La historia del deporte se remonta a miles de años. Se cree que ya en el año 4000 a. C. podía ser practicado por la sociedad china, ya que han sido encontrados diversos utensilios que llevan a pensar que realizaban diferentes tipos de deporte. También los hombres primitivos practicaban el deporte, no con herramientas, pero sí en sus tareas diarias.
En el antiguo Egipto se practicaban deportes, como la natación y la pesca, para conseguir sobrevivir. Las artes marciales comenzaron a expandirse en la zona de Persia.
Pero es realmente en Grecia donde nace el concepto de “deporte moderno” como realización de ejercicio físico de forma plenamente reglada. Los primeros Juegos Olímpicos tuvieron lugar en el año 776 a. C. y constaban de pocas pruebas deportivas: combates, carreras hípicas y carreras atléticas.
En Roma, el deporte será entendido como un espectáculo público por y para el Estado.
Durante la Edad Media desaparecieron casi por completo los deportes atléticos y se vuelve a los entrenamientos físicos para la guerra –los torneos- y la caza.
El Renacimiento abrió una nueva etapa en la historia del deporte. El humanismo, movimiento intelectual desarrollado en Europa durante los siglos XIV y XV, exalta en su totalidad las cualidades propias de la naturaleza humana. Pretendía descubrir al hombre y dar un sentido racional a la vida tomando como maestros a los clásicos griegos y latinos.
Ya en el siglo XIX se utilizaban las competiciones a modo de deporte y guerra entre los pueblos vecinos, en deportes que podrían considerarse en ambos sentidos, como son el tiro con arco o la esgrima. En Inglaterra, surgieron deportes en los que entra en juego la lucha contra los medios naturales, como podían ser el agua o el viento, dando lugar a deportes como las regatas o la vela, además de otros también actuales como el rugby.
A lo largo del siglo XX se fueron consolidando los ya existentes y se fue ampliando el rango de deportes conocidos, como el fútbol, el waterpolo o el tenis de mesa. Los primeros Juegos Olímpicos, tal y como los conocemos en la actualidad, tuvieron lugar en Grecia en el año 1892. Se organizaban, como ahora, cada cuatro años, y en ellos se desarrollaban todas las prácticas deportivas conocidas hasta ese momento.
En la actualidad, nadie duda de la importancia del deporte en nuestra sociedad, tanto en su faceta de espectáculo como en su dimensión práctica en el ámbito del ocio.
¿Y el arte? Si bien hasta hace unos años estaba extendida la teoría de que el arte surgió en el Paleolítico Superior, se han encontrado manifestaciones artísticas mucho más antiguas en África y en Australia. El origen del arte no es resultado de una necesidad estética, es el resultado de una necesidad de dominación mágica. Los expertos están de acuerdo en que el arte de la prehistoria era instrumental y se creaba con unas funciones concretas. El arte por el arte, la creación de obras bellas con función estética y su coleccionismo es un invento moderno.
El arte ha estado relacionado con el deporte desde la antigüedad hasta el mundo contemporáneo en sus diversas manifestaciones: pintura, escultura, y en tiempos más recientes, la fotografía y el vídeo.
Los expertos están de acuerdo en que el arte de la prehistoria era instrumental y se creaba con unas funciones concretas. Las pinturas de la época prehistórica revelan que el ser humano organizó un sistema de representación artística, posiblemente con fines mágico-religiosos, en el que mostraba aspectos importantes de su vida. Surgen escenas de caza, de danzas rituales, es decir, las actividades físicas que realizaban en aquella época.
El deporte fue una práctica esencial de las culturas del Mediterráneo antiguo, ya que estaba ligado a las celebraciones religiosas y a la percepción del hombre ante los dioses y ante él mismo y la comunidad.
EGIPTO
El deporte en el antiguo Egipto ocupaba una parte importante del ocio. Así queda reflejado en numerosos testimonios: decoraciones en tumbas, paredes de las pirámides, vasijas, etc. Tanto hombres como mujeres lo practicaban. Los favoritos eran la lucha, la esgrima con palos y el atletismo entre los hombres, y la danza, los juegos acrobáticos con pelotas y la natación entre las mujeres. Aunque se practicaban muchos más: levantamiento de pesas, pesca, remo, salto de longitud, etc.
De la lucha o el boxeo tenemos numerosos ejemplos. En la tumba de Jeruef, encontramos una reprepresentación pictórica que muestra a seis boxeadores en posición de combate y un relieve en el que se aprecia una representación de una forma de lucha o boxeo. Jeruef fue una importantísima figura política durante los últimos años del reinado del faraón Amenhotep III. Se le conoce por obstentar el título de ‘mayordomo de la Gran Esposa Real Tiy’ y el de ‘Escriba Real'.
Las pinturas de Beni Hassan, pertenecientes a la época de las dinastías XI y XII (hacia el 2000 a. C.), son un auténtico manual de lucha.
El tiro con arco y la caza como diversión eran deportes que estaban preferentemente reservados a las clases altas. Un ejemplo de esto son las pinturas murales de la tumba de Khnumhotep, alto mandatario del Imperio Medio, y que están datadas hacia el año 1900 a. C. En ellas, se le ve cazando y pescando.
CRETA
Hay que destacar el alto valor que esta cultura otorgaba al cuerpo, a su desarrollo y sus valores. Esto se refleja en sus distintas manifestaciones artísticas: sus construcciones, sus pinturas, sus estatuillas, su orfebrería. Las pinturas al fresco que adornaron los corredores de sus palacios y habitaciones han ofrecido información de sus actividades físico-festivas.
Según recoge Teresa González Aja en su libro El Deporte a través del Arte, "La actividad física se fundamentó en aspectos lúdicos, deportivos o religiosos que implicaban agilidad, velocidad, movimiento, acrobacia y no tanto fuerza y resistencia para adaptarse al medio, dominarlo o defenderlo. Fue objeto central de esta civilización el desarrollo de una cultura en torno al cuerpo a su desarrollo y bienestar y al disfrute del mismo. Los valores estéticos y de armonía corporal parecen primar sobre el desarrollo de la fuerza o la resistencia. Todas las representaciones humanas realizadas por los artistas cretenses son figuras de individuos de talle muy fino y de una gran ligereza, en los que parecen haberse desarrollado las cualidades corporales relacionadas con la flexibilidad, la agilidad y el vigor en el movimiento.”
Los juegos de toros
El toro era la figura central de la vida religiosa en la Creta minoica. Su importancia se extiende a todas las demás facetas de la vida. Los principales mitos referidos a Creta tienen como protagonista al toro.
Así que en relación con el culto al toro surgen estos juegos durante la Creta del segundo milenio a. C. Estos espectáculos se representaban en el patio central de los palacios y consistían en saltos imposibles sobre un toro realizados por acróbatas. Gracias a las pinturas murales conocemos hoy en día estas actividades.
Teniendo en cuenta que la mujer jugaba un papel fundamental en la cultura minoica, parece probable que los acróbatas fueran tanto hombres como mujeres. Las figuras de los saltadores en los frescos minoicos están pintadas unas en tono oscuro y otras en tono blanco, con lo que estarían distinguiendo al hombre de la mujer.
Además de los juegos taurinos el arte cretense ofrece información amplia de otras actividades físicas presentes en la vida de esta cultura.
La práctica de danzas parece habitual en la cultura cretense. Por los testimonios en pintura y orfebrería estarían realizadas de forma casi exclusiva por las mujeres y su carácter debía ser ceremonial y religioso.
