Tanto tutores, profesores como progenitores encuentran en los cuentos la fórmula idónea para transmitir valores, conocimiento y estrechar su relación con los más pequeños. Se trata de un recurso didáctico imprescindible en la educación de los más pequeños. La lectura potencia en estos la creatividad e imaginación. Los jóvenes lectores desarrollan herramientas lingüísticas al mismo tiempo que amplían su vocabulario mejorando su capacidad de comprensión.

El cuento infantil se ha definido como la narración breve, oral o escrita dirigida a los más pequeños, en la que se narra una historia que puede entremezclar realidad y ficción. El lenguaje empleado es sencillo y su argumento entretenido. En cuanto a la estructura, casi siempre sigue el mismo esquema: inicio, trama y moraleja; y será esta última parte la que mayor importancia tenga en la transmisión de valores, conceptos y modelos de comportamiento. Por todo esto, es necesario reconocer la eficacia del cuento en el acercamiento del arte contemporáneo a los niños y niñas.

A pesar de la energía por apuntalar la importancia de los museos, en este caso, de arte contemporáneo, no resulta difícil encontrar a un público desconocedor de este ámbito. Y es en este intento por acercar el mundo del arte a los más pequeños donde se recurre a los cuentos y libros infantiles.

Afirma Judit García Cuesta en su artículo “El cuento como recurso didáctico en el ámbito museístico”: “El Arte contemporáneo es uno de los grandes desconocidos de nuestra época, pese a que no son pocos los esfuerzos por tratar de dar a conocer su existencia: ferias de arte, seminarios, conferencias, visitas guiadas, talleres de artistas y talleres de arte son, entre otros, algunos de los grandes atractivos que los museos y centros de arte especializados lanzan para tratar de acercar al gran público al Arte contemporáneo.” El arte ha pasado de buscar la belleza y perfección estética a tratar temas de actualidad, en ocasiones, complicados por su dureza. El arte procesa estas realidades, estos conceptos, estas ideas y genera un discurso propio que mediante una serie de recursos como los libros infantiles, por ejemplo, consigue llegar a los más pequeños.

La publicación de libros de arte para niños “es la puerta que abre a los más pequeños a un mundo infinito de posibilidades” tal y como afirma Ana María Navarrete en su post “Libros de Arte para niños” publicado en el Blog El cocodrilo azul.

Estas publicaciones son un complemento perfecto a los programas pedagógicos específicos de cada museo. Si el objetivo de los centros museísticos gira en torno a generar experiencias únicas en las que los pequeños aprenden y estimulan sus sentidos, crean y disfrutan del arte, los libros infantiles representarán un acercamiento a un concepto, una obra de arte o un artista en concreto.

Afirma Navarrete “A través de la lectura, el niño se introducirá en de forma mágica en el mundo de la contemplación de cuadros, esculturas, objetos y espacios arquitectónicos desarrollando una capacidad de observación, que sin duda despertará una sensibilidad que se trabajará desde varios frentes, el afectivo, el poético, el visual, el auditivo y el artístico propiamente dicho”.

Existe una gran variedad en cuanto a la temática, y en su artículo Navarrete propone la siguiente clasificación: Clásicos de arte para niños, libros que hablan de colores, otros que enseñan a mirar el arte, otros que hacen viajar a los más pequeños por distintos lugares y países,  libros que presentan la obra y vida de los artistas, otros que conmemoran aniversarios, etc.

Hay que mencionar los libros publicados de James Mayhew y Lawrence Anholt. En ambos casos, los autores escogen a una protagonista que vivirá una serie de aventuras. En el caso de Mayhew, la historia transcurre en un museo, y en el de Anholt, en diversas ubicaciones. Con sus obras buscan el acercamiento a una de pieza concreta o a un pasaje de la vida de un artista.
Mayhew nos presenta a Carlota una niña que protagonizará todo tipo de aventuras. En El museo de Carlota, la pequeña disfruta tocando y descubriendo cada una de las obras que encuentra a su paso por una de las salas del museo que visita. En su primera visita a un museo,  Carlota vive una experiencia emocionante, cuando cinco pinturas famosas cobran vida para ella.

Anholt para sus libros escoge a una joven protagonista que vivirá distintas aventuras trasladándola al entorno de artistas como Van Gogh, Degas, Monet o Picasso. Ensalza conceptos como el esfuerzo personal y la constancia para conseguir aquello que una desea y rinde homenaje a los artistas y a los niños y niñas que los conocieron. En Picasso y Sylvette: un cuento sobre Picasso, Anholt retrata la singular historia entre Picasso y una de sus modelos mostrándonos la vida y obra del gran artista, con magníficas ilustraciones y reproducciones del propio autor.

