Obra en Artium

 


   


 


 


 


 


 

Les grandes baigneuses (1967)

El tríptico Les grandes baigneuses de 1967 pertenece a la serie que Aguayo realiza entorno a 1965-1967 con la temática de las bañistas. Ya hacia 1960 Aguayo confiesa que abandona poco a poco la abstracción que caracteriza sus obras anteriores por una necesidad de encaminarse hacia la figuración. Lejos del realismo decimonónico, la obra de Aguayo se queda en una frontera difusa entre la abstracción de la que no se libera totalmente y la figuración. En Les grandes baigneuses se reconocen varias figuras inmersas en un agua calmada en el que se distingue incluso el reflejo de la luz. Realizada en un momento que se ha considerado en Aguayo de "plenitud vital", esta serie en la que prima la calma dará paso en los años 70 a obras con una temática diferente, los individuos anónimos y el ajetreo propio de la gran ciudad.

Les grandes baigneuses, 1967. Óleo/ Lienzo o tela.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Vertical rota (1955)

Con la obra Vertical rota, de 1955, Aguayo continúa trabajando con la abstracción, abandonando incluso el pincel para trabajar con la espátula en formas más empastadas. Quizás sea la ciudad de París, su luz y tranquilidad, la que le influye en la utilización de colores más delicados, introduciendo los rosas, grises o azules. El contorno de las formas ha desaparecido y la composición en cierta forma se aligera, produciendo una sensación de mayor serenidad.

Vertical rota, 1955. Óleo / Conglomerado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fin de tarde (1954)

Fin de tarde, de 1954, es un título que puede llevar a confusión si lo entendemos en sentido estricto, como representación –aunque sintética o “atmosférica”– de un atardecer. Por el contrario, Fermín Aguayo trabaja plenamente en el terreno del lenguaje abstracto de forma que los títulos de sus obras, colocados después de finalizar el trabajo, forman sólo una sugerencia a posteriori, no un ingrediente del trabajo. Fin de tarde es, por otra parte, un buen ejemplo de expresionismo abstracto: violencia de la pincelada, coloración dramática, fragmentación del conjunto y, sobre todo, una forma de trabajo basada en la falta de premeditación, una improvisación controlada en la que es el trabajo ya realizado el que va indicando al pintor hacia dónde dirigir su continuación.

Fin de tarde, 1954. Óleo / Lienzo o tela.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Inocente (1952)

1952, fecha en la que realiza esta obra, es una fecha clave en la trayectoria de Aguayo, un punto de inflexión. En 1952 se disuelve el Grupo Pórtico, del que Fermín Aguayo era fundador y ferviente impulsor, y con el que habían introducido una "radical" abstracción en el panorama artístico español. Con motivo de la oposición hacia su pintura, a Aguayo le invade la sensación de desilusión y ansiedad por salir de España, se encuentra en su particular "tierra de nadie". 1952 es también el año en el que Aguayo se traslada definitivamente a París. Muchas de las obras que realiza en 1952, entre las que se encuentra Inocente, se considera que anuncian de alguna manera el giro que dará Aguayo en su "época parisina". Aún mantienen su fuerte carácter abstracto, remarcado por el grueso trazo negro que delimita las formas. Continúa utilizando colores tierras y ocres, colores baratos, que necesitaba utilizar. En su obra de 1952, y en Inocente, se percibe el estado anímico que acompaña al artista, la fuerte soledad de un Aguayo, tímido y desilusionado, a cuyos claroscuros acompaña un título en cierta medida sobrecogedor.

Inocente, 1952. Óleo / Tablerillo o tablex.