Boxeo. El fresco de los niños boxeadores es uno de los más atractivos de la pintura minoica de Thera. La seriedad indolora de la representación y el peinado han hecho pensar en que se tratase de un rito religioso.
Se ha querido ver en esta pintura al fresco algo así como una modalidad de boxeo pero poco agresiva.
Es realmente en Grecia donde nace el concepto de deporte moderno como realización de ejercicio físico de forma plenamente reglada. En la cultura helénica surge la preocupación del desarrollo físico integral como medio para buscar el ideal de perfección física y moral. El deporte recogía un amplio espectro de valores, entre ellos: el culto al cuerpo, la preparación psicológica para la competición y la guerra y el respeto a los dioses.
En Grecia el deporte es considerado como algo vital, un deber del ciudadano, esencial en la formación del hombre. Inicialmente el deporte fue el centro de los rituales funerarios: era un despliegue de energía y fuerza para honrar a quien las había perdido. Poco a poco se institucionalizó y se convirtió en una actividad vinculada a las ceremonias religiosas en honor a los dioses olímpicos y al espíritu competitivo del hombre griego. A las competiciones que un principio fueron gimnásticas e hípicas se unirán, más tarde, las poéticas y artísticas.
La sociedad eminentemente masculina de la época hacía mucho más difícil el acceso de la mujer a la educación física. Todo indica que existía una excepción: Esparta. Las mujeres de la ciudad de Esparta gozaban de una libertad que les permitía realizar una serie de actividades impensables en el resto de Grecia, por ejemplo, practicar deporte. Las mujeres espartanas, desde muy jóvenes ejercitaban sus cuerpos en correr, luchar, lanzar el disco y tirar con arco. Se buscaba que de unas mujeres fuertes y robustas nacieran hijos fuertes y vigorosos y además que pudieran aguantar mejor los partos.
Probablemente en ningún otro periodo histórico ha ocupado el deporte un lugar tan importante en el arte como en la Grecia antigua. A través de la escultura, la pintura y la cerámica se pueden documentar todas las modalidades de la actividad deportiva. Y por otro lado, se construyeron edificios cuyo uso era exclusivamente deportivo.
Para hablar de la pintura griega es necesario hacer referencia a la cerámica, ya que precisamente en la decoración de ánforas, platos y vasijas, cuya comercialización era un negocio muy productivo en la antigua Grecia, fue donde pudo desarrollarse este arte. A diferencia de la escultura, el cuerpo desnudo no es en sí mismo el objeto descriptivo de los pintores ceramistas, el objeto es ante todo puntualmente ilustrativo o descriptivo de escenas. Los temas "de palestra", de entrenamiento de atletas, y de competiciones deportivas genuinamente helénicas van a ser algunos de los predominantes en la cerámica. (Fotografías: © Fideicomisarios del Museo Británico)
El cuerpo humano desnudo es el tema central de la escultura griega.
En los mitos griegos aparecen de vez en cuando mujeres practicando algún tipo de deporte. La deportista por excelencia del mito griego es Atalanta. Pero el artista griego no representa igual a un atleta que a una atleta. A las deportistas no se le representan desnudas. Esto se debe por un lado a que el arte griego generalmente solo representaba desnudo por completo el cuerpo masculino y, por otro lado, a que las mujeres practicaban el deporte vestidas.
Los escultores griegos representaban de forma natural todos los músculos y las formas corporales, mostrando toda la energía del movimiento en sus poses. Fascinados por la sinuosidad de las formas del cuerpo humano, logran ya en la etapa clásica dominio fenomenal del conocimiento de la anatomía. Depositaron en la escultura el concepto de proporción, idealismo y belleza pura de las formas.
Discóbolo de Mirón es una de las más excelsas obras maestras de la historia de la escultura. Fue realizada por Mirón hacia el año 455 a. C. y representa el cuerpo de un atleta en el instante anterior a lanzar un disco. La escultura contiene toda una lección de anatomía deportiva: la torsión del cuerpo es vigorosa aunque al mismo tiempo armoniosa, como el rostro del atleta que no refleja tanto el esfuerzo como una serena concentración. Todo el cuerpo está echado hacia delante para producir con el balanceo posterior el impulso necesario para poder lanzar el disco. © Fideicomisarios del Museo Británico.
Auriga de Delfos. Se realizó, en bronce, en el año 474 a. C., para conmemorar la victoria del tirano Polyzelos de Gela en la carrera de cuadrigas de los Juegos Píticos (los que se celebraban en honor de Apolo en el santuario de Delfos). La figura formaba parte de un grupo más amplio, del que solo quedan fragmentos de cuatro o seis caballos y un pequeño esclavo que se situaría ante ellos. (Foto: CC BY-SA 1.0)
Púgil en reposo, famosa escultura griega creada entre finales del siglo IV a. C. y el siglo II a. C. La escultura representa a un poderoso púgil sentado, descansando después de un combate. Sus muy detallados guantes lo identifican como púgil. Las numerosas heridas en la cabeza del atleta son consistentes con las antiguas técnicas de boxeo, en las que la cabeza era el objetivo principal. Las incrustaciones de cobre, a modo de sangre, aumentan el efecto de dramatismo.
Por otro lado, los griegos crearon edificios para acoger únicamente espectáculos deportivos.
Los estadios estaban destinados a espectáculos de carácter deportivo. Eran de planta rectangular, con gradas que solían estar apoyadas en la falda de una colina. Uno de sus lados terminaba en forma semicircular y el otro en forma recta. Esta era la meta. El más antiguo es el de Olimpia. El estadio Panathinaikos de Atenas fue construido para las Olimpiadas de 1896 y se levantó sobre los restos de un antiguo estadio.
El gimnasio es una de las obras arquitectónicas más importantes de la antigua Grecia. Era una de las instituciones que se dedicaba a la enseñanza física y espiritual. Era un lugar en el cual se entrenaban los competidores de los juegos públicos que se realizaban en Grecia.
Los gimnasios eran amplios espacios arquitectónicos distribuidos en zonas específicas para cada tipo de ejercicio. Estaban compuestos por exedras (construcción descubierta, de planta circular, con asientos y respaldos fijos en la parte interior de la curva), pórticos y variadas dependencias, como una palestra, baños públicos, y zonas para practicar con clima adverso. Se situaban en los márgenes de la ciudad.
Igual que en Grecia, el origen del deporte en Roma fue sagrado, pero poco a poco fue perdiendo este carácter. En los últimos siglos del Imperio, la religión había quedado relegada tanto de los juegos como de la vida ordinaria.
Si en Grecia el deporte era algo vital, una parte esencial en la formación del hombre, una actividad lúdica, desinteresada, en Roma el deporte se aleja de este sentido. El ciudadano romano no vislumbraba el valor de juego como algo placentero para realizar durante el tiempo libre.
La actividad física era importante únicamente para el desarrollo de una buena condición física y para servir al estado cuando así lo solicite. En la antigua ciudad de Roma había un lugar llamado el campus, una especie de campo de entrenamiento para los soldados romanos, que estaba ubicado cerca del río Tíber. Más tarde, se convirtió en el campus de juegos. Imitando el Campus de Roma, se desarrollaron en otros centros urbanos y asentamientos militares. En el campus, los jóvenes se reunían para jugar y hacer ejercicio, que incluía saltos, lucha libre, boxeo, carreras, montar, tirar y la natación. Jugar a la pelota era un deporte popular y los antiguos romanos tenían varios juegos de pelota (pila, follis, paganica, harpastum) atendiendo al diámetro de la pelota. Aunque las mujeres no solían participar en las actividades deportivas, existe un mosaico en la villa romana del Casale en Piazza Armerina (Sicilia), que nos muestra a un grupo de mujeres participando en unas competiciones deportivas y vestidas adecuadamente para ello.
