Aitor Lajarín

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Obra

Al artista vitoriano Aitor Lajarín le gusta definirse como pintor. De hecho, su formación y sus comienzos de manera profesional en el arte se han centrado en una pintura de tipo figurativo, ya que entiende el hecho artístico como un modo de comunicación y la figuración dota a la pintura de un mayor carácter narrativo.

Sin embargo, poco a poco ha ido evolucionando e introduciendo elementos ajenos a la tradicional manera de entender la pintura. Fotografías, vídeos, objetos, y otros materiales acompañan en sus últimos proyectos a su obra pictórica, llegando a concebir el hecho expositivo como si de una gran instalación se tratase, la pintura se expande, rebasa los límites formales del cuadro e invade la superficie adyacente.

Este hecho de que utilice cada vez con mayor frecuencia modos de expresión ajenos a la pintura, han llevado a pensar en que la irá abandonando. Realmente, toda su obra, desde sus primeros cuadros en pequeño formato hasta las grandes instalaciones de los últimos años no son más que una continua exploración de aquellos límites de la pintura que pueden ser rebasados sin perder la esencia de este modo de expresión artística. ¿Se puede pintar sin pintura? Parece ser la reflexión que está realizando el artista, y de momento es el vídeo el lenguaje que mejor se adapta a esta situación.

 

Night walker, 2008.