Muchos expertos sitúan el nacimiento de la poesía visual en las creaciones del poeta Simmias de Rodas, que vivió en Grecia alrededor del año 300 a. C. Sus obras estaban diseñadas para escribirlas encima de objetos, que después se obsequiaban. Esta obra, titulada El hacha, es una de las tres obras atribuidas a él que han llegado hasta nuestra época. Los versos de este poema forman dos semicírculos, alrededor de un eje central. Los versos impares se sitúan a la derecha del eje, y los pares a la izquierda. Se debe comenzar la lectura por la línea superior derecha, hasta completar el círculo.
En la Edad Media, las creaciones artísticas estaban estrechamente ligadas a la religión cristiana, y la poesía visual no se quedaba atrás. Las figuras que más abundan son los laberintos, que se podían leer de izquierda a derecha, aunque muchos de ellos permitían también lecturas de derecha a izquierda, verticales o diagonales. En lo que respecta a la temática, las alusiones religiosas son constantes.
El monje alemán Rabano Mauro (Alemania, ca. 776 – Maguncia, 856) fue arzobispo de Maguncia en el s. IX, y autor de De laudibus Sanctae Crucis, obra publicada en 815. Estaba compuesta por imágenes, figuras geométricas y laberintos, con la temática común de la alabanza a la cruz. En muchos casos destacaba mediante colores mensajes «ocultos» en sus textos.
Dentro de la tradición cultural occidental, se considera al poeta francés Stéphane Mallarmé (Paris, 1842 – Valvins, Frantzia, 1898) el padre de la poesía experimental. Su obra Un coup de dés jamais n’abolira le hasard, creada en 1897, supuso una revolución en el mundo de la poesía por la disposición poco habitual de los versos del poema, así como por el uso de diferentes tipografías.
Compuesto por veinte páginas con amplios espacios en blanco, cada par de páginas enfrentadas forman una unidad, cuyo texto está dispuesto en líneas irregulares. A lo largo del libro se inician diversos hilos textuales diferenciados mediante la tipografía. Es así como se completa el título del poema: en la portada únicamente se puede leer la primera parte, Un coup de dés, y encontramos el resto de las palabras que lo componen a lo largo de las páginas interiores del texto.
En 1918, Guillaume Apollinaire (Roma, 1880 – París, 1918) publicó una selección de poemas bajo el título Calligrammes, Poèmes de la paix et de la guerre 1913-1916. En diecinueve de los ochenta y seis poemas de la colección, los versos están dispuestos de forma que representan el objeto del que hablan. Esta innovadora disposición del texto de sus poemas le valió el reconocimiento literario internacional.
Este poema está plagado de polisemias y abierto a diferentes interpretaciones. La paloma que abre el poema simboliza la paz, pero, en este caso, está íntimamente ligada a la palabra poignardée, ‘apuñalada’, del título. El agua que mana de la fuente se puede asociar a un movimiento ascendente y que transmite optimismo, pero los versos del final también pueden representar un ojo con su pupila, del que manan lágrimas, o incluso una boca abierta, pronunciando la letra «O», en señal de lamento.
La poesía concreta, igual que el arte concreto, pretendía que comunicación verbal y no verbal estuvieran al mismo nivel, con la intención de que sus poemas tuvieran una mayor comprensión lógica. Las palabras se liberaban de construir frases, y cobraban importancia por su disposición en la página.
El poeta boliviano de ascendencia alemana Eugen Gomringer (Cachuela Esperanza, Bolivia, 1925 – ) es un representante de este movimiento. La palabra «silencio» se repite en tres columnas. Las dos de los extremos tienen cinco elementos, y la del centro, cuatro, dejando precisamente un silencio en el espacio que debería haber ocupado esa misma palabra. Así consigue transmitir su mensaje de forma inmediata.
El artista mexicano de origen alemán Mathias Goeritz (Danzig, Alemania, 1915 - Ciudad de México, 1990) fue un seguidor del movimiento dadaísta, caracterizado por negar el concepto de razón y oponerse a los cánones literarios y artísticos que imperaban en el momento, despreciando especialmente el arte burgués.
Con este poema realizó, sin embargo, un guiño al concretismo. Está formado por doce cuadrados del mismo tamaño, formados por la repetición del palíndromo «oro». La diferente distribución de las dos letras que conforman la palabra, «o» y «r», hace que el aspecto de los cuadrados sea completamente diferente. Así, el primero únicamente contiene nueve letras, creando un cuadrado lleno de espacio, mientras que el último está tan lleno que apenas deja espacio en blanco.