Pero en Roma el deporte va a ser entendido como espectáculo público por y para el Estado. Se utilizará para manipular a las masas. Los espectáculos eran la forma de canalizar las pasiones y la actividad del tiempo libre de la gran masa de gente.
El deportista romano es mayoritariamente mercenario, esclavo o reo de muerte; no hay una regulación deportiva. Este sentido manipulador, competitivo, especulativo y especialista del deporte se ve incrementado conforme avanza la propia historia del Imperio, llegando a degenerar en espectáculos y formas de diversión, cargados de agresividad y brutalidad.
Los vestigios arqueológicos en los restos de las instalaciones deportivas y los vestigios artísticos dentro del campo de la escultura, pintura y cerámica nos acercan a la vida deportiva romana.
El arte de Roma va a unir el sentido estético griego con un carácter utilitario y funcional que sus obras requerían. Así se va a crear una arquitectura al servicio del deporte. En Roma se construyeron instalaciones que permitían la recepción de un gran número de espectadores, como son el coliseo o el circo romano. Los romanos se especializaron en el espectáculo “masivo”, llegando a tener recintos con capacidad de más de 500.000 personas de pie y 350.000 sentadas.
Los anfiteatros eran utilizados para acoger espectáculos y juegos. Allí tenían lugar las luchas a muerte entre los gladiadores. El más conocido es el Coliseo de Roma. Tenía una capacidad para 250.000 espectadores. El anfiteatro tenía forma circular u ovalada y se dividía en dos zonas bien diferenciadas: la arena -escenario-, y la cavea -graderío-. En la arena se abrían diversas puertas que comunicaban con estancias o pasillos situados debajo de la cavea, por donde salían los gladiadores o animales. Debajo de la arena de los anfiteatros más importantes existían diversos espacios compartimentados destinados a la circulación y estancia de los animales llamada fossa bestiaria.
Los circos eran los edificios en los que se celebraban carreras de carros, caballos y otros
espectáculos hípicos. Tenían una planta rectangular con un semicírculo lateral en uno de sus lados más cortos. Contaban con gradas generalmente de piedra, la arena alargada y partida en dos por la espina, un muro bajo y aislado coronado por obeliscos, estatuas y otros ornamentos.
La carrera de carros y la lucha entre gladiadores o entre gladiadores y animales eran los deportes más populares en Roma. Las carreras se celebraban en los circos y las luchas, en los anfiteatros.
Carreras de aurigas. Era uno de los deportes más populares de la antigua Roma. Las carreras solían ser peligrosas tanto para los aurigas como para los propios caballos, quienes con frecuencia sufrían serias lesiones e incluso morían. Este deporte generaba un fuerte entusiasmo en los espectadores. La figura del auriga era la más destacada al ser el protagonista de la carrera. La mayoría de ellos eran esclavos, aunque cabe destacar que a partir de la época imperial también hubo jóvenes de familias nobles que ejercieron. Existen muchos representaciones de estos espectáculos en mosaicos. Algunos de los aspectos de la organización de las carreras de carros se equiparaban a las actuales prácticas en deportes profesionales. Los equipos estaban formados por los diferentes grupos que la financiaban, compitiendo a veces por los servicios de los conductores más expertos. Estos equipos tenían un gran apoyo por parte de los espectadores, lo que en ocasiones provocaba disturbios entre los seguidores de los diferentes equipos.
Dentro del Imperio romano, hay diversos mosaicos que representan las carreras de cuadrigas. Los mosaicos eran para los romanos un elemento decorativo para los espacios arquitectónicos. Llegó a ser un arte muy apreciado y difundido. Se utilizó en abundancia con el fin de pavimentar los suelos de las casas romanas, en especial de aquellas casas pertenecientes a las más importantes familias de cada ciudad. Algunos de estos mosaicos representan el circo en el momento de producirse las carreras de carros. En otros, la cuadriga vencedora es la que aparece y , en algunos, solo los caballos famosos. Estos temas también se llegaron a representar en pinturas murales.
Mosaico en la villa romana de Casale, Sicilia. La villa romana del Casale es una villa tardo-romana cuyos restos se sitúan en la localidad siciliana de Piazza Armerin. En el complejo termal de la misma hay un corredor decorado con escenas del Circo Máximo de Roma. Muy rico en detalles, incluyendo una carrera de cuadrigas, en la que se aprecia que ha sido la facción verde, o Prasina, la vencedora. Este corredor era utilizado probablemente para los ejercicios gimnásticos realizados a cubierto. (CC BY-SA 3.0)
Mosaico pavimental de Can Pau Birol, Bell-lloc del Pla, Girona, 300 d. C. Se representa una carrera de cuadrigas en el Circo Máximo de Roma. Al lado de las cuadrigas se indican los nombres de los aurigas y de los caballos principales de cada tiro. La cuadriga dirigida por Filoromus, de la facción blanca y con el caballo Pantaracus, son los ganadores de la competición, seguida por la facción roja, con Torax y el caballo Polistefanus; más retrasada aparece la facción azul, con Calimorfus en las riendas y Patynicus liderando el tiro, y la facción verde del auriga Limenius y el caballo Euplium.
La lucha entre gladiadores y entre gladiadores y animales. Estos espectáculos eran parte integral de la sociedad romana. Se llevaban a cabo en los anfiteatros y se anunciaban previamente. Los juegos de gladiadores se llevaban a cabo desde el amanecer hasta el anochecer. Sus principales atracciones eran los combates a muerte entre los luchadores entrenados. La mayoría de gladiadores eran esclavos o criminales condenados, aunque algunos hombres eran seducidos por la esperanza de obtener popularidad y dinero.
Pero a estas luchas entre gladiadores se les añadía otro tipo de diversiones como "venationes" o espectáculos en los que intervenían animales exóticos y salvajes, cazas de animales... Mosaico escena de gladiadores y bestiarii.
A finales del s. II d. C, la pintura va a ocupar un papel preferencial en la plástica oficial que hasta entonces había sido protagonizado por la escultura. Las decoraciones de interiores en palacios y edificios públicos comienzan a ser de carácter pictórico. La pintura proporciona un mayor realismo al poder representar la lejanía, las atmósferas y el paisaje de un modo que jamás pudo alcanzar la escultura. Las pinturas romanas se realizan al fresco y se protegen mediante una capa de cera que acentúa los colores.
La obra representa una imagen muy habitual en el anfiteatro: un cazador atacado por un felino. Se piensa que decoraba la balaustrada del “podium” del anfiteatro de Mérida. Fue hallada reutilizada en una tumba en el exterior del anfiteatro. (Pintura del Anfiteatro. Cazador con leona. Museo Nacional de Arte Romano de Mérida ©).
La Edad Media comienza con la caída del Imperio Romano de Occidente (en el año 476) y llega, según algunos historiadores, hasta el descubrimiento de América (1492) y, según otros, hasta la caída del Imperio Bizantino y la invención de la imprenta (1453). La Edad Media se va a caracterizar por el feudalismo, la desaparición de la noción de ciudadanía romana y el auge de las culturas teocéntricas (como el islam y el cristianismo) en lugar de la cultura clásica.
