28/01/2004 > 21/03/2004 (Sala Este Alta)
Artista: Naia del Castillo
“Me interesa más sugerir…”, Naia del Castillo.
Esta breve pero elocuente frase revela una de las claves fundamentales del arte de Naia del Castillo, que expone en ARTIUM obra realizada en los últimos tres años. Las dos series de fotografías y los objetos-esculturas que se presentan en la muestra logran crear una atmósfera intimista donde se respira el inquietante silencio y la provocación sutil que sugiere el trabajo de esta artista.
La obra de Naia del Castillo (Bilbao, 1975) es, sin lugar a dudas, de un gran atractivo visual y posee un enorme poder evocador, que podría erróneamente remitir al visitante, tras un superficial vistazo a la exposición, a una escenografía teatral o tal vez a un exquisito muestrario de moda femenina. Sin embargo, una visita más atenta revela que el trabajo de esta joven artista es fruto de una mirada crítica, de una meditada reflexión, y de un lento y laborioso proceso de trabajo.
El interés de Naia por insinuar parece ya manifestarse en la elección de los dos títulos de las series expuestas: Atrapados y Sobre la seducción. Esta denominación anticipa e insinúa la esencia de su arte y el objeto de su reflexión, que, o bien transita en el ámbito de la cotidianeidad y sus irremediables ataduras, o bien, se sumerge en el atractivo mundo del cortejo y la seducción.
En Atrapados, serie realizada en el año 2000, la mirada analítica de Naia del Castillo se detiene un instante para diseccionar el entorno y la relación – sobre todo femenina - con una serie de objetos cotidianos. Espacio Doméstico-Silla, Espacio Doméstico-Cama u Horas de Oficina, sugieren curiosas relaciones de dependencia con mobiliario y/o prendas de vestir. Son instantes congelados, situaciones imaginarias y atemporales en las que personajes anónimos, siempre mujeres, ven coartada su libertad de movimientos. La artista nos descubre una ambigua y extraña relación de amor-odio con ciertos objetos cuya utilidad se puede volver en contra de sus usuarias y “atraparlas” de manera dulce y suave, pero firme. A pesar de la irrealidad de estas situaciones, su autora pretende animar al espectador a reflexionar sobre su vida cotidiana, o tal vez incitarle a que se identifique simbólicamente con estas imágenes, pues ¿quién no se ha sentido alguna vez “presa” de las sábanas? o ¿quién no se ha tenido que dejar ”arrastrar” por alguien en el trabajo?....
La relación con uno mismo o con otros, se explora en Retratos y Diálogos. Son cabezas de mujer, presentadas individualmente o por parejas, cuyos rostros aparecen envueltos en espesas cabelleras. Frente a estas turbadoras “madejas” humanas se percibe una ambigüedad contradictoria. Los tupidos cabellos que ocultan los rostros ¿anulan la personalidad de estas mujeres? o por el contrario, y debido a su contundente presencia ¿reafirman su carácter? La respuesta está en los ojos del espectador, a quien la artista nuevamente invita a reflexionar más a fondo.
Sobre la seducción, es la serie que completa la exposición. Más teatral que la anterior, alude al ritual de la seducción y los códigos y arquetipos masculinos y femeninos que se despliegan en torno a ella. Esta serie, además de fotografías incluye varios objeto-esculturas que por su atractivo y fuerza estética adquieren un gran protagonismo. Tanto unas como otras, son obras independientes pero complementarias entre sí.
Para la ejecución de este trabajo, Naia del Castillo indaga en el cortejo romántico y la figura del seductor que surge en Occidente a partir del siglo XVIII. En la mayoría de ellas, la artista toma como referencia el cuerpo femenino para lanzar su mensaje. Babero, Seductor o Cortejo nos descubren partes del cuerpo ataviadas de manera sensual con prendas u objetos que insinúan sutilmente el juego de las apariencias, el galanteo, el deseo de seducir o la atracción de ser seducido. Tiro con arco, hecha con piel de serpiente y plumas de pavo real, se refiere explícitamente al amor y alude a Cupido que lanza sus flechas como si fueran serpientes que zigzaguean en busca de una indefensa víctima. La estereotipada estrategia de usar el cuerpo femenino como reclamo para seducir asoma en Luciérnaga I y II. Vestidos de exquisitas texturas se convierten en el soporte de ademanes femeninos, sofisticados y seductores, que buscan atraer y cautivar la mirada ajena.
No solo contenido y forma son interesantes en la obra de Naia del Castillo, también lo es su proceso de trabajo, lento y meticuloso. La elección de los materiales, sobre todo los textiles, – encajes blancos, telas de brocado, o bordados antiguos- , es realizada con sumo mimo y cuidado. La concepción y realización de los objeto-esculturas, confeccionados por ella misma, así como la composición, y el trasfondo de las obras pueden llevarle meses hasta llegar a su conclusión definitiva. Para realizar Tiro con arco, la artista recorrió almacenes de teatro y diversas tiendas hasta encontrar el material deseado, además tomó clases de tiro con arco durante un tiempo para comprender todos los secretos de este deporte. Ella describe y compara con acierto su manera de trabajar a estirar de un hilo, y desenredar la madeja hasta que la obra poco a poco va tomando forma.
Recorrer la exposición de Naia del Castillo supone deleitarse no sólo con la sutileza y elegancia de su obra, sino también descubrir un original mundo, femenino y sensual, que al igual que los títulos de sus series, atrapa y seduce con sigilo. Ser cómplices de su mundo exige una sola premisa: mirar, pero como ella afirma, “mirar con los sentidos abiertos”.
Documentación asociada a la exposición
04/02/2004 > 04/04/2004 (Sala Este Baja)
Artista: William Wegman
Actividades relacionadas con la exposición: filmfórum
Como otros artistas conceptuales de la década de los setenta, Wegman, que comenzó su carrera realizando originales performances, no tardó en hacer uso de la fotografía y del vídeo para registrar sus acciones. Pero a diferencia de muchos de sus colegas, él dotó a sus ejercicios auto-exploratorios de un humor alegre y una potente ironía que socavaba la gravedad con la que habían nacido algunos de las nuevas tendencias artísticas de esos años como el minimal o el body art. Realizadas con tomas simples en tiempo real y una cámara frontal y estática, sus cintas documentan anécdotas absurdas, divertidos monólogos y gags surrealistas a partir de un material que incluye su propio cuerpo, situaciones cotidianas y ambientes minimalistas. Sin duda alguna, los trabajos de esta época se encuentran entre los más perdurables clásicos del vídeo.
Paralelamente, en 1972, dos años después de sus primeras fotos y vídeos, y como una reacción frente a las limitaciones de esos medios, Wegman empezó a dibujar. Estos primeros dibujos de aspecto sencillo e inacabado, están llenos, como el resto de sus obras hasta entonces, de juegos de palabras, dobles sentidos, asociaciones semánticas y sintácticas, y todo tipo de figuras retóricas.
Por aquellas fechas adquirió un ejemplar canino de raza Weimaraner (una de las más originales, antiguas y misteriosas razas) al que llamó Man Ray, y con el que comenzó una fructífera colaboración que duraría más de 12 años. En 1986 un nuevo perro entró en la vida de Wegman, Fay Ray, y a partir de entonces se inició otra prolífica colaboración, en la que destaca el amplio uso que hace Wegman de la Polaroid de 50 x 60 cm. A partir de 1989 y hasta la actualidad seis nuevos miembros se han sumado a la “familia”. Como él mismo afirma con sarcasmo, “mis Weimaraners son perfectos modelos de moda. Sus elegantes formas escurridizas están cubiertas de gris –y todo el mundo sabe que el gris va con todo”.
