Novela
2017
El joven sin alma.
2014
El invitado amargo, con Luis Cremades.
2011
El hombre que vendió su propia cama.
2009
Con tal de no morir.
2007
El abrecartas.
2002
El vampiro de la calle México.
1997
La mujer sin cabeza.
1995
La misa de Baroja.
1989
Los ladrones de niños.
1988
La quincena soviética.
1984
Los padres viudos.
1979
La comunión de los atletas.
1973
Busto.
1970
Museo provincial de los horrores.
Artículos, crítica, ensayo
2019
Kubrick en casa.
2016
Enemigos de lo real (escritos sobre escritores).
2014
El invitado amargo.
2009
Las puertas abiertas de la cordura.
2007
El cine de las sábanas húmedas.
Tintoretto y los escritores.
2005
98 y 27: dos generaciones ante el cine.
2003
Manuel Gutiérrez Aragón.
2000
El novio del cine.
1997
La edad de oro.
1993
El cine estilográfico.
1987
Fan fatal.
1975
Guía secreta de Londres.
Poesía
2012
La musa furtiva.
1998
Vanas penas de amor.
1970
Los espías del realista.
Cuentos
2011
El hombre que vendió su propia cama.
2009
Con tal de no morir.
1991
El niño con orejas.
Teatro
2018
Dos tragedias griegas
1998
Seis armas cortas
1992
Don Juan último.
1985
Los abrazos del pulpo.
Guión
2001
Sagitario.
El invitado amargo empieza con el anuncio de la muerte del padre en una escena de cama de su hijo, y termina, al cabo de más de tres décadas, el mismo día del año y en la misma casa, donde la entrada de unos ladrones hace salir de una caja negra el pasado de dos amantes. En el transcurso, no siempre lineal, de ese tiempo iniciado por el encuentro de un escritor de treinta y cinco años y un joven estudiante que escribe versos, el libro se despliega como una novela de la memoria, un recuento verídico tratado con los dispositivos de la ficción. Pero también como un ensayo narrativo sobre las ilusiones y los resentimientos del amor, y como un doble autorretrato con paisaje el de la España cambiante de los años 1980 y con figuras, una rica galería de personas reales, algunas sobradamente conocidas, tratadas como personajes o testigos de una tragicomedia de la felicidad, la infidelidad, las búsquedas personales y el anhelo de lo que pudo ser.
Luis Cremades y Vicente Molina Foix han escrito de un modo singular pero separadamente este libro sin precedentes. En la libertad mutua de rememorar por separado, en la importancia dada a lo que pusieron por escrito mientras se amaban y se traicionaban, los autores reencuentran el territorio común de la palabra para mirarse desde el presente tratando de recuperar con desnuda autenticidad, sin nostalgia, lo que esos espejos contuvieron en su día y han dejado como poso. Y lo han hecho, como ellos mismos señalan irónicamente, siguiendo el patrón del «folletín» en el sentido original del término: cada capítulo, firmado en alternancia por ambos, se escribía sin previo acuerdo y le llegaba al otro manteniendo la intriga, como en las novelas del siglo XIX. Con la diferencia de que en ese feuilleton en 64 capítulos los dos protagonistas-lectores sabían el final, pero no las sorpresas y revelaciones que su propia historia les podía deparar. En este libro, que no dejará indiferente a ningún lector, asistimos a la demostración de la probada maestría de Molina Foix y a la revelación narrativa de un poeta, largo tiempo en silencio. (Fuente: CasadelLibro)
Este volumen recoge la totalidad de la obra poética de Vicente Molina Foix desde finales de los años sesenta, cuando fue seleccionado como uno de los nueve novísimos poetas españoles de la célebre antología de Josep Maria Castellet, hasta hoy mismo, incluyendo en su parte final poemas recientes de un libro en marcha. Revisa dos por el autor, que ha eliminado unos pocos de los publicados tanto en antologías como en sus dos únicos poemarios –Los espías del realista y Vanas penas de amor–, el libro ofrece la posibilidad de conocer una trayectoria, paralela a la del novelista, que se remonta a la juventud universitaria. La musa furtiva traza una línea que va desde las prosas poéticas de fuerte contenido irracional del “espíritu novísimo” hasta los últimos poemas que Molina Foix llama, quizá con ironía, “versos morales”, sin olvidar la sustancial producción de carácter amatorio y no pocas veces cínico. (Fuente: CasadelLibro)
El hombre que vendió su propia cama es el segundo libro consecutivo de relatos de Vicente Molina Foix tras su celebrado Con tal de no morir. En él vuelve a brillar la peculiar fusión de lo cotidiano y lo extraño, lo humorístico y lo patético, en títulos como A su edad, una incisiva parábola contemporánea, o Un sueño de la diosa, con su sugestivo trasfondo hindú. Una muchacha con un perfume cítrico y un crítico de cine amargamente autocrítico acompañan la perplejidad del viajero protagonista de La ciudad dormitorio, mientras que las crisis conyugales adquieren perfiles turbadores en El cuento de Gógol y El buda bajo el agua.