DEPORTE
En esta época se abandona todo tipo de práctica física, la doctrina de la Iglesia desprestigia todo aquello relacionado con la actividad física, por estar ligado al aspecto material de la persona. Se debe fortalecer y preservar el alma, mientras que el cuerpo no debería recibir ni placeres carnales ni beneficios derivados de los ejercicios físicos. La Iglesia intentó suspender y abolir todo juego y práctica deportiva, puesto que se consideraba pecaminosa. Desde la caída del Imperio romano hasta el siglo XI las referencias sobre las actividades deportivas de la época son escasas. A partir del siglo XI, en la Baja Edad Media, nace la burguesía y con ella el paso del castillo a la ciudad. Se retoma el intercambio cultural y comercial.
En la Edad Media la mayoría de la gente llevaba una vida muy miserable y no tenía tiempo para el ocio. Tan solo unos pocos hombres tenían el privilegio de poder participar en los deportes de la Edad Media: los torneos y la caza. Pero se cree que estos juegos y ejercicios físicos tenían poco que ver con la educación. Eran más actividades con que llenar el ocio disponible entre los conflictos bélicos. Todos los participantes portaban ropas muy lujosas.
Las actividades deportivas del pueblo llano se dividían en dos grupos: los festivales cívicos y los juegos de multitud. Todas estas actividades eran de carácter local, con reglas confusas y diferentes de una comarca a otra. Los festivales cívicos aparecían junto a las ferias y los mercados, donde había comercio, vendedores ambulantes, fiestas y concursos. Entre los deportes que practicaban destacaban la lucha, el tiro con arco, o el juego de pelota la soule.
ARTE
La Iglesia, durante siglos, dio trabajo a artistas y artesanos casi con exclusividad. Solo algunos reyes y señores patrocinaron la construcción de grandes edificios u obras de arte. Durante el gótico, la iniciativa en este orden de cosas correspondió también a corporaciones como los consejos y los gremios.
La finalidad del arte era evocar el poder de Dios y comunicar el mensaje bíblico. Aunque el arte de la Edad Media era esencialmente religioso se produjeron obras maestras de carácter profano.
Las actividades deportivas mencionadas con anterioridad se reflejaron en el arte: representaciones pictóricas, esculturas y bajos relieves y en las miniaturas de los códices medievales.
La caza
Esta actividad era distintiva de la aristocracia. Abundaba la caza mayor, que se realizaba a caballo, con lanza y con perros, criados y escuderos, y la cetrería o caza con halcones y azores.
El tapiz de Bayeux, considerada como la obra textil más importante del mundo medieval, fue confeccionado entre 1077 y 1082. El Tapiz de la reina Matilde o de Bayeux narra la conquista de Inglaterra en 1066 por las tropas normandas del duque Guillermo "el bastardo", que se llamaría por esta hazaña Guillermo "el conquistador". En varias escenas, en las bandas inferiores, se representan escenas de caza.
Fernán Pérez de Andrade fue un caballero gallego nacido en fecha desconocida aunque se estima que nació antes de 1330 y murió entre el 28 de julio y el 21 de agosto de 1397. Andrade fue un caballero presto a la batalla y aficionado a la caza, la poesía y los libros de caballería. Su sepulcro en la Iglesia de San Francisco en Betanzos está rodeado por escenas de caza.
Al ser la caza una forma de ocio totalmente ligada a la aristocracia, su aparición en las ilustraciones de los códices se produjo principalmente a partir de finales del siglo XIII. En los manuscritos de ámbito eclesiástico, la caza también había sido representada pero en este caso desde una perspectiva crítica. Se consideraba que la caza desataba la violencia. Así en los márgenes de manuscritos bíblicos de los siglos XII y XIII aparecen monos que practican la caza u hombres que son atacados por liebres. Era habitual que en esos tiempos los monjes aprovecharan los espacios marginales de los folios para mostrar su menosprecio hacia la violencia de los señores feudales.
También en novelas o en recopilaciones de poesía, como en el Codex Manesse, en las imágenes que acompañan a los textos, la caza podía tener connotaciones simbólicas.
Pero desde el siglo XIII se escribieron en Europa muchos tratados sobre el arte de la caza y algunos de ellos estaban riquísimamente ilustrados. Uno de los primeros y sin duda el más importante fue De arte venandi cum avibus (Del arte de cazar con aves), de Federico II de Hohenstaufen.
Federico II de Hohenstaufen, gran apasionado de la caza, en especial de la cetrería y de las ciencias naturales, se dedicó durante más de treinta años a acumular informaciones y experiencias para redactar De arte venandi cum avigus
Los torneos
Surgen unos juegos que responden a las preferencias de la nueva burguesía: el torneo. Pero no surge como rivalidad deportiva sino como preparación y adiestramiento para la guerra o para la defensa personal.
Los torneos medievales eran el gran espectáculo de la Edad Media, siendo una exhibición de valor y constituyendo todo un hecho socio-político. No solo eran una simple contienda armada, ya que constituían la principal diversión de los caballeros medievales y eran un trampolín para alcanzar el poder y la fama. El primer torneo se celebró en el año 1066 convocado por el rey de Francia y desde entonces se convirtió en el deporte favorito de la Edad Media. Se celebraba en épocas de paz, un noble/rey invitaba a otro noble/rey y sus mejores caballeros para competir en los torneos. Ante la relevancia del hecho los torneos se convertían en ferias que atraían a gran cantidad de personas: juglares, mercaderes o mendigos, durante los tres días que solía durar el torneo
Este espectáculo medieval se va a desarrollar en toda la Europa plenamente feudal: Francia, Cataluña, Alemania e Inglaterra. En Castilla este espectáculo medieval se desarrolló de forma tardía. Los torneos llegan a finales del siglo XIII desde Francia. Estas actividades también se van a ver reflejadas en miniaturas y en frescos.
La Edad Moderna es el periodo histórico comprendido entre el siglo XV y el XVIII, entre el descubrimiento de América en 1492 y la revolución francesa en 1789. Este periodo se va a caracterizar por el progreso, la comunicación y la razón frente al periodo anterior, la Edad Media.
En las ideas, surge el Humanismo, colocando al hombre como centro de las preocupaciones terrenales. En el siglo XVIII aparece la Ilustración que se opone al oscurantismo de la Iglesia católica. El hombre, sin dejar de creer en Dios, pudo investigar, pensar, crear y cuestionar, lo que no se limitó al plano religioso, sino también al político, oponiéndose al poder absoluto del rey, y abriendo el camino para que los burgueses iniciaran una lucha por reivindicaciones políticas y de igualdad social.
La recuperación de las culturas de la antigüedad clásica, el antropocentrismo (contra el teocentrismo medieval), la creencia en el ser humano, la actitud activa y sistemática, el individualismo e independencia personal frente al anonimato de la Edad Media y la gran importancia por la educación va a caracterizar la época. Surge la idea de educación física. Los humanistas unieron el ejercicio físico a la educación general. Sentaron los criterios para la selección de juegos y actividades físicas por utilidad. La educación física era de suma importancia para desarrollar y mantener el bienestar general, como medio recreativo o para fines militares. La búsqueda del equilibrio en el hombre sitúa el cuidado de la forma física junto a otros valores humanos, lo que explica que el cuerpo sea el objeto de atención no solo de los educadores sino también de los artistas, pintores y escultores. Vuelve el desnudo atlético de la antigua Grecia.