Lo cierto es que, más allá de la ironía, a través de la atención que les ha prestado a sus solícitos modelos, William Wegman se ha convertido en uno de los artistas que más ha profundizado en la idea del retrato, y que más ha renovado de hecho el género con un gesto a la vez que contemporáneo clásico, ya que, para retratar perros despliega una retórica reservada hasta el siglo pasado a representar al ser humano. Pero además de arraigar sus composiciones en la historia de la pintura, Wegman es heredero de la tradición que arranca al menos de las metamorfosis de Ovidio, pasa por las fábulas de Lafontaine y llega a la factoría Disney. Conoce esa tradición y, con un saludable sentido del humor, juega con ella, lo que tiene también la ventaja de hacer asequible el arte contemporáneo a la infancia.
De la relación de Wegman con ese elenco de personajes surgió una serie de libros inspirados por sus variadas habilidades como actores y actrices. El primero de ellos fue Cenicienta, y a él le siguieron otros libros para niños basados no sólo en cuentos clásicos, sino también en historias de su propia invención: Caperucita Roja, La Madre Oca, Días en la Granja, Mi Ciudad, ABC, Círculo/Triángulo/Cuadrado, Fiesta Sorpresa y Chip quiere un perro. Wegman también ha publicado libros para adultos, como Fay, la historia de su vida con Fay Ray, Cachorros, la historia de todas las camadas hasta la fecha , y, en otoño de 2002, William Wegman 20 x 24 , un repaso fotográfico a los casi treinta años de obra fotográfica realizada por Wegman con la Polaroid 50 x 60 cm.
Autor también de trabajos en vídeo y cine para Saturday Night Live y Nickelodeon, sus fragmentos de vídeo para Barrio Sésamo han aparecido regularmente en el programa desde 1989. Entre sus vídeos se encuentran Sopa de Letras, Los 12 días de Navidad de Fay y La Madre Oca. En 1989, su película The Hardly Boys se presentó en el Festival de Cine de Sundance. Y, después de un parón de veinte años, Wegman volvió al formato de sus obras de vídeo de los años 70 produciendo dos nuevas cintas en 1998 y 1999.
En la actualidad, William Wegman vive en Nueva York y en Maine, donde sigue haciendo vídeos y fotografías, así como pintando y dibujando.
Documentación asociada a la exposición
Comisaria: Christine Burgin
02/04/2004 > 04/07/2004 (Sala Este Alta)
Artista: Diego Santomé
Diego Santomé es un artista nada convencional, con una breve pero interesante trayectoria. De formación autodidacta, desde los inicios de su carrera artística, a mediados de los 90, ha utilizado diferentes medios expresivos – pintura, fotografía, vídeo, performance – como vehículo para desarrollar una obra marcadamente conceptual y con un claro carácter multidisciplinar. Santomé concibe una obra en solitario, y casi siempre, la ejecuta con uno o varios colaboradores. La exposición que el artista presenta en ARTIUM incluye tres proyectos independientes pero complementarios entre sí: Pasen y Vean, Proyecto nº 15, y Fundación Diego San Tomé, la pieza más significativa y sobre la que se articula el discurso de la muestra: una reflexión desde y sobre el complejo mundo del arte.
Pasen y Vean, una instalación interactiva, da la bienvenida al visitante. Una máquina con apariencia de play station se encuentra conectada a una pantalla y a un móvil. Un anuncio publicitario invita al espectador a escribir un mensaje a través del móvil mediante el cual elige uno de los tres vídeos grabados en bucle. Esta elección se registra en la memoria y el vídeo seleccionado se emite según el orden de llegada. A través de esta obra, Santomé explora las posibilidades creativas y expositivas de las disciplinas artísticas más recientes, y cuestiona los límites de la obra de arte y de la autoría exclusiva.
Una reflexión – no exenta de ironía – sobre los espacios de difusión del arte y los sistemas actuales de producción cultural es la génesis de la Fundación Diego Santomé, eje vertebral de la muestra, que se materializa visualmente en la sala a través de una espectacular maqueta con una colección de arte a escala que se despliega suspendida desde el techo como una gran escultura ingrávida. La pieza se acompaña de un fondo sonoro que acentúa la sensación de ingravidez de la maqueta. El minimuseo coexiste en la sala con cuatro vídeos que presentan imágenes, por un lado del entorno exterior de la Fundación, y por otro, de sus formas de trabajo y gestión. Además, como cualquier institución de estas características, existe un shoppping area o punto de venta, ubicado en el acceso a la Fundación que pretende contribuir a su autofinanciación.
Aunque sin visibilidad en la exposición, la Fundación posee un director, y un patronato real formado por críticos de arte, profesores universitarios y artistas. Igualmente, las obras de la colección han sido realizadas a escala y cedidas por artistas reales. Para la exposición de ARTIUM, se han añadido tres salas nuevas, y la selección de obras ha sido realizada por el comisario David Barro que ha elegido entre otros a: Carles Congost, El Perro, Rubén G. Ramos o Baltazar Torres. El carácter multidisciplinar de la Fundación Diego Santomé, su vocación itinerante – es la tercera vez que se expone - y su capacidad expansiva, podrían definir a esta singular propuesta como un proyecto de activismo cultural, como lo califica su propio autor, como un work in progress o incluso como una peculiar performance. Sea cual fuere, Diego Santomé aspira a que sea “una obra viva, generadora de obra a su vez, interdisciplinar y autosuficiente”, como el mismo afirma.
La exposición se cierra con Proyecto nº15, una metáfora visual de la inevitable, y a veces tiránica, interdependencia entre artista, obra y museo. Se trata de un corto experimental en el que se narra la historia de un hombre atrapado sin remedio en un espacio, indefinido e irreconocible hasta el final. Los efectos del desconcierto, temor, angustia o resignación que sufre el protagonista de este encierro se acentúan mediante recursos técnicos, no habituales en el lenguaje del cine narrativo, que tratan la imagen como algo matérico, con textura propia.
A través de estas tres sorprendentes propuestas, Diego Santomé cuestiona e ironiza sobre museos, exposiciones, artistas, y obras de arte; evidencia las limitaciones y debilidades del sistema, y parece presagiar nuevas fórmulas y caminos para el arte..
Documentación asociada a la exposición
04/02/2004 > 18/04/2004 (Sala Norte)
Artistas: José Gutiérrez Solana, Antonio López Torres, Nicolás Martínez Ortiz de Zárate, Eugenio Granell, Nicolás Martínez Ortiz de Zárate, Gerardo Rueda, Antoni Tàpies [+], Ferrán García Sevilla, Soledad Sevilla, Jose María Sicilia, Alfonso Gortázar, Antoni Miralda, Angeles Marco, Juan Gopar, Humberto Rivas, Angel Marcos, Daniel Bianchi, Manu Arregui, Julia Montilla, Gaüeca, Francisco Ruiz de Infante [+], Rosa y Bleda, Montserrat Soto, Daniel Verbis.
Aunque el montaje expositivo no establece un recorrido cronológico, las obras ingresadas el pasado año fueron realizadas en un amplio marco de fechas, que abarca desde la década de los años treinta hasta el 2003. Entre las más antiguas se encuentran piezas de una serie de artistas nacidos a finales del siglo XIX y principios del XX. La mirada desgarrada de Jose Gutiérrez Solana, el árido paisajismo de Antonio López Torres, el personal surrealismo de Eugenio Granell, o el tardocubismo de Nicolás Martínez Ortiz de Zárate, sirven para completar los antecedentes del cuerpo central de la colección: la mitad del siglo XX.
Este momento está representado en la exposición por Gerardo Rueda, con tres lienzos de diferentes momentos que señalan claramente el paso de la figuración a la abstracción geométrica. A la misma generación pertenece Antoni Tàpies [+info], ya presente en la colección con dos lienzos informalistas, y cuya lectura se enriquece con Corps, una escultura de factura reciente, pero en la misma línea.