El libro agrupa en su segunda mitad cuatro extensos relatos que suponen un original homenaje o guiño a Henry James, ya que, partiendo de las ocurrencias y esbozos que el novelista americano anotó en sus diarios como posibles argumentos de narraciones que nunca escribió, Molina Foix ha desarrollado cuatro de ellos. (Fuente: CasadelLibro)
Con tal de no morir, el relato que da nombre al libro, es una brillante variación contemporánea de la leyenda de Fausto, en la que destaca la conmovedora presencia maternal y una sorprendente figura mefistofélica atrapada en el despiadado universo de la economía de mercado. Los espectros de la sexualidad descabezada, los padres terribles y los seres incompletos completan el registro de un libro que alterna magistralmente los tonos graves con la pincelada luminosa, la vena fantástica con el realismo estilizado, e incluye –a modo de intermedio risueño– el desvergonzado relato confesional El peluquero de verdad. (Fuente: CasadelLibro)
El abrecartas se inicia con las cartas que un amigo de infancia escribe en los años veinte a García Lorca, inspirador lejano de sus anhelos y sus sueños. A partir de ese primer episodio de una correspondencia quizá nunca correspondida, el lector seguirá el curso de lo que el propio Molina Foix llama «novela en cartas», para señalar que no ha querido sumarse al ilustre género de la narrativa epistolar sino hacer un libro en el que cada capítulo, en principio independiente, acaba formando parte de un único argumento desarrollado a través de unos protagonistas que en lugar de hablarse se escriben. El abrecartas fue galardonada con los premios Nacional de Literatura (Narrativa) y Salambó. (Fuente: CasadelLibro)
De su infancia sin tecnología ni televisión recuerda mucho el escritor Vicente Molina Foix, pero aquí, en especial, una frase hecha que le repetían sus padres al caer la noche: Y ahora, al cine de las sábanas blancas. Era la señal: tiempo de sueño. Y tal apremio a soñar dormidos y no despiertos, fue el origen de ese amor al cine que ha marcado su vida. De ahí (y de la asociación de ideas con la expresión inglesa wet dreams, sueños húmedos) procede el título de este libro, que dice el autor, bien podría haberse llamado, si García Márquez no hubiera estado primero, Memoria de mis mitos tristes.
Estas páginas pretenden ser un recuento personal de las figuras cinematográficas que despertaron, guiaron, incitaron y aclararon mi sensualidad. ¿Mitos tristes? El adjetivo es inevitable, aun hablando aquí de disfrute sexual. Para ser mito, es decir, para alcanzar ese puesto elevado en el panteón del Olimpo, hay que estar muerto, los vivos tienen otro estatuto: les amamos, les imitamos, les seguimos, pero una cosa es ser adorador de un culto del más allá y otra ser fan; éste último mantiene viva la esperanza de un autógrafo, de un apretón de manos, de un beso robado a su ídolo en la alfombra roja de un festival.
La vida sexual de estos individuos míticos comparece en este libro, sin ser su materia central. De hecho, y así está pensado El cine de las sábanas húmedas, más que la suya espero que se trasluzca la mía en función o delegación de ellos, dice Vicente Molina Foix. Pero no se trata de un repertorio completo: Mis gustos y pasiones son amplios, y he querido evitar el efecto catálogo al que, en una famosa aria del Don Giovanni de Mozart, se refiere Leporello, el respondón criado del libertino. Por eso no habrá en el libro, ni de lejos, mil tres objetos eróticos, aunque sí coexistan, al contrario que en la lista amorosa del rotundamente heterosexual Don Juan, seres de los dos (y aun tres) sexos. El autor ha incurrido en estas páginas reiteradamente, nocturna y diurnamente (aunque sin alevosía), en una plena y nada culpable bisexualidad del deseo y los sentimientos. Así, tanto ellos como ellas se sitúan aquí de modo natural en el altar de sus hermosos muertos. (Fuente: CasadelLibro)
Vicente Molina Foix propone en este libro un recorrido por las numerosas y a menudo sorprendentes interpretaciones, invectivas, delirios o apropiaciones que Tintoretto ha inspirado a los literatos desde el propio siglo XVI hasta la actualidad, incluyendo también un apéndice sobre las respuestas que su arte generó entre los pintores, no menos extremas -de la admiración rendida de Velázquez al desdén sospechoso de Picasso- que las de los escritores.