El artista uruguayo Julio Campal (Montevideo, 1933 – Madrid, 1968) fue uno de los principales impulsores de la poesía experimental y la poesía concreta en España. Hijo de inmigrantes asturianos, pasó la mayor parte de su vida en Argentina. En 1962 llegó a España, donde vivió hasta su muerte en 1968.
Sus poemas eran caligramas basados en el arte de la caligrafía, y en ellos predomina, haciendo alusión a su propio nombre, la belleza de la escritura. En muchas ocasiones emplea como fondo en el que escribir hojas que ya tienen un texto en formato tradicional, como hojas de periódicos, esquelas o biografías, y sobre ellas crea caligramas de formas redondeadas, en los que el color y la textura de las letras cobran especial importancia. Sin embargo, ambos códigos conviven, produciendo poemas en los que la emoción estética llega de forma inmediata, sin que sea necesaria la decodificación del texto que lo compone. En este caso, usa como fondo una hoja del periódico ABC de 1967.
La obra del escritor, artista y diplomático español José Luis Castillejo (Sevilla, 1930 – Houston, 2014) se incluye en la poesía letrista. El letrismo daba más importancia al aspecto gráfico de las letras que a su expresión fonética, de modo que las hojas del libro eran lienzos en los que aquellas se disponían. Miembro del grupo artístico de vanguardia Zaj entre 1966 y 1968, su influencia dadaísta se nota en el primer libro del autor, La caída del avión en terreno baldío, en la que se enmarca este poema.
La obra está compuesta por 86 hojas sin enumerar ni encuadernar, presentadas en una caja. Es una autobiografía ficticia del autor, en la que incluye frases, letras o listas de nombres, sin un orden aparente.
Fernando Millán (Villarrodrigo, España, 1944 – ) ha jugado un papel fundamental en la poesía experimental española desde los años 60, cuando fue miembro de colectivos artísticos de vanguardia como Problemática 63 o fundador del grupo N.O., hasta nuestros días. No es únicamente un creador artístico, sino que también ha difundido la disciplina impartiendo conferencias o realizando estudios críticos.
Las manos abiertas en alto formadas por letras gruesas en blanco y negro son tal vez unos de los poemas visuales más conocidos de este artista. Creadas en los últimos años de la dictadura franquista, plasman la falta de libertades como consecuencia de la situación política del país, incluyendo diferentes mensajes reivindicativos: SOMOS; AHORA; ALTO MENTIRA, DUELO, OPRESIÓN.
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El palentino Felipe Fernández Alonso, más conocido como Felipe Boso (Villarramiel de Campos, España, 1924 – Bonn, 1983), vivió desde 1952 en Alemania. Fue geógrafo, etnólogo y escritor, pero se ganaba la vida como traductor de textos entre el alemán y el español, lo que le permitió conocer en profundidad la obra de poetas concretos alemanes. Su lejanía geográfica no le impidió mantener un estrecho contacto con los poetas experimentales españoles, como da fe el monográfico que editó dedicado a la poesía experimental española en la revista alemana Akzente.
Era un poeta experimental cercano a los postulados de la poesía concreta, que pretendía, con sus obras, realizar juegos de palabras y trabalenguas. De forma paralela a estos poemas visuales desarrolló una línea de poesía discursiva.
El escritor y crítico de arte Juan-Eduardo Cirlot (Barcelona, 1916 – 1973) estuvo integrado en los círculos vanguardistas barceloneses de posguerra. Formó parte del grupo Dau al Set [+info] pocos años después de su creación, y allí estuvo en contacto con poetas visuales de la talla de Joan Brossa [+info]. Su creación poética, tal vez el aspecto más desconocido de su producción, estuvo muy influenciada por el músico alemán Marius Schneider, quien le trasmitió la mística del sonido.
La serie Bronwyn, formada por 16 libros, que en realidad son uno solo, está basada en la protagonista de la película El señor de la guerra (F. Schaffner, 1965), y tiene como trasfondo el tema de la mujer que vence al hombre. Este poema está compuesto a partir de la permuta simbólica partiendo de las variaciones fonéticas del nombre, en lo que el autor denominó «poesía permutatoria».