Nuevas adquisiciones, 2003 presenta también obras de una serie de artistas nacidos entre los años cuarenta y cincuenta que cuentan con una trayectoria plenamente consolidada. De la mayoría de ellos, ARTIUM posee trabajos de etapas artísticas anteriores, a los que se suman obras de producción más reciente que ilustran mejor la evolución de su lenguaje. Es el caso de Ferrán García Sevilla, cuya obra de 1981 presente en los fondos, de figuración insinuada, se contrapone con la abstracción de Pic-10, de 2001. La monumental y colorista Allá me caí, de Soledad Sevilla, nos remite a una naturaleza apabullante que contrasta y se complementa con la sutil geometría de otra obra de la colección realizada hace quince años. Jose María Sicilia, el vasco Alfonso Gortázar, Antoni Miralda, Angeles Marco, Juan Gopar, Humberto Rivas y Angel Marcos completan este grupo.
El arte de las últimas tendencias se deja sentir a través de las adquisiciones de artistas más jóvenes. Estas obras manifiestan no sólo la generalización de técnicas como la fotografía, el video, o la instalación sino también el uso de materiales no tradicionales como el metacrilato, utilizado por Maider López en su Columna, o la fibra textil sintética de Trepadora III de Concha García. La búsqueda de nuevos resultados formales se vislumbra en el micromundo amplificado de la fotografía de Begoña Zubero, y en los trabajos de investigación sobre la incidencia de la luz y el calor en el papel heliográfico de Asun Goikoetxea.
El interés y la reflexión por los temas sociales aparecen en el “desorientado” equipo de futbolistas de En juego del conceptual Daniel Bianchi, o en el video digital de Manu Arregui, que despliega una ingenua pero brutal violencia. El lenguaje publicitario y sus códigos se advierten en los autorretratos de Gaüeca, mientras que el video de Joan Morey alude con provocación al artificial mundo de la moda; por su parte Julia Montilla, de quien se exponen dos videos, nos remite a la intemporalidad del lenguaje visual que posee el cine. El tiempo y la memoria asociada a imágenes u objetos es también el punto de partida de Instrumento de cuerda, la instalación del alavés Francisco Ruiz de Infante [+info], un depósito realizado también el pasado año.
Las fotografías de Bleda y Rosa son un viaje por la memoria del tiempo que nos traslada a lugares de rico pasado histórico pero de presente desolado, sitios que contrastan con la misteriosa e inquietante naturaleza que envuelve y desborda con el sonido del viento de la instalación de Montserrat Soto, territorios imaginados o soñados como los de la pintura de Daniel Verbis.
Muy distintos todos ellos, estos artistas nos desvelan intereses comunes o inquietudes dispares, ya sea a través de pintura o escultura, de fotografía, video o instalación. De la mano de estos artistas nos convertimos en testigos de excepción de un viaje con un destino de lujo: el arte de nuestro tiempo.
Documentación asociada a la exposición
07/07/2004 > 12/09/2004 (Sala Este Baja)
Comisario: Virgina Torrente
Artistas: Iban Arróniz, Nerea de Diego, Carlos Hermosilla, Leire Garagarlza, Aitor Lajarín, Anabel Quincoces, Manu Uranga.
Entornos Próximos. En ARTIUM, 2004 es una muestra con periodicidad bienal que nace con el propósito y la responsabilidad de tomar el pulso al contexto artístico de Álava y territorios colindantes, para potenciar el conocimiento, el apoyo y la difusión de la creación contemporánea más cercana. La exposición es el resultado de una labor de documentación y seguimiento del arte actual más próximo, afín a la línea programática de ARTIUM, y del comisariado de Virginia Torrente, quien ha seleccionado para esta primera edición a: Iban Arroniz, Nerea de Diego, la pareja Carlos Hermosilla y Leire Galagarza, Aitor Lajarín, Anabel Quincoces y Manu Uranga. Una muestra colectiva diversa que dibuja un panorama artístico de tendencias muy interesante.
La exposición se caracteriza por la pluralidad técnica y discursiva. Todo tipo de soportes y técnicas se despliegan en la sala: desde el dibujo, la pintura o la escultura pasando por la fotografía, la videoinstalación o el net art. Estas propuestas artísticas ponen en evidencia la conexión y afinidad de nuestros artistas con los lenguajes más actuales y punteros del arte contemporáneo, cada vez más global y sin fronteras.
A vista de pájaro se perciben en estos trabajos como los límites del arte son puestos a prueba, como la simbiosis entre fotografía y pintura se produce con mayor naturalidad, como el arte y el diseño se contagian y se hibridan de manera irrefrenable, o como la cultura popular penetra, si cabe, con más fuerza. Son siete miradas de gran lucidez y coherencia que apelan a la ironía, la crítica, la introspección o el análisis para determinar una fórmula expresiva y original.
El trabajo del provocador Iban Arroniz, influenciado por el lenguaje del cómic, y con una iconografía pop, desprende un tono mordaz y crítico que arremete con la publicidad sexista, generalizada en los medios de comunicación. Arroniz define su trabajo como “escatología mercantil. Mensaje balístico directo a la retina. Instinto sexual prefabricado”.
Nerea de Diego recurre al habitual maridaje que funde la estética del diseño con el lenguaje visual de la publicidad para crear un escaparate artístico dotado de un aire pop con grandes dosis de frescura y creatividad artística.
Cartografías, espacios imaginarios habitados por personajes, entornos urbanos de ficción, se expanden por la sala de la mano de Aitor Lajarín que yuxtapone soportes y técnicas que dan como resultado una interesante escenografía.
Anabel Quincoces viaja a la quintaesencia de un material tradicional como el vidrio, que ella misma sopla y al que le extrae a través de sus fotografías todas sus cualidades expresivas. Recrea un mundo orgánico, sensorial y de sugerente densidad en el que artista y material se identifican.
La obra de Manu Uranga es visceral y rotunda. No se amilana a la hora de reconvertir mobiliario en desuso y otros materiales reciclados en objetos artísticos en los que sabe combinar con acierto la fuerza de lo autóctono, el dinamismo de lo deportivo y la tosquedad de lo ortopédico.
A través de una pieza interactiva de net.art – Icons – Carlos Hermosilla y Leire Galagarza proponen una relectura actual del lenguaje pop que invita a la reflexión crítica sobre la trascendencia de ciertos iconos culturales y comerciales, engullidos y asimilados por una sociedad cada vez más consumista.
En definitiva, el recorrido por las siete propuestas artísticas que articulan la exposición confirma, sin duda alguna, que el arte de nuestro entorno más próximo vive un momento de saludable vitalidad.
Documentación asociada a la exposición
06/05/2004 > 03/10/2004 (Sala Norte)
Comisario: Javier González de Durana
Artistas: Ignasi Aballí, Marina Abramovic, Pablo Alonso, Txomin Badiola, Gabriele Basilico, Josef Beuys, Marc Bijl, Sergei Bugaev "Afrika", Heather Burnett, Willie Doherty, El Perro, Jon Mikel Euba, Hans-Peter Feldmann, Esther Ferrer, Felix Gmelim, Leon Golub, Antony Gormley, Joham Grimonprez, Kevin Hanley, Mona Hatoum, Matilde ter Heijne, Rudolf Herz, Alfredo Jaar, William Kentridge, Annika Larsson, Robert Longo, Valeriano López, Juan Luis Moraza, Antoni Muntadas, Francisco Ruiz de Infante [+], Simeón Saiz, Santiago Sierra, Francesc Torres, Rosemary Trockel, Bill Viola, Krzysztof Wodiczko.
Actividades relacionadas con la exposición: conferencias, filmfórum
Laocoonte fue un personaje especialmente trágico en el desarrollo de la guerra de Troya. Suya fue la voz de la prudencia, suyo el gesto humano, y suya la clarividencia ante las consecuencias que acarrearían ciertas decisiones. Sin embargo, prisionero de sus lealtades, resultó ser la víctima del conflicto que estalló entre dos ciudades hermanas, poseedoras de valores comunes. El inocente terminó pagando con su vida el costo del virulento conflicto desatado por otros y, para colmo, su muerte no fue comprendida por quienes la contemplaron, al considerarla una consecuencia, tan desgraciada como inevitable, de la tensión existente. Devorado por la violencia desatada entre dos polis helénicas, destruido su cuerpo y el de sus hijos por la fuerza de una maquinaria incontrolada, que superaba a quienes la puesieron en funcionamiento, Laocoonte es la personificación de todas las víctimas ocasionadas por la violencia política: es el arquetipo y, por tanto, “laocoontes” han existido siempre y, por supuesto, viven hoy entre nosotros.