La sociedad sigue estando dividida en grupos sociales con derechos y deberes diferentes. Los estamentos de la nobleza y el clero constituían el grupo de los privilegiados. El tercer estamento, el pueblo llano, está formado por campesinos, artesanos y comerciantes. Entre ellos había enormes diferencias de riqueza. Las prácticas deportivas que realiza cada uno de los grupos es diferente. La nobleza practicaba la esgrima, equitación, caza, tiro con arco, natación, bolos... El pueblo llano, por su parte, solía practicar carreras, lucha, lanzamiento de pesos y juegos de pelota como: soule, hurling, golf, hockey hielo, cricket, calcio,... No obstante, en esta época los deportes no tuvieron una práctica generalizada e institucionalizada.
Pieter Bruegel en Kinderspiele de 1570 refleja el juego infantil y adulto de la época. Pero además nos permite apreciar la vestimenta, las casas, el urbanismo y multitud de aspectos de esa sociedad.
LA CAZA
Entre los siglos XV y XVIII la caza sigue estando reservada al rey y a sus nobles.
JUEGOS DE PELOTA, EL TENIS
El tenis procede de los antiguos juegos de bote y golpeo. En el norte de Francia en el siglo siglo XII, ya existía "jeu de paume", donde la pelota era golpeada con la mano. A principios del siglo XIV se comenzó a usar la raqueta en lugar de las manos, entonces recibió el nombre de "tenis". Los partidos se disputaban por varios jugadores en las plazas de las ciudades. Se utilizaban las paredes y las formas arquitectónicas de las casas como parte del terreno de juego. El tenis fue practicado posteriormente por los aristócratas en los palacios y castillos, por lo que se le denominó tenis real.
EL PATINAJE
El patinaje y el esquí se inventan por la necesidad que tiene el hombre de desplazarse por una superficie hostil. Poco a poco y a lo largo de siglos perdieron el sentido práctico y finalmente se estructuraron y codificaron en la segunda mitad del siglo XIX.
Flandes y Holanda son los países europeos en los que más rápidamente se produjo el desarrollo del patinaje. Los inviernos de los años 1600 y 1700 fueron muy fríos. El hielo y la nieve cubrían campos y ciudades, los canales y los ríos se helaban y dificultaba el transporte fluvial. El patinaje sobre hielo constituyó un excelente medio de transporte a lo largo del invierno.
Pieter Brueghel el Viejo ya lo reflejó en dos obras en el siglo XVI: Paisaje invernal con patinadores y trampa para pájaros (1565) y Cazadores en la nieve (1565)
En este paisaje de Pieter Bruegel el Viejo, sobre el hielo figuran numerosos personajes patinando o jugando al colf, un juego que tiene su origen en el siglo XIII y que hizo furor en el XVII. Se jugaba en la calle, en patios y en los fríos años de los siglos XVII también en los canales, ríos y lagos congelados. El colf era un juego en el que se golpeaba una pelota con un palo (colf) para hacerla llegar a un destino. Las bolas de madera y cuero de sus inicios provocaban numerosos accidentes por lo que las autoridades se vieron obligados a publicar numerosas regulaciones para restringirlo a determinadas áreas fuera de la ciudad. Sería el antecesor del hockey sobre hielo moderno. Por otro lado, algunos investigadores sugieren que los marineros holandeses llevaron este juego holandés a la costa este de Escocia, donde con el tiempo se convirtió en el golf que conocemos hoy en día.
En esta obra de Pieter Bruegel el Viejo, aparece la caza y los juegos invernales. A la izquierda del cuadro aparecen los cazadores, vueltos de espalda, seguidos por la jauría de perros. Los cazadores se desplazan siguiendo una diagonal que lleva la mirada hacia la derecha, hacia la infinitud del paisaje nevado, hacia dos lagos helados, donde se practican juegos invernales.
ESGRIMA
En aquella época las novedosas armas de fuego estaban cobrando mucha importancia. El uso militar de las espadas se fue reduciendo en favor de fusiles y pistolas. Pasó de ser una técnica militar a una especie de arte que las clases altas aprendían como forma de ejercicio diferenciador ante las clases inferiores. A esto contribuyó los diferentes tratados que profundizaron en el estudio del arte de la esgrima. Surgieron las llamadas "Escuelas de Esgrima", refiriéndose a estilos diferenciados que se conocían generalmente por el nombre de su país de origen: escuela alemana, francesa, italiana y española.
En España, la publicación en pleno siglo XVI de La Verdadera Destreza, obra de Jerónimo Sánchez de Carranza, marcó una época, un estilo. Hasta su aparición, se concebía la esgrima como un estilo de lucha con espada, pero es a partir de este tratado cuando se entiende como un sistema general para todas las armas. Las espadas son uno de los elementos que a menudo aparecen representados en los cuadros de El Greco.
LA EQUITACIÓN
Con el tiempo el empleo del caballo en torneos como preparación pasaría a convertirse en deporte hípico. La primera escuela de equitación fue fundada por el conde de Fiaschi en el año 1539 en la ciudad italiana de Ferrara. Se crearon los picadero-escuelas. Pero la equitación es un deporte obligado y reservado para los nobles.
En el siglo XIX, las prioridades educativas varían, la educación moderna es esencialmente utilitaria, el objetivo principal es preparar al hombre para la vida. En la escuela se establece la primacía de las ciencias sobre las letras. Surgen los autores considerados iniciadores de la Educación Física.
La humanidad está experimentando una avalancha de cambios a nivel social, tecnológico y económico que se manifiestan en una mejora de la calidad de vida del ciudadano medio en el conjunto de los países centrales. Estos factores han sido determinantes para favorecer la expansión del deporte a nivel global desde un punto de vista sociológico, creándose una cultura del ocio que ha favorecido la evolución de la educación física.
El deporte contemporáneo, estructurado y reglamentado aparece en Gran Bretaña durante la revolución industrial a finales del siglo XVIII. Son los alumnos burgueses de los colegios británicos los que introducen los juegos populares tradicionales de la calle y los transforman en juegos competitivos organizados, reglados y reglamentados, con el fin de regular la violencia física implícitos en ellos. De los colegios, pasaron a las universidades y de ahí, a las ciudades.
Tras un curso de conferencias en la Sorbona sobre el deporte en la antigüedad, en la Edad Media y en los tiempos modernos, el barón de Coubertin lanza un manifiesto en pro del restablecimiento de las Olimpiadas, y el 25 de marzo de 1896, se inauguran los Juegos de Atenas.
Con el nuevo modelo capitalista del mercado del siglo XX, el deporte de alta competición adquiere un papel protagonista, apareciendo el culto de los nuevos mitos deportivos, idolatría que se vio impulsada por el gran desarrollo de los medios de comunicación de masas. Tanto la prensa como la radio desde los años 20 y 30 del pasado siglo tenían un importante seguimiento, generándose en torno a los espectáculos deportivos un interés mediático sin precedentes en la historia del deporte.
Al finalizar la II Guerra Mundial en 1945 comienza la hegemonía norteamericana erigiéndose como la mayor potencia política y económica. La filosofía deportiva de Estados Unidos se exportó rápidamente a nivel global contribuyendo así a la universalización del deporte.
A finales del siglo XX la práctica deportiva pasa a convertirse en el modo de entretenimiento más conocido universalmente. Esta práctica está motivada por la idea de que el deporte es salud, el culto al cuerpo y el deseo de obtener a través de esa actividad un físico agradable o de mantenerlo, aliviar tensiones del trabajo o de la familia, obtener un grado de disciplina o de control mental y divertirse. Por otro lado, el deportivo se convierte en uno de los mayores espectáculos de nuestro tiempo, como uno de los medios más asequibles y económicos de entretenimiento de masas. Muchos campeones y campeonas son el referente ideal, sus triunfos son magnificados por los medios de comunicación.