De todos los artistas con leyenda en la historia del arte, Tintoretto es el único que la debe exclusivamente a su pintura. Causó sensación pronto, provocó adhesiones y fobias en todas las edades, inspiró fantasmagorías libertarias o maniáticas a más de un escritor del siglo XX, y fue motivo en el XIX de cuadros anecdóticos al estilo ’pompier’ que le tenían de protagonista piadoso o maligno. Todo ello sin necesidad de matar a nadie en riñas de taberna (como Caravaggio), de servir de agente secreto a los grandes monarcas europeos (como Rubens), de sufrir persecución judicial por sodomita (como Leonardo da Vinci), de ser jerifalte de una revolución (como Delacroix) o famosa mujer maltratada ’avant la lettre’ (como Artemisia Gentileschi), de destruir a los 34 años toda la obra pintada para recomenzarla (como Francis Bacon), o auto-destruir, en un suicidio artístico tal vez, la propia vida empantanada en el alcohol (como Jackson Pollock). (Fuente: CasadelLibro)
Como afirma Vicente Molina Foix, Gutiérrez Aragón no sólo es el cineasta español más leído sino el más letrado. Su cine está muy escrito desde las páginas del guión, pero posee al mismo tiempo una escritura puramente cinemática de gran riqueza y originalidad. Este libro pretende analizar obra a obra toda su filmografía a partir estrictamente de los «textos», es decir, las películas, dedicando sendos capítulos a sus facetas literarias y teatrales, pero renunciando a la biografía que quedará entreverada a través del comentario cronológico de sus realizaciones. Se suma a este trabajo un apéndice antológico de escritos del cineasta que nos permite conocer tanto sus incursiones en la ficción como sus ideas sobre la política, el cine y la literatura. (Fuente: CasadelLibro)
«Puedo matar. Puedo hacer que la gente se mate por mí.» A Juan Borras, el protagonista y voz dominante de esta novela, le acusan sus amantes, la policía incluso, de ser un vampiro, algo que él no comprende pero acaba aceptando. Su único crimen consciente, sin embargo, es el deseo, la persecución de la belleza. Solitario y en un principio ingenuo, Juan se deja pasivamente marcar por los otros, hasta que un día descubre que él mismo deja una marca en los que ama. «He sido tan verdugo de tantos.» ¿Será el amor la única forma hoy consentida del vampirismo? Perseguido y aislado, Juan decide salir de la tumba que es su vida de vampiro culpable para contar la historia de sus trepidantes peripecias eróticas. Y entonces aparece, asomada a una ventana que él acerca con sus miradas, Teresa, una mujer alegre, enigmática, que está dispuesta a escucharle a cambio de algo. Sobre estos dos personajes protagónicos, sobre su intensa y ambigua relación, sobre sus diálogos entrecruzados y su inesperado descubrimiento final, se articula El vampiro de la calle Méjico, la nueva y extraordinaria novela de Vicente Molina Foix. No están, sin embargo, solos. Juan es un restaurador de arte obsesionado por los mosaicos, y el libro enlaza alrededor de esta pareja central una galería de memorables figuras secundarias: el «Soldado Alemán» Rafael, ángel de los suburbios madrileños, Claude, la intrusa inteligente y descarada, el refinado homosexual Jeremy (en unos divertidos capítulos de iniciación erótica en Venecia), Laila, la bailarina del vientre vista como simbólica madre egipcia y, por encima de todos, ese retrato conmovedor, risueño y lacerante de Esteban, el muchacho que lleva más allá de todo límite el amor loco vivido con Juan. (Fuente: CasadelLibro)
Construido como un retablo en forma de tríptico, éste es un libro sobre las leyendas, la necesidad de fabricarlas, la razón oscura de donde surgen, el provecho que de ellas obtienen sus difusores y el precio de maldición o gloria que pagan sus víctimas. Sirviéndose de un humor grotesco y situaciones de gran guiñol, de parábolas fantásticas y toques tragicómicos, el libro nos habla del amor como territorio de la violencia y espacio del pudor más silencioso, de los dones y las trampas de la fraternidad, del peso agobiante de los padres terribles... (Fuente: CasadelLibro)
Don Juan último es una pieza teatral escrita expresamente para el montaje que el renombrado director de escena Bob Wilson realizó en el Teatro María Guerrero de Madrid en el otoño de 1992, y que fue su primer espectáculo en español. En el texto, Molina Foix explora el personaje del donjuan desde ángulos inéditos, incorporando de forma esencial a la leyenda una figura hasta entonces nunca aparecida, la madre del mujeriego seductor, que fue interpretada en el montaje de Wilson por Julieta Serrano. (Fuente: CasadelLibro)
El niño con orejas recoge una selección de cuentos del autor en la que se mezcla la fantasía, la historia falseada y el humor, así como, en el relato que da título al libro, el género de terror gótico y grotesco. (Fuente: CasadelLibro)
Fan Fatal es una recopilación seleccionada de las columnas sobre televisión que el autor escribió en Diario 16, Fotogramas y El País, donde ejerció la labor de crítico televisivo en dos largos periodos. La información y análisis de lo visto en la pequeña pantalla se combina en estas páginas con la mirada irónica y el comentario, a veces muy mordiente, de actualidad. (Fuente: CasadelLibro)