David, Goya, Gericault, Delacroix, Picasso, Richter…, el asunto de la violencia política ha sido reiteradamente abordado por artistas de los siglos XIX y XX. La denuncia, el testimonio, la crudeza descriptiva, el intento de comprensión… han sido fórmulas habituales de acercamiento a estos hechos. La subversión, como vía para el desplazamiento violento de quienes ocupan el poder político, y la represión como medio de usar la fuerza para mantenerse en ese mismo poder, ha sido objeto de numerosas reflexiones artísticas a lo largo de los dos últimos siglos; sus circunstancias y consecuencias, también.
Abordar esta cuestión puede ser poco amable. Sin embargo, es muy necesario hacerlo. Mucho más en nuestro país. Desde el punto de vista de una institución cultural, como es este museo de arte contemporáneo, hacerlo es una obligación ética, máxime cuando tanto silencio incomprensible e incomprensión silenciosa rodean el asunto en el ámbito público. No en el ámbito público político, a donde se traslada la virulencia en forma de verbalidad agresiva y donde el problema no se termina por resolver, sino en las demás esferas sociales.
El museo es el lugar desde donde otras voces pueden oírse, donde otra suerte de acercamientos pueden darse, desde donde otras luces pueden proyectarse, a partir de la lateralidad que ocupa el artista. No se trata de hacer propaganda, ni de adoptar posicionamientos a favor de esto o aquello, ni describir el horror que todos podemos imaginar en torno a este espinoso asunto (aunque no se niega que también esto puede darse), sino de conocer otras formas de pensamiento, pensamientos visuales, sobre esos hechos en los que unos seres humanos mediante el uso legítimo y legal o ilegítimo e ilegal de la fuerza pretenden cambiar las ideas de otros seres humanos, haciendo que se comporten no tal y como piensan, sino tal y como pueden llegar a ser obligados a hacerlo.
Desde muy distintos puntos de vista y mediante muy diversas técnicas, artistas como Bill Viola, Marina Abramovic, Antony Gormley, Leon Golub, Mona Hatoum, Krzysztof Wodiczko, Annika Larsson, Rudolf Herz, Antoni Muntadas, Francesc Torres, Txomin Badiola, Juan Luis Moraza, Santiago Sierra, entre otros más, hasta un total de treinta y cuatro creadores, facilitan en Laocoonte devorado la posibilidad de que resuenen otros ecos, que escuchemos otros timbres de voz y, sobre todo, que se democratice un debate necesario (habitualmente secuestrado por el miedo u otros motivos) con la participaciónd el mayor número de individuos, en este caso, los artistas.
Documentación asociada a la exposición
18/03/2004 > 13/10/2004 (Sala Sur)
Artistas: Alberto (Alberto Sánchez Pérez), Antoni Abad [+], Fermín Aguayo, Manuel Ángeles Ortiz, Juan José Aquerreta, Ibon Aranberri, Eduardo Arroyo, Txomin Badiola, Miquel Barceló, Bonifacio (Bonifacio Gómez Fernández), Francisco Bores, José Manuel Broto, Rosa Brun, Carmen Calvo Sáenz de Tejada, Miguel Ángel Campano, Rafael Canogar, Eduardo Chillida, Antoni Clavé, Salvador Dalí, Oscar Domínguez, Xabin Egaña, Pepe Espaliu, Luis Feito, Luis Fernández, Ángel Ferrant, Alberto García Alix, Curro González, Ismael González de la Serna, Luis Gordillo, Alfonso Gortázar, Eugenio Granell, José Guerrero, Josep Guinovart, Manuel Hernández Mompó, Juan Hidalgo, Cristina Iglesias, Prudencio Irazábal, Pello Irazu, Francisco Leiro, Eva Lootz, Rogelio López Cuenca, Imanol Marrodán, Juan Mieg, Manuel Millares, Mitsuo Miura, Felicidad Moreno, Juan Luis Moraza, Juan Muñoz, Lucio Muñoz, Andrés Nagel, Miquel Navarro, Ángel Orcajo, Carmelo Ortiz de Elgea, Jorge Oteiza, Pablo Palazuelo, Benjamín Palencia [+], Guillermo Pérez Villalta, Pablo Picasso, Jaume Plensa, Joan Ponç Bonet, Txuspo Poyo, Mabi Revuelta, Gerardo Rueda, Rafael Ruiz Balerdi, Francisco Ruiz de Infante [+], Antonio Saura, José María Sicilia, Susana Solano, Antoni Tàpies [+], Darío Urzay, Juan Uslé, Rafael Zabaleta.
La historia del arte y la de los propios artistas está llena de puntos de partida y de llegadas, de cruces y de vueltas. Cualquier artista, a lo largo de su vida, recorre un camino incierto y sin rumbo definido - aunque tal vez intuido – que le conduce a senderos que más tarde se materializan en obras, actitudes, o propuestas diferentes, únicas y personales. Algunos, de trayectoria impredecible, experimentan cambios de manera rotunda y visceral pudiendo, por ejemplo, pasar de lo figurativo a lo abstracto en poco tiempo; otros evolucionan de un modo más reflexivo y pausado, es su camino más llano y sosegado.
No son pocos los artistas, que en búsqueda continua, deciden romper o dejar temporalmente de lado la pintura o la escultura para abrazar lenguajes más nuevos como la fotografía o el vídeo. Algunos simplemente toman prestado lo que más les interesa o conviene de estos medios hasta cuestionar sus límites. Es interesante también el grupo de artistas que se mantiene fiel a una idea, a una técnica y/o un mismo lenguaje, con una trayectoria más serena y lineal. Un sinfín de intereses, de circunstancias, de obsesiones, y reflexiones son los que determinan el rumbo y destino de cada autor.
En un afán de transmitir el azaroso camino que recorre el artista a la hora de crear, la sala Sur, completamente modificada para esta muestra, se abre al espectador de manera laberíntica y algo desorientadora. En sus diferentes espacios se agrupan autores encadenados entre sí por alguna de sus obras, o por temas; por maneras de hacer, o por intereses de alguna generación vital determinada. En las dos primeras salas, al igual que en cada una de las trayectorias de estos artistas, se sitúa el inicio y el presente de nuestro arte contemporáneo. En ellas podremos contemplar las huellas del camino que comenzaron y el lugar adonde en algún momento atracaron. Tras recorrer la exposición, una sala de documentación permite al visitante profundizar sobre una serie de datos de interés que ayuden a comprender la trayectoria de los artistas expuestos.
Rumbos. Colección III aporta además una mirada más abierta y global al arte de nuestro tiempo: no existen jerarquías de grandes maestros o artistas menores a la hora de exponerlos, ni se engrandece o infravalora determinado género, estilo o técnica. Su objetivo es poner de manifiesto que los rumbos del arte pueden ser infinitos y que el camino se hace al buscar, explorar, o combinar medios, lenguajes, influencias o vivencias de todo tipo. Se trata de un mapa de aventureros del arte que investigan el mundo de las ideas, de las formas, de los códigos expresivos que, en fin, reflejan su tiempo de manera descarnada y por ello, a veces, difíciles de situar. Todos ellos conforman la realidad del arte del siglo XX y XXI en nuestro país, pero trasladable a cualquier rincón del mundo
Documentación asociada a la exposición
28/10/2004 > 09/01/2005 (Sala Norte)
Artistas: CVA. Juan Luis Moraza y Marisa Fernández
ARTIUM, Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo, presenta la exposición de cámara CVA. Juan Luis Moraza y Marisa Fernández (Sala Norte, hasta el 9 de enero), que se inserta en la muestra La Colección en contexto como un ejemplo singular de la transformación del arte en el País Vasco en el principio de la década de los 80. CVA fue un colectivo formado por los artistas Juan Luis Moraza y Marisa Fernandez que desarrolló una gran actividad entre 1979 y 1985 y que tuvo gran influencia sobre autores que después han desarrollado una trayectoria de gran interés. A partir de una reflexión sobre los límites y los códigos de representación del arte, sus trabajos se llenan de marcos y peanas, producto de la reducción radical del objeto artístico a sus fronteras. Esta retrospectiva viene además a cubrir un vacío documental sobre esta “empresa artística”, como ellos se autodenominaban, producto de las escasas infraestructuras artísticas de la época, gracias a la publicación de un catálogo y a la recopilación de los escasos documentos disponibles.