La mujer en el deporte
La evolución hecha por las mujeres a lo largo del siglo XX también queda reflejada en los campos deportivos. Las mejoras y conquistas de todo tipo están en el origen de la proliferación y expansión de las prácticas físicas de las mujeres.
Comenzaba el siglo XX con: "¿La mujer en los Juegos Olímpicos?... Impracticable, carente de interés, antiestético e incorrecto. La concepción de los Juegos tiene que responder a la exaltación periódica y solemne del atletismo, la lealtad como medio, el arte como marco y los aplausos femeninos como recompensa”, Baron Pierre de Coubertin (1912).
Finalizaba el siglo XX con: "¿La mujer en los Juegos Olímpicos?... El Movimiento Olímpico está dispuesto a que el siglo XXI marque el inicio de una nueva era para la mujer en el deporte“. Juan A. Samaranch (2000).
En el arte también se va reflejar estos grandes cambios que se han mencionado. Las artes figurativas pasan por un proceso de transformación. Atrae todo aquello que sea dinámico. A partir de la segunda mitad del siglo XIX en Europa aparecen los impresionistas que les va a caracterizar el intento de plasmar la luz y el instante, sin reparar en la identidad de aquello que la proyectaba. Surgen las vanguardias artísticas buscando un nuevo lenguaje estético coherente con la nueva sociedad del siglo XX, la sociedad del progreso, del desarrollo. Entre estos movimientos destacan el fauvismo, el expresionismo, el cubismo, el futurismo, el dadaísmo, el surrealismo y la abstracción. Tras la Segunda Guerra Mundial, Nueva York se convierte en el nuevo centro mundial del arte. El informalismo es un movimiento artístico que abarca todas las tendencias abstractas y gestuales que se desarrollaron en Europa, en paralelo con el expresionismo abstracto estadounidense. En la década de los 50, surge el pop art como una reacción en contra del expresionismo abstracto. Algunos artistas consideraban que el expresionismo abstracto no era entendible para la persona común. El pop art se caracterizó por utilizar temas y técnicas basados en la cultura popular de producción masiva como publicidad, cómics y otros objetos culturales. En la decada de los 60 y 70, los artistas habían intensificado la gradual desaparición del objeto a favor del concepto (arte conceptual) y del arte efímero. Fue a principios de los sesenta cuando se hizo patente la aparición de un nuevo tipo de arte, de unos nuevos comportamientos y de una nueva manera de entender el arte. Nuevos escenarios reemplazaron los lugares habituales donde el arte solía exponerse.
En la época contemporánea se recupera la fuerte conexión entre el deporte y el arte. Destacados artistas, principalmente pintores, podrán su talento sobre imágenes deportivas.
En la actualidad el deporte y el arte se mantienen unidos en importantes eventos como bienales, concursos fotográficos y colecciones públicas y privadas.
El alpinismo es uno de los deportes del siglo XIX, uno de los deportes románticos.
Según recoge Antonio Gallego Morell en su artículo “El deporte como tema literario”, el alpinismo nace como deporte en el año 181 a. C. cuando Felipe III de Macedonia escala el monte Emo de Tracia. Tenemos noticia de esto por los textos literarios de Tito Livio.
Pero será en los siglos XVIII y XIX donde nazca el alpinismo moderno.
El filósofo-geólogo Horace-Benedict de Saussure se propuso determinar la altitud del Mont Blanc y para ello en 1760 ofreció una recompensa al primero que encontrara el camino a la cima y ascendiera a ella. El 8 de agosto de 1786, Jacques Balmat y el doctor Michel Paccard llegan por fin a la cima del Mont Blanc. El 3 de agosto de 1787, el propio Saussure alcanza la cumbre y calcula la altitud sobre el nivel del mar: midió 4.775 metros en lugar de los correctos 4.807. A partir de ese momento la vida de los habitantes de la zona de Chamonix vieron transformada su vida y pasaron de ser ganaderos o agricultores a constituirse en guías de montaña de los Alpes, cuerpo que tomó consistencia a principios del siglo XIX y que continúa todavía.
El concepto del alpinismo nace con la generalización de estas actividades subiendo a las cumbres más representativas de los Alpes. Con la proliferación de estas prácticas nacen los primeros clubes de montaña; en 1857, se creó en Londres el Alpine Club, sus componentes pertenecían a la vieja aristocracia, alta burguesía y profesiones con más prestigio. El periodo comprendido entre los años 1865 y 1920 es considerado por los historiadores como los años dorados del alpinismo de vanguardia. En 1953 se consiguió el sueño de coronar el techo del mundo -el Everest-. Fueron Edmun Hillary y el serpa Tenzing Norgay.
En la actualidad, una vez conquistadas todas las cumbres del mundo, los retos del alpinismo se centran en conseguir el más difícil todavía, es decir, ascensiones más rápidas, por las rutas más difíciles, ...
Muchas veces van a ser los propios montañeros, alpinistas los que reflejen este deporte en el arte. Así tenemos a Otto Barth, Ernst Platz, Edward Whymper, Samivel o Domenicos Rudatis. (Fuente: Montaña y tradición: meditaciones de las cumbres)
El escultor argentino Juan Pablo Marturano en su proyecto Ofrenda y testimonio expresa su sentimiento, como escalador, de agradecimiento hacia la montaña por permitirle acceder a su cumbre.
La naturaleza la encontramos en Reflejos de Glaciar (2006) de Josune Amunarriz, una obra compuesta de unas estructuras pictóricas que recuerdan a los escenarios donde los alpinistas pueden simular sus ascensiones a los picos más altos de este mundo.
En El Aliento del Chomolunga (2005), Gabriel Díaz nos presenta el monte Everest en toda su inmensidad a través de un recorrido en vídeo por sus laderas y sus escarpadas caras, mostrando la grandeza de la naturaleza y prescindiendo, a propósito, de la figura humana.
La fotografía es una de las nuevas artes que descubre y explota el deporte como tema central de sus inquietudes
estéticas. El montañismo, en todas sus vertientes, y la fotografía se han fundido con enorme fuerza hasta constituir una unión sólida, el deporte es la gesta del drama humano en un conflicto incruento y la fotografía inmortaliza la proeza.
La historia del atletismo puede ser tan antigua como la de la humanidad.
Alrededor de la mitad del siglo XIX, se restauraron las competiciones de atletismo. Las pruebas se convirtieron en el deporte favorito de los ingleses. El seguimiento del atletismo aumentó en Europa y América hasta que en 1896 se iniciaron en Atenas los Juegos Olímpicos de la era moderna, donde por supuesto, el atletismo figuró entre las pruebas.
Desde los años 1980, el atletismo se hace cada vez más universal y sigue la evolución geopolítica mundial. Hoy en día, el atletismo es el deporte competitivo más universal.
El atletismo ha sido de entre todas las disciplinas deportivas una de las más representadas por los artistas contemporáneos.
Umberto Boccioni, teórico y principal exponente del movimiento futurista, retrata en su obra más famosa, Formas Únicas de Continuidad en el Espacio (1913), la velocidad y el movimiento, principales características del futurismo.
Nicolas de Lekuona. Los fotomontajes de Lekuona constituyen la parte más cautivadora de su trabajo. En ellos aparece su talento como fotógrafo, artista y poeta. La mayor parte de ellos los realiza entre 1932 y 1935. Descontextualiza y asocia los objetos de manera libre más cerca de los surrealistas que de los dadaístas, cubistas o cualquier otra vanguardia. Destacan los trabajos de carácter más lúdico y esteticista relacionados con la mujer y el deporte.
