Eduardo Arroyo.

Eduardo Arroyo

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Obra en Artium

 
 
 

Vánitas, de 1991, aparece como un cortocircuito entre la iconografía barroca del memento mori, ligada a los aspectos más tremendistas de lo español, y la iconografía -también "negra"- del thriller cinematográfico. Efectivamente, la figura del killer resume estas dos fuentes con el sombrero cordobés de Tío Pepe, que Arroyo ha empleado frecuentemente como quintaesencia de lo español, y el abrigo mil rayas del gangster años treinta. La figura de la víctima, por su parte, aparece también dislocada: el disparo ha separado el tronco -reducido a la silueta de un maniquí con reminiscencias dechiriquianas, aunque con los colores de la bandera anarquista- de la cabeza, repentinamente convertida en calavera, en esquema de "ser muerto" -semejante a la pequeña escultura en bronce que también pertenece a la colección de Artium-. La silueta del asesino enmascarado aparece delimitada, en la parte más próxima a su víctima, por una gruesa y limpia línea amarilla, en bello contraste con el rojo y negro de la silueta asesinada -una cita maliciosa al suprematismo de Malevitch, el punto de llegada extremo de la abstracción- sugiriendo que se trata de un crimen español.