Uno de los programas consolidados desde el inicio expositivo de ARTIUM, es el denominado Exposiciones de Cámara que, a lo largo de los dos últimos años, ha ido aportando estudios en profundidad de algunas obras de la colección por medio de su contextualización en muestras y publicaciones que recogen tanto otras obras de la misma época, como documentación. En esta dirección apuntaron las exposiciones de Rafael Zabaleta y Nicolás de Lekuona.
Sin embargo, en esta ocasión con la muestra y la publicación de CVA (1980/1984), en la Sala Norte de ARTIUM, entre el 27 de Octubre y 9 de Enero, nuestro interés consiste en recuperar el trabajo de un colectivo de una época relativamente cercana. Tenemos que tener en cuenta que hacia finales de los años setenta y principios de los años ochenta, no existían muchas posibilidades de difundir por medio de catálogos la obra de muchos artistas que, posteriormente, se han revelado como influyentes e importantes. La precariedad que aquella época imponía en los canales de información y documentación ha hecho que se nos muestren visiones incompletas y sesgadas de lo que ocurrió entonces.
CVA fue una empresa compuesta por dos artistas, Maria Luisa Fernández (Villarejo de Orbigo, León, 1955) y Juan Luis Moraza (Vitoria-Gasteiz, Álava, 1960), que desarrolló su trabajo desde 1979 hasta 1985, aunque está exposición recoge sus obras entre 1980 y 1984, tal vez su época mas conocida y fértil. Ni siquiera habían acabado Bellas Artes en la Facultad de Bilbao, cuando su irrupción en el panorama creativo de la época supuso un enorme revulsivo tanto por medio de sus propuestas artísticas como por la enorme influencia que ejercieron en el convulso panorama del arte vasco y en cierta medida el español.
Sus propuestas consiguieron aportar otras miradas a los problemas de la representación de los fenómenos artísticos. De manera eficaz y rotunda redujeron el objeto artístico a sus fronteras: el marco y el pedestal, que se transformaron en metáforas del arte mismo, mostrando sus paradojas y sus límites. También el color dorado como doble símbolo del arte: de fulgor, deslumbramiento y de valor, de plusvalía, aparece en la mayor parte de sus obras que se convierten así en un irónico repaso al mundo del arte.
Hemos de tener en cuenta que además de los propios objetos que se presentan, CVA fue una empresa/colectivo que desarrolló un intenso trabajo reflexivo que se recoge en diferentes textos y proyectos no realizados, pero que dan una certera medida de la amplitud de sus intereses creativos.
CVA se inserta en la tradición de las posturas que formularon, los surrealistas, Marcel Duchamp, el arte conceptual y el minimalismo, ocupando, además, un espacio histórico clave en la transformación que sufrió el arte español y occidental: lo que se ha dado en denominar el fin de la modernidad y el inicio de la posmodernidad.
De hecho, el montaje de la muestra se encuentra muy cercana a la exposición contigua La Colección en contexto que se presenta simultáneamente a ésta y que enuncia la trama argumental del arte de aquellos momentos. En este sentido, CVA ha invadido y ha sido invadido simbólicamente con la construcción de una ventana o mejor dicho del marco de una ventana desde el que puede asomarse a una o a otra exposición.
En la muestra se recogen aproximadamente cien obras entre objetos, documentación y proyectos, destacando la gran instalación “(P) Punto de vista” de 1982.
Con esta exposición y la publicación de un preciso catálogo que recoge su obra, ARTIUM contribuye a estudiar y difundir CVA un colectivo esencial de nuestro arte más cercano, un deseo largamente esperado por una fracción importante del mundo del arte y a su conocimiento para el público en general
Documentación asociada a la exposición
28/10/2004 > 09/01/2005 (Sala Norte)
Artista: Sergi Aguilar, Juan Antonio Aguirre García, José Manuel Alberdi Elorza, Carlos Alcolea, Alfredo Álvarez Plágaro, Moisés Álvarez Plágaro, Vicente Ameztoy [+], José Ramón Anda Goikoetxea, Gerardo Armesto, Elena Asins, Pello Azketa, Txomin Badiola, Ángel Bados Iparraguirre, Miquel Barceló, Juan Barjola, Jaume Barrera, Evaristo Belloti, Dionisio Blanco, Juan Bordes, Chema Cobo, Mikel Díaz Alaba, Equipo Crónica, Equipo Realidad, César Fernández Arias, María Luisa Fernández, Esther Ferrer, Ferrán Freixa, Iñaki de la Fuente, Patricia Gadea Astigarraga, Alberto García Alix, Ferrán García Sevilla, Juan Genovés, Luis Gordillo, Alfonso Gortázar, Cristina Iglesias, Menchu Lamas, José Ángel Lasa Garicano, David Lechuga, José Maldonado, Ángeles Marco, Javier Mariscal, Antonio Maya, Remigio Mendiburu, Pablo Milicua, Víctor Mira, Juan Luis Moraza, Antoni Muntadas, Andrés Nagel, Enrique Naya, Père Noguera, Carmelo Ortíz de Elgea, Pancho Ortuño, Jorge Oteiza, Antón Patiño, Guillermo Pérez Villalta, Manolo Quejido, Gabriel Ramos Uranga, Fernando Roscubas, Rafael Ruiz Balerdi, Txupi Sanz, Eusebio Sempere, José María Sicilia, Juan Suárez, Jordi Teixidor, Juan Uslé, Manuel Valdés, Darío Villalba, José Luis Zumeta, Ramón Zuriarrain, Zush, Miguel Río.
ARTIUM, Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo, presenta la exposición La Colección en contexto. 1973-1985 (Sala Norte, hasta el 9 de enero), una mirada retrospectiva a los años que conocieron la radical transformación del arte español y la emergencia de nuevas figuras y estructuras. Coincidente en el tiempo con la transición a la democracia, el cambio en el panorama artístico no fue sin embargo una reforma sino una ruptura en toda regla, paralela a movimientos similares experimentados en toda Europa, acompañados también de cambios sociales y políticos.
Uno de los principales debates que definen los museos y los centros de arte en la actualidad, es el de la dualidad perspectiva-inmediatez. Es habitual en estos tiempos, que lo inmediato, lo que se encuentra más acá de lo cercano, sea uno de los pilares en los que se asienta la práctica de la labor interpretadora y difusora del arte contemporáneo. Es lo correcto, sin embargo se puede llegar a correr el peligro de abandonarse al paso del tiempo y mostrar visiones ensoñadas, parciales o erróneas del acontecer pasado que, al final, será el que nos de la justa medida de nuestra historia.
A lo largo de los 29 últimos años, primero en el Museo de Bellas Artes de Álava y desde 2002 en ARTIUM, se ha ido configurando una extensa colección de obras de arte que son la prueba y el testimonio de todo un siglo de arte moderno y contemporáneo en España. Puede decirse que esta colección ha sido testigo de los avatares por los que ha transitado la sociedad española y no nos referimos sólo a los culturales sino a todos aquellos que han conformado lo que somos hoy en día. Por lo tanto, la colección, nos da algunas pistas necesarias para entender los acontecimientos que han marcado profundamente nuestra sociedad.