El estadounidense Thomas Eakins (1844-1916) combinó en parte de su obra su pasión por el deporte con el estudio del cuerpo en movimiento. Un ejemplo de esto lo encontramos en Estudio de movimiento: historia de un salto, 1885. El fotógrafo internacional Paolo Gioli rinde homenaje al pintor estadounidense Thomas Eakins por sus estudios fotográficos sobre el movimiento en obras como L'uomo di Eakins nella camera del vento o Dentro la ruota di Eakins, de 1982.
Robert Delaunay pinta la serie Los Corredores. Esta serie estuvo motiva por el ambiente deportivo que se respiraba en Francia en 1924. París había obtenido el encargo de organizar los juegos de la VII Olimpiada. Fuente: Balius i Juli en su artículo "De la abstracción a la figuración a través del deporte".
El atleta cósmico se trata de una pintura que el Comité Olímpico Español (COE) encargó a Salvador Dalí para su exhibición durante la Olimpiada de México de 1968.
Hans Erni en Paso de testigo (1995) homenajea a la belleza del cuerpo humano desnudo en movimiento.
Jordi Alumà, el artista que mundialmente ha consagrado más producción deportiva, singularmente al olimpismo, evoca al atletismo en sus diferentes Series Olímpicas.
Antonio de Felipe, considerado como el máximo representante actual del pop art español, reinventa obras consagradas mediante la inclusión de nuevos elementos y guiños humorísticos o irónicos dotando a su arte de dobles sentidos y múltiples lecturas.
A pesar de que el boxeo es una actividad cuyo origen se podría remontar a hace miles de años, su historia como un verdadero deporte es mucho más reciente. El boxeo moderno nace a principios del s. XVIII en Inglaterra. Jack Broughton (1703-1789) elabora las primeras normas de este deporte e introduce los guantes. Prácticamente al mismo tiempo el boxeo llega a Estados Unidos. En 1904 el boxeo se introduce en los Juegos Olímpicos de Saint Louis en Estados Unidos. Este hecho marca ya la inclusión del boxeo en la historia del deporte moderno como una especialidad reglada por completo y extendida universalmente. Fuente: http://www.historiadelboxeo.com/)
A largo del siglo XX y del XXI numerosos artistas han reflejado este deporte en su arte.
El americano Thomas Eakins (1844-1916) fue uno de los primeros artistas de reconocida reputación que otorgó una dignidad y una identidad plástica a los deportistas. A finales de los años 90 del siglo XIX, el boxeo tuvo un lugar significativo en la obra de Eakins. Conocemos 3 pinturas sobre este deporte: Betweam rounds (1898), Taking the court (1898) y Salutat (1898). En todas destaca la fastuosidad de las salas y el público abundante. (Fuente: Deporte realista en la obra de Thomas Eakins)
El pintor estadounidense George Bellows (1882 - 1925) fue famoso por sus escenas en el ring y de la vida urbana en Nueva York. La serie de pinturas de Bellows retratando peleas de boxeo amateurs fueron posiblemente su gran contribución a la historia del arte. Stag at Sharkey's está entre las diez mejores obras de arte de tema deportivo que el periódico The Guardian consideró en 2012.
El boxeo inspiró a Jean-Michel Basquiat, el más importante artista plástico afroamericano contemporáneo. Basquiat estaba particularmente interesado en famosos atletas de color y sintió una particular afinidad con boxeadores como Jack Johnson, Cassius Clay y “Sugar” Ray Leonard, “Jersey” Joe Wolcott y Joe Louis, todos a los cuales pintó. Sin embargo, el trabajo más famoso relacionado con el boxeo del artista fue (Boxeador) Sin Nombre, un retrato de 1982 de un boxeador anónimo que levanta sus brazos en señal de triunfo. Más información: Basquiat sobre el boxeo: la inspiración de un pugilista de arte moderno.
Andy Warhol realizó una colección de retratos de estrellas deportivas de finales del siglo XX, la Serie Atletas. Entre ellas, estaba el boxeador Mohamed Ali.
Warhol y Basquiat trabajaron juntos en decenas de colaboraciones. Para la exposición que iban a llevar a cabo en una galería de Nueva York en 1985 idearon un cartel. Warhol recientemente había comenzado a entrenar boxeo con un instructor, y Basquiat entrenaba con él ocasionalmente, así que el joven artista sugirió que se pusieran los guantes para promocionar el evento. La crítica publicada en el New York Times de la exposición en la galería de Tony Shafrazi fue uno de los motivos principales de su distanciamiento definitivo. Eduardo Arroyo, considerado uno de los principales representantes de la figuración crítica y el pintor por excelencia de la transición española, refleja en sus obras una de sus pasiones: el boxeo. Arroyo afirma que el boxeo es un arte solitario, cruel y noble como el oficio de pintor.
El boxeo también está presente en la fotografía más actual. Alejandro Villarrubia, conocido como Urraco, es un fotógrafo habitual de los ambientes del boxeo. El MUSAC tiene en su Colección cinco fotografías de gran formato realizadas por él y que pertenecen a la serie Adrenalina. Núria Martinez Seguer es fotógrafa profesional e impulsora del proyecto cultural sobre el boxeo Round Art Boxa en 2010.
En el siglo XIX se popularizó la representación de carreras de caballos y otros deportes equinos, especialmente en Inglaterra con pintores como James Pollard y en Francia con Géricault.
En la segunda mitad del siglo XIX los hipódromos se habían convertido en el lugar de vida social a la moda, y los burgueses parisienses compartían la pasión de ocio de origen británico y aristocrático. En Francia, desde el último tercio del siglo, fueron algunos de los protagonistas de la renovación pictórica del impresionismo los que se interesaron por representar escenas hípicas: Édouard Manet, Edgar Degas y Henri de Toulouse-Lautrec.
En el siglo XX destacaron en el género los ingleses John Skeaping y Sir Alfred Munnings, ambos pintores y escultores. Munnings era un jinete entusiasta y los temas que más destacan en sus obras son el hipódromo y la caza. Sus escenas deportivas han alcanzado tal reputación que están entre las más grandes del siglo XX.
Pero los caballos y las carrrera han sido inspiración para muchos artistas en algún momento de su trayectoria. El pintor español Guillermo Martí Ceballos dedicó en 2001 una entrada en su blog sobre este tema, "Arte y deporte".
Numerosos juegos de balón forman parte del patrimonio cultural de cada civilización y constituyen la prehistoria de los actuales juegos deportivos colectivos. Pero se puede decir que el fútbol como hoy en día lo conocemos comienza en el 1863, cuando en Inglaterra se separan los caminos del "rugby-football" (rugby) y del "association football" (fútbol), fundándose la "Football Association" (Asociación de Fútbol de Inglaterra). De ahí en adelante, el deporte se desarrolla a un ritmo vertiginoso.
Una de las pinturas más tempranas de fútbol en el mundo es la de Thomas M. Hemy Sunderland v. Aston Villa 1895, también titulada Un córner, que representa un partido entre los dos equipos ingleses de mayor éxito de la década: Sunderland AFC y el Aston Villa FC de Birmingham. Hemy se especializó en pinturas marinas, pero también pintó escenas urbanas como este cuadro. El primer cuadro de fútbol: “Sunderland v Aston Villa 1895” de Hemy.