Cabe destacar también la obra de Alain Le Saux y Gregory Solotareff, Pequeño museo, en el que realizan un recorrido por la historia del arte, permitiendo relacionar cada obra con una palabra. Lucy Micklethwait ahonda en la contemplación artística con su libro Mi primer libro de arte.  Más de un centenar de cuadros famosos fueron reproducidos para ilustrar las primeras palabras de los niños, además estas asociaciones permiten reconocer situaciones cotidianas fácilmente reconocibles para los más pequeños. Afirma Lucy “El arte posee la magia de los siglos. Abriendo los ojos de los niños, podremos ayudarles a comprender y apreciar el mundo en el que vivimos y la gente con quien lo comparten”.

Y relacionados con esta idea de contemplación del arte se publican libros tales como ¡Zoom… en el arte!, ¡Mira! El lenguaje corporal de la pintura de Gillian Wolfe o Cuéntame un cuadro de Quentin Blake. En todos ellos, los pequeños aprenden a mirar con detalle las obras, buscando elementos que llamen su atención.

Otro tipo de libros que tienen gran aceptación son aquellos que incluyen alguna característica que los hace únicos, por ejemplo la colección El Arte en puzzle de la editorial MacMillan Children's Book. Se compone de libros que abordan conceptos como la danza, las estaciones del año o los juguetes incluyendo en su interior puzzles de obras que hacen alusión a los mismos. Además, junto a cada puzzle aparece una sencilla explicación y una serie de preguntas que harán que el niño aprenda jugando. Se consigue así que los más pequeños descubran conceptos concretos y aprendan a descubrir las riquezas de la pintura. Otra propuesta son los libros que incluyen actividades adicionales a la propia lectura, pegatinas reutilizables con las que podrán completar las obras propuestas y realizar sus propios cuadros, dibujos en blanco para colorear y preguntas para responder.

Son varios los centros que, motivados por alcanzar el universo de los más pequeños, han decidido tratar cuestiones como el arte en general, la vida de un artista o sus propias colecciones mediante la edición de libros infantiles. Por ejemplo, MoMA. En busca del Arte de Scieszka fue publicado originalmente en 2005 por Penguin Books en colaboración con el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA).  Se trata de una invitación a realizar un recorrido por las salas del propio museo presentando al lector infantil algunas de las obras más importantes de su colección. El personaje es un niño que incita al lector a tener una primera aproximación al arte contemporáneo de una forma lúdica y divertida.

El Centre Georges Pompidou de París hizo lo propio con la publicación de la colección L'art en jeu. Se trata de una colección de libros, en lengua francesa, en los que imagen y texto provocan una experiencia enriquecedora en los más pequeños. Por ejemplo, en el libro Calder. Fishbones: (arêtes de poisson), los lectores se divertirán con un juego de descubrimiento de los distintos elementos del móbil Fishbones de Calder. En este tipo de libros, texto e imágenes se complementan en metáforas lingüísticas y visuales muy sugerentes para la mirada infantil.

Otro centro que también publicó un libro dirigido al público más joven es el The Metropolitan Museum of Art de Nueva York. En su libro Formas de Museo muestra algunas de las obras más curiosas de su colección (mantas elaboradas por indios navajos, grabados japoneses o manuscritos islámicos, entre otros). Como el propio editor afirma: "Miremos donde miremos, podemos encontrar formas. Un cuadrado llamativo en el traje de un arlequín, una luna en cuarto creciente en el cielo o una enorme rueda redonda en un zeppelín..." Se trata de motivar a los más pequeños en el reconocimiento de las formas en detalles de las obras seleccionadas, innovadora y emocionante perspectiva desde donde experimentar el mundo que les rodea.

La editorial Serres publicó en el año 2000 el libro Mi globo paseando por Nueva York. Yo en el Metropolitan Museum con texto de Jacqueline Preiss Weitzman e ilustraciones de Robin Preiss Glasser. En él cuentan la aventura de una niña y su abuela que van de visita al Metropolitan de Nueva York. La protagonista debe dejar al guarda su globo amarillo ya que no está permitida la entrada al museo con este tipo de objetos. Una paloma provocará que el globo se suelte y sobrevuele la ciudad, creándose a lo largo de la historia un curioso paralelismo entre el vuelo del globo y la visita de la niña al museo, un paralelismo entre los cuadros y las obras que la niña observa en su recorrido. La simetria de estas dos experiencias analiza la mágica relación que mantienen el arte y la vida.

Junto a estos libros cabe mencionar la colección Mateo de paseo por el Museo de Marina García. Se trata de una serie en la que Mateo, el protagonista, acerca a los más pequeños la colección de dos museos emblemáticos como son el Museo del Prado y el Museo Thyssen en sus respectivos libros Mateo de paseo por el museo del Prado y Mateo de paseo por el museo Thyssen. De una forma didáctica Mateo enseña una pequeña parte de las colecciones de los distintos centros, para una mayor comprensión se combinan llamativas ilustraciones y un texto que guía al lector.