Es necesario recalcar que el proceso de acopio y formación de esta reserva patrimonial que es la colección de ARTIUM, ha soportado numerosas alternativas de la misma manera que la propia sociedad las ha sufrido, más aún en España, donde desde la década de los setenta hasta mediados de los años ochenta, se produjo un cambio radical que históricamente se ha denominado transición.
Ello dio como resultado que a finales de los años setenta, el arte español sufriera una fisura que sustituyó su fondo y forma, de tal manera que a partir de 1980 podemos hablar ya de otra época absolutamente diferente a la anterior. Fue tal y tan rápida la fractura que ya entonces se comenzó a hablar del “boom” del arte en España. Todo cambió. Surgieron cientos de artistas, se abrieron decenas de galerías, colecciones institucionales, se diseñaron centros y museos de arte contemporáneo, se creó Arco, paradigma del nuevo poder mediático del arte en el país, en fin, se nos presentó un panorama que como primera consecuencia, fue explicado como una derivación paralela de la transición política y social española. Todo apuntaba a ello y con esta definición hemos funcionado hasta hoy.
Ahora bien, ¿es posible que la metamorfosis del arte español sólo pueda ser entendida en términos de contexto local? ¿no ocurrió en el resto del mundo occidental, en aquellos precisos momentos, algo parecido, con la transmutación de la noción de modernidad en posmodernidad? ¿Nos afectó a nosotros lo que afectó al arte occidental?¿las sociedades desarrolladas y democráticas no sufrieron también una especie de transición sociopolítica que va desde la crisis del petróleo de 1973 hasta el derrumbe del sistema de bloques y su transformación en una sociedad post-industrial?
Nosotros creemos que sí y esta exposición trata de explorar en esa dirección. No vamos a negar que el cambio en España impuso su barniz optimista a una gran parte de los artistas, frente al ambiente cínico, dramático y atormentado que se desarrolló en sociedades como la italiana o alemana tras la pérdida de la inocencia que supuso el fin de la modernidad. El sistema del arte, como buen reflejo de nuestro tiempo, renació como el Ave Fénix, se reconstruyó de arriba abajo, mientras el arte se deconstruyó. Tras la sensación de fugacidad que el arte conceptual había extendido por el paisaje creativo desde los años sesenta y setenta, a partir de 1980 surge la necesidad de objetualizarse de nuevo y aparece otra vez la pintura, la escultura y más tarde los nuevos sistemas de creación, en una revisión ecléctica tanto en su forma como en su discurso.
En España tuvimos nuestra propia epifanía con los Encuentros de Pamplona celebrados en 1972 como una gran reunión interdisciplinar de creadores de la última vanguardia. Éste es el prólogo de la exposición. Los Encuentros fueron la primera oportunidad de reunir a una gran parte de los artistas internacionales más importantes que trabajaban en ese momento, además supuso un enorme shock para toda una nueva generación de creadores españoles. En ellos destacó la prácticamente total ausencia de los artistas consolidados en los años cincuenta y sesenta, los partícipes de los grupos de la vanguardia y muchos de sus seguidores. En el arte del País Vasco también supondría un cambio sustancial, aunque matizado por la enorme influencia que los escritos de Oteiza habían ejercido en la búsqueda de una identidad propia, muy condicionada por el particular avatar político de Euskadi.
Quince años después, en 1987, epílogo de la exposición, el panorama es radicalmente distinto. A los actores que participaron en su comienzo, se les unieron otros, las maneras se modificaron y durante este período dio tiempo a la muerte de una época, al nacimiento de otro mundo, a su apogeo y al inicio del desencanto.
Esta muestra no sólo habla del arte en esas dos décadas sino, sobre todo, de lo que ocurrió en el espacio fronterizo entre ellas.
Con este fin se ha fraccionado la exposición en tres grandes espacios: uno que recorre los años entre 1972 y 1975, año de la muerte del dictador. El segundo se sitúa entre 1976 y 1982 cuando se celebra la Documenta de Kassel en la que se exhiben por primera vez a jóvenes artistas españoles y en España bajo el lema “Por el cambio” la izquierda gana las elecciones y el tercero entre 1983 y 1987 fecha en la que se detectan los primeros síntomas de cierto cansancio social, cultural y político.
La colección custodiada en ARTIUM es el testigo perfecto de este proceso y reúne en esta exposición una selección de obras propias, entre las que se encuentran algunas de las piezas claves en muchos de los acontecimientos descritos.
Esta mirada se completa con un espacio contextual que detalla el tejido en el que se desarrollaron los acontecimientos. En él se puede visualizar, leer y escuchar algunos de los hitos esenciales del momento, documentales, películas, catálogos, música y la presencia gráfica de otras obras de la colección que corresponden a ese período y que suman un total de 400 piezas de las que sólo se muestran en la Sala Norte una pequeña parte
Documentación asociada a la exposición
30/09/2004 > 16/01/2005 (Sala Este Baja)
Artistas: Jose Luis Vicario, Eugenio Ampudia, Monserrat Soto, Francisco Ruiz de Infante [+], Jacinto Martín y Daniel Canogar, Pierre Gonnord, Carmela García o Guido Anderloni, Gabriel Díaz, Adolfo Schlosser, Tom Carr, Rafael Lafuente, Equipo 57, Mitsuo Miura, Amable Arias, Soledad Sevilla, Iñaki Cerrajería.
Actividades relacionadas con la exposición: filmfórum
La exposición reúne una serie de obras que agrupadas en cinco bloques, bien por su estrecha relación entre algunas de ellas, bien por su energía emocional e incluso por su literalidad, pueden llegar a excitar inquietudes interiores o reflexiones que nos aboquen a la auto-mirada, a la contemplación del detalle, a la abstracción intensa.
La muestra comienza o termina (según sea la entrada del espectador en la sala), con un espectacular grupo de cuatro instalaciones que representan a los cuatro elementos en los que se asientan los pilares de la filosofía clásica. El agua, con la pieza de Jose Luis Vicario titulada Vapor de amor (Tormenta), realizada en 1998. El fuego, con la obra de Eugenio Ampudia que tiene como título Fuego frío I, de 2003. El aire con Sin título. Vídeo viento 1,2,3, de 2003, de Monserrat Soto y la tierra que está representada por la obra de Francisco Ruiz de Infante [+] (Yo soy un buen chico) concebida en 1992. El recorrido de estas cuatro piezas pretende provocar sensaciones aisladas pero de gran fuerza que predispongan o que sensibilicen al público ante el resto de las obras que se encontrará si su entrada ha sido por el ala sur, o que le saquen de su ensimismamiento si ha iniciado su visita por el ala norte.
Las dos grandes salas restantes acogen los cinco bloques en los que ha derivado la idea de contemplación emocional y abstraída: El paso del tiempo, como una noción principal de reflexión muy personal, como una vanitas siempre presente, con obras, entre otros, de Jacinto Martín y Daniel Canogar, la mirada, que trata ir mas allá del rostro para invadir la profundidad de los ojos, siendo algunos de los artistas representados Pierre Gonnord, Carmela García o Guido Anderloni. El momento infinito, que nos habla del detalle perdido y encontrado, del instante eterno, de la atemporalidad, con obras de Gabriel Díaz, Adolfo Schlosser o de Tom Carr. La calma del color, con el envolvimiento apasionado del cromatismo tan cerca de la memoria abstracta con Rafael Lafuente, Equipo 57 o Mitsuo Miura. Por último, el paisaje que aparece como visita al exterior, como trayecto continuo, como referencia a la memoria concreta, a la sugerencia con obras de Amable Arias, Soledad Sevilla o Iñaki Cerrajería.
Mirar, contemplar, recrearse es el único equipaje necesario e imprescindible para realizar un viaje inesperado hacia nuestro interior. Las obras de Intrasentidos. Otras miradas a la colección harán el resto.