Con la llegada del siglo XX y los nuevos movimientos artísticos, el deporte va a ocupar un espacio significativo. El fútbol es uno de los grandes fenómenos culturales del siglo XX. A principios de siglo, Rousseau nos invita a participar del juego, cuando pinta unos de los cuadros más emblemáticos de las vanguardias, Les joueurs de football (1908).
La velocidad y la técnica van a ser los dos temas preferidos de los futuristas. La dinamización de la forma humana, el motivo de un futbolista en el movimiento resurge en las obras de generaciones sucesivas de futuristas italianos. Las pinturas muestran futbolistas atrapados en el momento de la rivalidad campo.
Es el mexicano Ángel Zárraga (1886-1946) el primer gran pintor del fútbol. A pesar de sus logros en distintos estilos y diferentes temáticas, el mismo artista cuenta en sus escritos que su "salvación" en lo financiero y espiritual fue la obra dedicada a lo religioso y a temas deportivos, sobre todo al fútbol, del que era fanático. Ángel Zárraga es el primero que retrata a mujeres futbolistas. Más información: "Ángel Zárraga, el primer gran pintor del fútbol", en el diario digital El Seis Doble.
El 26 de marzo de 1952, el partido amistoso entre el equipo de Francia y Suecia se lleva a cabo en el Parc des Princes en un contexto inusual: se juega por primera vez por la noche. El pintor Nicolas de Staël está presente en este encuentro con su esposa. Queda deslumbrado por el juego hasta el punto de que pasa toda la noche tratando de reproducir sobre lienzo lo que vio en el campo. Este es el comienzo de una serie de pinturas al óleo, Grandes futbolistas. Más información en el artículo "Nicolas de Staël y el fútbol".
Picasso lleva el cubismo al terreno de juego, Futbolista, una escultura de cerámica que representa a un jugador. Andy Warhol retrata a Pelé. La gracia y la habilidad de la leyenda brasileña atrajo a Warhol, que produjo el retrato después de conocer al futbolista.
El pintor alemán postmoderno Sigmar Polke introdujo en sus obras elementos del balompié: uso de telas con motivos deportivos. En Alice in Wonderland yuxtapone un patrón de escenas de fútbol que ofrece pequeños jugadores con una tela de puntos. Polke tenía tendencia a acumular una serie de medios distintos dentro del mismo lienzo. El cuadro de varias capas daba el efecto de atestiguar la proyección de una alucinación o de un sueño con una serie de velos.
El cuadro El guardameta del artista alemán Dieter Asmus se centra en una de las circunstancias culminantes de un partido de fútbol: el gol. El portero es el que con su destreza está destinado a evitar los goles rivales. La derrota del arquero es la derrota del equipo. Su fallo es celebrado por el equipo contrario. Por lo tanto cada caída del arquero tendrá una carga dramática adicional, que en la composición de Asmus está señalada por el tamaño y el color rojo de la pelota, en relación con la postura, el tamaño y el color agrisado del jugador.
Asmus, para este cuadro, utiliza como boceto una foto aparecida en un diario de Alemania en 1967, donde el boxeador argentino Oscar “Ringo” Bonavena explicaba a los periodistas como iba ir a la lona el campeón europeo Karl Mildenberger durante su próxima pelea. La predicción de Bonavena se cumplió ya que ganó el combate. (Fuente: La foto como documento para la pintura, de Eduardo Iglesias Brickles).
Joan Miró, autor del cartel para el Mundial de España en 1982.
El cartel oficial del Mundial 82 fue obra del artista catalán Joan Miró (1893-1983). Titulado La Fiesta, la obra muy en la línea de sus creaciones, se sirve de los colores más habituales de la producción artística de Miró, pero con un mayor protagonismo del rojo y el amarillo por su vinculación al país anfitrión. En la obra aparece un futbolista que se eleva hacia el cielo para conectar con un cabezazo con el balón, representado por una luna llena roja. Finalmente, aparece la inscripción “España 82” enmarcando la composición.
Hans Erni (1909-2015) era un ferviente adepto al deporte, que desde siempre practicó. Con cierta regularidad el tema del deporte ha aparecido a lo largo de su carrera artística.
En uno de los jardines del Museo Olímpico de Lausana puede contemplarse la escultura de dos futbolistas de formas anatómicas exuberantes, en acción sobre una superficie de verde césped. Sus figuras son distintas, tanto por los colores de sus uniformes deportivos como por sus actitudes posturales. Entre ambos hay una pelota blanca. La obra, Futbolistas (1993), es una pieza única, original de la artista Niki de Saint-Phalle.
El deporte puede inspirar arte incluso cuando el artista no sabe nada de deporte, ni le interesa saberlo y además es enemigo declarado de él. Joan Brossa y el anti-fútbol de R. Balius i Juli.
Esta instalación de Brossa [+] estuvo incluida en la exposición Fútbol. Arte y pasión que acogió el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey entre el 16 de noviembre de 2012 y el 3 de marzo de 2013. La muestra, que reunió a mas de 70 artistas modernos y contemporáneos, diseccionaba este deporte desde el punto de vista ontológico, antropológico, físico y de mercado.
Según palabras del pintor Martí-Ceballos, "el deporte puede ser para la pintura una gran fuente de inspiración artística, ya que su colorido y su movimiento son atributos que encajan perfectamente con la finalidad que persiguen muchos artistas". "Arte y deporte", de Martí-Ceballos.
Las obras de los artistas más contemporáneos se aproximan al tema del deporte desde una perspectiva crítica, irónica o subrayando especialmente su faceta de espectáculo de masas.
En 2006, dos artistas de destacada trayectoria, Pierre Huyghe y Philippe Parreno, realizaron una vídeo-instalación en torno a a la figura de Zidane, Zidane. 21st Century Portrait. El futbolista francés fue grabado por 17 cámaras de alta definición sincronizadas durante el partido Real Madrid - Villarreal, que se disputó en 2005. La película fue exhibida en la sección oficial del Festival de Cannes y en la Feria de Arte Contemporáneo de Basilea en 2006. Además de la película, los artistas realizaron 17 instalaciones para museos y colecciones, una de las piezas la tiene el MUSAC en su Colección.
La instalación estuvo incluida en la exposición Fútbol: The Beautiful Game, que se celebró en Los Angeles County Museum of Art (LACMA) durante 2014.
También formó parte de esta muestra una gran pieza de Antoni Muntadas que mostraba las celebraciones de muchos jugadores diferentes en los últimos años. Antoni Muntadas se interesa especialmente por la interrelación entre arquitectura y vida social. En 2014 presenta la exposición ... Baixa A Bola! , que toma su nombre de un movimiento de fútbol (para jugar bajo) que se convirtió en una expresión popular en Brasil, que significa "tomarlo con calma" o "no se toma demasiado en serio". ... Baixa A Bola! investiga temas tales como eventos masivos, el control, el espectáculo, la violencia, el deporte y el fútbol. El artista se apoya en la imagen, la fotografía, el vídeo y la instalación para situarse en el clima deportivo. Muntadas se basa para este proyecto en otro denominado Stadium, que lleva en curso desde 1989 y que explora el estadio desde las perspectivas de la arquitectura, la audiencia y la propaganda.
El artista Eugenio Ampudia en el vídeo En juego presenta imágenes de un partido de fútbol entre Alemania y Brasil durante la Copa del Mundo de 2002. Pero en lugar del balón se ve una copia del libro El impacto de lo nuevo, del crítico de arte Robert Hughes, uno de los libros más provocativos sobre arte contemporáneo.