de los 60 es también la década de su conflicto con Jorge Oteiza, una enemistad profesional y personal que mantuvo alejada a esta pareja de artistas durante casi 40 años y que provocó la disolución del grupo Gaur al que ambos pertenecían.

Oteiza acusaba a Chillida de plagio y por ello publicó en 1992 un libro de poemas titulado El libro de los plagios, dirigido a Chillida. Finalmente, en 1997, ambos se reconciliaron, una escena que fue ofrecida por los medios de comunicación, reconciliación que quedó plasmada en un poderoso abrazo realizado en hierro y ubicado en el Pico del Loro de San Sebastián.