Documentación asociada a la exposición
10/11/2004 > 27/02/2005 (Sala Este Alta)
Comisario: Jaime Brihuega Sierra
Artistas: Alberto, Ángel Planells, Antoni Clavé, Antonio García Lamolla, Antonio Quirós, Antonio Rodríguez Luna, Arissa, Benjamín Palencia [+], Dora Maar [+], Esteban Francés, Federico Castellón, Federico Comps, Federico García Lorca, Francisco Lasso, Galvache, Ismael González de la Serna, J. José Luis González Bernal, Jaume Sans, Javier Ciría, Joan Massanet, Joan Sandalinas, Joaquín Plá y Janini, José Caballero, José María Ucelay, Josep Masana, José Moreno Villa, Josep Renal, Josep Viola, Juan Ismael, Leandre Cristòfol, Luis Fernández, Margaret Michaelis, Mariano Andreu, Maruja Mallo, Miguel Prieto, Nikolás Lekuona, Ortiz Echagüe, Oscar Domínguez, Pla Janini, Ramón Marinel.lo, Salvador Dalí, Emili Godes, Pablo Sebastián.
Actividades relacionadas con la exposición: Filmfórum
[Consultar documentación]
ARTIUM, Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo, presenta la exposición Huellas dalinianas (Sala Este Alta, hasta el 27 de febrero), organizada por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC) en colaboración con el propio museo alavés y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y la Fundación Gala-Salvador Dalí. La exposición, que forma parte del programa organizado por la SECC para recordar el centenario del nacimiento de Salvador Dalí, pone de manifiesto la enorme influencia del artista catalán en el arte español entre 1927 (cuando realiza "Aparato y mano" y "La miel es más dulce que la sangre") y el final de la Guerra Civil. Estas “huellas dalinianas” son evidentes, bien formalmente, bien semánticamente, en las cerca de cien piezas expuestas en Vitoria, correspondientes a una treintena de artistas, entre ellos Benjamín Palencia [+], Moreno Villa, Maruja Mallo o Federico García Lorca, por citar algunos. Huellas Dalinianas está comisariada por Jaime Brihuega. La presentación de la exposición en Vitoria-Gasteiz cuenta con el patrocinio de Gasnalsa.
A partir de 1927 y después de un amplio recorrido por diversas sintonías visuales de la modernidad internacional, la obra de Salvador Dalí quedó enfilada definitivamente en dirección al surrealismo. Es cuando pinta "Aparato y mano" y "La miel es más dulce que la sangre". Fue el colofón de un proceso formativo muy intenso, en el que Dalí compartió íntimamente la recepción de dicha poética con Federico García Lorca. En 1929 y tras realizar diversas experiencias plásticas que dialogan con Max Ernst, Arp, Tanguy, Miró e incluso que esgrimen una provocadora catarsis de negación del arte, su lenguaje visual cristaliza definitivamente. Atestiguan esto último obras de madurez como "El gran masturbador", "Monumento imperial a la mujer niña", "Los primeros días de la primavera", "El hombre invisible"...
Es también el momento en que Dalí fija su residencia en París, se incorpora plenamente al movimiento surrealista y se convierte en una figura de referencia para la vanguardia peninsular desde la magnitud de esa órbita en la que ya giraban Picasso, Gris o Miró.
A partir de 1929, el surrealismo plástico se difunde intensamente en el contexto peninsular, hasta el punto de convertirse en una de las líneas prioritarias de la vanguardia artística hasta la guerra civil. Aunque fueron muchos los referentes que orientaron las diversas direcciones del surrealismo español, las formas dalinianas desempeñaron un protagonismo indiscutible. Unas veces estas formas fueron asumidas con el carácter de verdaderas citas literales, otras funcionaron como término poético de una intensa dialéctica creativa. En cualquier caso, demostraron una vivísima presencia en una gran parte de las manifestaciones del arte peninsular, tanto en el ámbito catalán como en el aragonés, el tinerfeño o en importantes aspectos de esa "poética de Vallecas" que alcanzó gran difusión por toda la geografía peninsular durante los años treinta.
La presente muestra quiere reconstruir el mosaico que forman estas "huellas dalinianas" en el arte español producido entre 1927 y el final de la guerra civil, rastreando simbólicamente incluso algunos vestigios epigonales producidos ya en la postguerra.
Para ello se han reunido más un centenar de obras de Alberto, Mariano Andreu, Arissa, Caballero, Castellón, Ciria, Clavé, Federico Comps, Cristòfol, Óscar Domínguez, Luis Fernández, Esteban Francés, Galvache, García Lamolla, García Lorca, Emili Godes, González Bernal, González de la Serna, Juan Ismael, Lasso, Lekuona, Dora Maar [+], Maruja Mallo, Marinel.lo, Josep Masana, Massanet, Margaret Michaelis, Moreno Villa, Ortiz Echagüe, Palencia [+], Pla Janini, Planells, Miguel Prieto, Quirós, Renau, Rodríguez Luna, Sandalinas, Jaume Sans, Pablo Sebastián, Ucelay y Viola.
El discurso visual está dividido en ocho capítulos:
· HUELLAS COMPARTIDAS reúne la obra plástica que Federico García Lorca realizó compartiendo con Dalí las claves de recepción del surrealismo.
· En intrincado diálogo con el Dalí de las rocas, las conchas o los guijarros, HUELLAS EN LA TIERRA agrupa aquellas experiencias que enraizaron el surrealismo en una pulsión hacia lo telúrico. O bien lo compartieron con una experiencia de la naturaleza que buscaba la identidad moderna y a la vez diferencial de nuestra cultura.
· En HUELLAS EN UN ESPEJO encontramos las experiencias plásticas que procuraron seguir más al pie de la letra la enseñanza daliniana.
· HUELLAS EN EL AIRE, reuniendo tendencias de lenguaje visual muy diversas, encuentra su argumento en la ocupación tridimensional del espacio. Es, por ello, el capítulo dedicado a la escultura.
· A través de un abanico muy amplio de posibilidades formales aglutinadas por su naturaleza biomórfica, HUELLAS EN LO BLANDO ilustra la incidencia de uno de los rasgos formales más característico del lenguaje daliniano.
· HUELLAS EN LÍNEA tiene por argumento el grafismo monocromo del dibujo.
· HUELLAS SUPERPUESTAS muestra cómo, a través de collage o del fotomontaje, nuestros artistas también dialogaron con la poética daliniana.
· Finalmente, HUELLAS EN LA LUZ reúne aquellos trabajos fotográficos que en España enlazaron con el territorio argumental y formal que centra la presente exposición.
Documentación asociada a la exposición
15/12/2004 > 06/02/2005 (Sala Seminario)
Artistas: Angela Barret, Patrick Benson, Stephen Biesty, Quentin Blake, Raimond Briggs, John Burningham, Laura Child, Emma Chichester Clark, Sara Fanelli, Michael Foreman, Tony Ross, Posy Simmonds, Charlotte Vooke
El lápiz mágico, exposición itinerante organizada por el British Council que presenta una selección de trece ilustradores británicos contemporáneos para acercar el mundo de la ilustración y la litertura infantil y juvenil tanto a niños como a adultos. Durante el transcurso de la muestra se llevará a cabo un taller de iustración.
Documentación asociada a la exposición
18/11/2004 > 30/01/2005 (Antesala)
Artistas: Santiago Calatrava, Aitor Ortiz
La Rioja, región conocida por su producción vitivinícola, está viviendo en los últimos años un período de expansión y de importantes inversiones que están cambiando la fisonomía de la zona. Con el deseo de difundir una imagen atractiva y moderna de sus vinos y de la región, una serie de bodegueros ha confiado la construcción de sus bodegas a arquitectos de renombre nacional e internacional. Todo ello dibuja un interesante panorama en el que al atractivo del vino se une el valor e interés artístico de este patrimonio arquitectónico singular que está dando lugar a un nuevo referente turístico y cultural. Arquitecturas del vino. BODEGAS YSIOS es la segunda de una serie de exposiciones, iniciada en el 2003 por ARTIUM con la muestra sobre las Bodegas Baigorri, que pretende difundir y dar testimonio de la renovadora actividad arquitectónica que se está desarrollando en esta región.
