En Herbarium, el artista expone con gran sencillez y exentas de ornamentos plantas desconocidas, emulando la sistematización de Kart Blossfeldt. Muchas de estas imágenes de plantas guardan similitud con partes del cuerpo humano o de animales desfigurados. El artista crea este universo vegetal a partir de restos industriales o de plástico, huesos, fragmentos vegetales o animales de muy diverso tipo. A modo de diseñador genético construye estas especies de naturaleza artificial.
La construcción de plantas viene acompañada con textos de apariencia erudita, que contribuyen a urdir el engaño. Como en otros proyectos similares, imagen y texto se aúnan para convertir en verosímil el planteamiento imaginado por el artista. El recelo acaba por imponerse a una mirada confiada.