Bodegas Ysios, diseño del arquitecto valenciano Santiago Calatrava para la empresa Bodegas y Bebidas, S.A., se encuentra situada en el pueblo de Laguardia, a los pies de la Sierra de Cantabria. Inaugurada en 2001, su inconfundible diseño, todo un hito arquitectónico del panorama internacional, se percibe y destaca desde la lejanía por su brillante perfil de ondulaciones metálicas que emerge en el horizonte queriendo simular la silueta de un pato en pleno vuelo. La bodega, cuyo nombre hace referencia a la diosa egipcia Ysis que velaba por el cuidado del proceso de transformación de la uva en vino, tiene 8.000m2 de superficie (un edificio social y dos naves de almacenamiento), distribuidos linealmente con una orientación Este-Oeste, que se integran de manera admirable en el paisaje circundante y surge como una potente escultura.
La obra se basa en dos muros portantes de hormigón armado, separados por un espacio de unos 26 metros y revestidos por lamas de madera cuperizada en sentido vertical. Al reflejarse los ondulantes muros en el agua de los estanques que rodean el edificio, se distingue la forma de grandes toneles, estableciendo así una sutil y poética relación con la función del propio edificio. La cubierta es también un elemento fundamental en la concepción del proyecto. En el exterior se ha empleado el aluminio natural que produce un suave contraste con la calidez de la madera. Estructuralmente el edificio está formado por vigas de madera laminada, que apoyan sobre los muros laterales, y que van colocadas sobre planos inclinados y en sentido transversal al eje longitudinal del edificio. El aspecto externo es, por tanto, una superficie envolvente de suaves formas cóncavas y convexas.
La exposición comprende una espectacular maqueta del proyecto, y una serie de planos técnicos de los alzados y planta junto a diversas imágenes en color de la bodega. Además de este material, se exhiben un conjunto de reproducciones de bocetos realizados por Calatrava (dos de ellos originales) y varias fotografías en blanco y negro de ciertos detalles arquitectónicos de Aitor Ortiz. Así mismo se puede conocer a fondo la trayectoria y proceso creativo del genial Calatrava a través de un documental dirigido por Catherine Adda.
Documentación asociada a la exposición
21/01/2004
Participante: Adelina Moya
Conferencia de Adelina Moya, profesora de la Universidad del País Vasco y comisaria de la exposición Nicolás de Lekuona. Imagen y testimonio de la Vanguardia.
Actividad relacionada con la exposición: Nicolás de Lekuona. Imagen y testimonio de la Vanguardia.
21/01/2004
Participantes: José Luis Lozano, Santos Zunzunegui, Jon Sistiaga, Floren Domínguez Iribarren, Eduardo González Calleja, Imanol Zubero, Jonan Fernández, Joseba Arregi, José Luis Ledesma Vera, Antonio Beristain, Carlos Thiebaud, Javier Rodrigo, Sandra Souto, Fernando Castro, Carlos Vidal, Javier Fuentes, Pedro G. Romero, Julio Aróstegui Sánchez Simeón Sáiz Ruiz, Francesc Torres.
Ciclo de conferencias y mesas redondas que el museo ha organizado con motivo de la exposición Laocoonte devorado. Arte y violencia política.
Actividad relacionada con la exposición: Laocoonte devorado. Arte y violencia política
16/04/2004 > 02/05/2004
Ciclo de cine sobre perros, que proyecta ARTIUM, como complemento de la exposición retrospectiva que le dedica a William Wegman.
Actividad relacionada con la exposición: William Wegman
21/05/2004 > 26/06/2004
Una interesante selección de películas permite profundizar y adentrarse en momentos históricos claves en los que la violencia política es el motor que mueve toda la trama.
Actividad relacionada con la exposición: Laocoonte devorado. Arte y violencia política
09/10/2004 > 23/10/2004
Para contextualizar la exposición Intrasentidos. Otras miradas a la Colección, se han seleccionado una serie de películas que directa o metafóricamente guardan relación con los temas que se abordan en la muestra.
Actividad relacionada con la exposición: Intrasentidos. Otras miradas a la Colección
10/12/2004 > 18/12/2004
Este breve ciclo ofrece la posibilidad de ver ciertos clásicos del cine surrealista así como títulos que indagan en la personalidad de personajes imprescindibles para el surrealismo.
Actividad relacionada con la exposición: Huellas dalinianas
11/06/2004 > 13/06/2004
La Asociación Internacional de Comisarios de Arte Contemporáneo IKT celebra su Congreso Anual en ARTIUM. Más de 150 expertos, profesionales que desarrollan su labor como comisarios independientes o como conservadores en centros de arte de todo el mundo, debatirán sobre la situación actual de la organización de exposiciones y eventos relacionados con la creación actual.
28/10/2004 > 28/11/2004
Se celebra la decimoquinta edición del festival que se ha consolidado como el foro más importante dedicado a las implicaciones sociales, culturales y artísticas de fenómenos como la Realidad virtual, la Vida artificial y las redes informáticas. Incluye sesiones de proyecciones con las últimas tendencias en campos como la animación por ordenador, el arte digital, el videojuego creativo o el net.art.
16/02/2004 > 08/06/2004
Imparte: Paquita Vives, doctora en Historia del Arte por la UPV
Primer curso de iniciación al arte contemporáneo con el objetivo de proporcionar las herramientas básicas que permitan conocer y comprender las claves esenciales de los cambios y rupturas más significativos del arte del siglo XX.
21/07/2004 > 23/07/2004
Dirigido por: Jesús Pedro Lorente
Curso dirigido a estudiantes y licenciados en carreras relacionadas con el sistema artístico contemporáneo, y al público en general interesado en el tema. Tratará de ofrecer una reflexión y puesta en común, desde múltiples puntos de vista, sobre la musealización del arte contemporáneo en nuestro entorno cercano.
01/10/2004
Artista: Claudia Dias
La temática central de esta pieza es una conjugación de la historia individual y colectiva en la cual hecho y ficción se entremezclan como primeras y segundas personas. Acercándose a un registro aparentemente autobiográfico, en el que lo privado se vuelve público, la artista pretende presentar una mirada ficticia hacia la existencia real. One woman show marca un cambio en el nivel de intenciones para denunciar la autocrítica y reemplazar la fuerza de la aseveración rotunda por una duda poética.
Entornos virtuales y nuevas estrategias de difusión de la información
19/10/2004 > 20/10/2004
El uso de las tecnologías de la información está provocando un cambio en las bibliotecas y centros de documentación. Este cambio afecta tanto al tipo de contenidos que se han ido introduciendo en estas instituciones, como a las demandas de los usuarios y los servicios que se han creado o que han evolucionado en consonancia con dichas demandas.
La evolución constante en el sector de las tecnologías de la información nos hace replantear de manera continua la estructura y los contenidos de los centros de documentación.
El entorno interactivo permite definir servicios adaptados a la comunidad a la que sirve, a la vez que permite establecer una línea de trabajo que plantea un modelo de biblioteca flexible y con capacidad de adaptación constante a las nuevas necesidades expresadas por los usuarios.
En este contexto, estos encuentros pretenden ser un foro para analizar el papel de los centros de documentación en relación con las nuevas estrategias de difusión de la información y, asimismo, aprovechar las tecnologías de la comunicación para favorecer programas de cooperación entre dichos centros.
24/04/2004 > 18/05/2004
Veinte días de descubrimientos en ARTIUM. Exposiciones, conferencias, mesas redondas, ciclos de cine, talleres abiertos, visitas guiadas... son algunas de las ofertas que encontrarás en la segunda edición de la Veintena Museística de ARTIUM. Veinte días para el arte y la cultura.